OPINIÓN

El córner, último fichaje del Real Madrid

Antonio Rüdiger, autor del gol en el Real Madrid-Mallorca. /EFE/ Kiko Huesca
Antonio Rüdiger, autor del gol en el Real Madrid-Mallorca. EFE/ Kiko Huesca

El Real Madrid se proclamó campeón de invierno después de ganar uno de sus peores partidos de la temporada en cuanto a juego y ocasiones de gol se refiere. Sin desmerecer, por supuesto, el gran ejercicio defensivo de los de Javier Aguirre que a punto estuvieron de salirse con la suya, que no era otra que el empate... sin goles y hasta estrellaron dos remates en los postes. ¡Uffffff! Qué pestiño para comenzar el año. La cara de desesperación de Ancelotti era el reflejo de su alma. 

Él, como todos los presentes en el Bernabéu y ante el televisor, no daba crédito al trote cansino de su equipo, a su falta de profundidad, a su renuncia al juego exterior, a su empecinamiento de jugar por dentro y a hilvanar circulaciones tan largas como inoperantes... cuando precisamente destaca por todo lo contrario, por ser el conjunto que más rápido circula el balón en lo que va de temporada. Nada le salió al Madrid de todo lo que intentó. Ni las tres alturas a la hora de la salida del balón, ni la emboscada de colocar bien abiertos a Rodrygo y Vinicius para que Bellingham y Modric ocuparan los espacios centrales. Tampoco Tchouameni estuvo inspirado en el primer pase y no dio ningún desahogo a Kroos y Valverde.

Un extraterrestre aterrizado en el platillo volante del Bernabéu no daría crédito a que ese equipo pudiera ser el líder de la Liga. ¡Pero si juegan andando y a lo ancho! diría en voz alta, mientras el vecino de asiento se esmeraba en explicar las otras virtudes de los de Ancelotti, ocultas ante el Mallorca, pero presentes en el análisis global de la primera vuelta. Habría que explicar a este buen amigo que este Real Madrid está por encima de todos sus rivales porque en regularidad no le gana nadie. Porque domina las dos áreas y convierte su notable balance defensivo en su mejor ataque. Solo 11 goles recibidos en 19 partidos y 10 encuentros con su portería a cero. Hurguemos por ahí y seguiremos encontrando justificantes al liderato.

Los últimos seis puntos, Alavés y Mallorca, los ha conseguido tras sendos saques de esquina. Y ya suma siete tantos de córner. Muchos para 19 jornadas. Además, no ha recibido ningún tanto en acciones a balón parado, lo que confirma su poder de concentración en una estrategia defensiva que históricamente ha sido su caballo de batalla. Es el equipo que más remates del contrario necesita para recibir un gol y el que tiene un mayor tanto por ciento de disparos bloqueados en su área. No son simples datos. Son razones que quieren confirmar la teoría futbolística que cuantos menos goles recibas más cerca estás de ser campeón. Y si no que se lo pregunten al Barça la temporada pasada, solo dos decenas de goles en contra.

Pero evidentemente, en este Real Madrid no todo es defender, Todo lo contrario. En sus cuentas de resultados defensivos, influye positivamente ser un equipo dominador, que ocupa el campo contrario y con un alto porcentaje de posesión en todos y cada uno de los partidos que disputa hasta el punto de ser el que más pases promedia y el segundo del Campeonato en remates a puerta. Cuando el extraterrestre escuchó todas esas explicaciones de su vecino de asiento, miró hacia arriba, vio el techo cerrado y llegó a la conclusión de que se había equivocado de partido y de día, pero también que la clasificación no engaña.