OPINIÓN

Cavani y una decisión romántica en el momento que el dinero pesa más

Edinson Cavani, en su presentación como jugador de Boca./EFE
Edinson Cavani, en su presentación como jugador de Boca. EFE

El fútbol romántico, desgraciadamente, ya no existe. Bueno, algunos reductos quedan, sí. Pero al 100%, imposible. Porque es lógico, en parte, que el negocio vaya por delante de las emociones. El fútbol no deja de ser un trabajo y los protagonistas, los futbolistas, buscan los mayores beneficios para ellos y sus familias.

En un mercado de fichajes en el que Arabia Saudí está siendo el gran protagonista, en el que RiyadMahrez se va al Al Ahli, en el que Hendersonolvida su lucha contra los derechos humanos y se va al Al Ettifaq, en el que Firmino prefiere jugar la Champions Asiática que la Copa Libertadores y en el que Benzema acompañará a Cristiano como gran figura de ese campeonato, olvidándose de un posible retorno al Olympique Lyon, por ejemplo, Cavani ha tomado otra decisión totalmente diferente.

Porque Cavani tenía ofertas de Oriente Medio, sí. La MLS también lo había tentado. Incluso podría haber seguido en Europa. Pero eligió jugar en el fútbol argentino, la Copa Libertadores, en La Bombonera, con la '10' de Maradona o Riquelme. Eligió jugar en Boca.

El cariño de Cavani por Boca no es nuevo. Ya en mercados anteriores había sonado el nombre del delantero de Salto para llegar al pintoresco barrio bonaerense, pero finalmente siempre había algún equipo europeo preparado para ofrecerle un nuevo desafío y él quería aprovecharlo. ¿Eso quiere decir que llega a Boca para retirarse? De eso nada. Llega a Boca para estar cerca de su familia, pero en Boca le van a exigir goles, dejar todo y ganar la Copa Libertadores. Esa es la exigencia del club más grande de Sudamérica (lo dice el propio Edinson) y esa exigencia es la que moviliza al uruguayo.

La Bombonera abrió sus puertas para recibir al delantero con pasado en Danubio, Palermo, Nápoles, PSG, Manchester United y Valencia. Metió goles en todos lados y en la selección fue campeón de América, algo que pocos pueden decir. El 'Templo' lo recibió al grito de "¡uruguayo, uruguayo!" y llegó de la mano de uno de sus ídolos, Manteca Martínez, con la idea de recrear el festejo tan característico en él subido al alambrado de la popular.

Su llegada a Boca tiene una parte romántica, sí. Firmó un contrato de 18 meses en los que va a ganar mucho dinero, no podemos ser necios y creer que va a jugar gratis en el club. Pero es una decisión de vida y de demostrarle a Juan Román Riquelme que su palabra va por delante de todo, porque Román y Cavani llevan hablando muchos meses y hoy por fin se hace realidad el sueño del '10', que le presta su camiseta al delantero. Va a ganar dinero, sí, pero muchísimo menos de lo que podría ganar en Arabia Saudí.

En Boca va a ganar otras cosas: el cariño de una de las hinchadas más importantes del mundo, jugar en La Bombonera como local, disfrutar de estar cerca de su familia en Uruguay y quién sabe si la gloria eterna, esa que conseguirá en el caso de ser campeón de la Copa Libertadores y darle la séptima al club Xeneize.