FÚTBOL FEMENINO

Las jugadoras neerlandesas retratan la dura realidad de su liga: "No queremos ganar millones, pedimos el sueldo mínimo"

Sherida Spitse, la capitana del Ajax, saltó al campo con una camiseta con el lema: "Fútbol profesional = salario profesional".

Las jugadoras del Ajax saludan a su afición antes del partido de la Champions que las enfrentó al Chelsea. /Getty
Las jugadoras del Ajax saludan a su afición antes del partido de la Champions que las enfrentó al Chelsea. Getty
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

"Llevamos una semana durmiendo cuatro horas y nos hemos tenido que meter en la cabeza que no podemos ser sólo futbolistas", afirmaba Alexia Putellas, junto a Irene Paredes, en una sala de prensa llena (antes del partido que enfrentó a España ante Suecia, en Gotemburgo). Las capitanas de la Selección se referían al cónclave de Oliva, el inicio del fin de la antigua RFEF. También, a la imposibilidad de la mayor parte de las futbolistas del mundo de dedicarse única y exclusivamente a jugar al fútbol. 

Ejemplos hay a patadas. El último, en la liga neerlandesa. Este fin de semana, las futbolistas de la Eredivisie han sido las penúltimas en decir basta. Lideradas por Sherida Spitse, una de las futbolistas más representativas del fútbol tulipán, firmaban una declaración conjunta en la que demandaban un salario mínimo. En los instantes previos al partido entre el Ajax y el PEC Zwolle, Spitse saltaba al campo con una camiseta en la que se leía: "Fútbol profesional = salario profesional".

A pesar de estar viviendo una época de transición, el fútbol femenino neerlandés -a nivel de selecciones- es uno de los más potentes del mundo. Campeonas de Europa en el 2017 y subcampeonas del mundo en el 2019. Además, el Ajax (su equipo más representativo) está jugando los cuartos de final de la Champions League. El pasado miércoles, su enfrentamiento ante el Chelsea registró la asistencia más alta a un partido femenino de fútbol celebrado en los Países Bajos: 35.991 personas.

«El fútbol profesional significa trabajar como futbolista, no trabajar para poder jugar al fútbol...»

Sin embargo, las condiciones de las futbolistas no avanzan a la misma velocidad. Tal y como informaba el comunicado de las jugadoras de la Eredivisie, "de los 12 clubes de la competición, sólo uno emplea a sus jugadoras a tiempo completo". "Los hechos no mienten: la mayoría de las jugadoras de la Eredivisie no cobra. De hecho, la mayoría tan sólo reciben una asignación económica para gastos", sentenciaban.

En el texto, las futbolistas denunciaban que mientras el fútbol femenino crece, se llenan cada vez más estadios, sus caras aparecen en las vallas publicitarias, la liga es televisada y las más jóvenes las ven como los modelos a seguir, la realidad es que "cobrar por jugar al fútbol sigue siendo un sueño para muchas de ellas".

Otro de los problemas que esgrimen es que la exigencia en sus clubes nada tiene que ver con su recompensa económica. "Además de nuestras vidas como futbolistas, quieren que trabajemos seis días a la semana en el club y que ganemos. Por la mañana, al mediodía y por la noche nos ganamos nuestro dinero como enfermeras, fisioterapeutas o en la restauración. Si no podemos centrarnos en nuestro deporte a tiempo completo, es prácticamente imposible alcanzar ese nivel al que tanto nosotras como nuestros fans aspiramos", detallaba el comunicado. "El fútbol profesional significa trabajar como futbolista, no trabajar para poder jugar al fútbol [...] No queremos ganar millones, pedimos el salario mínimo", acababan.