LIGA BELGA

La nueva Champions arrasa entre los grandes y Bélgica ya medita copiar el formato para su liga: "¿Cómo se lo explicarán a sus aficionados?"

Los mejores clubes de la liga belga exigen cambiar a un modelo inspirado en las competiciones europeas. Los pequeños, de momento, rechazan.

Aleksander Ceferin, en una reunión de UEFA./EFE
Aleksander Ceferin, en una reunión de UEFA. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

En líneas generales, la nueva Champions ha convencido dentro del mundo del fútbol hasta el punto de que la última jornada de la fase de liga conquistó a todos bajo el amparo de la emoción y el vértigo que supuso 18 partidos simultáneos. El modelo suizo, además, pretendía garantizar que hubiera un mayor número de partidos emocionantes y de élite, algo que, en líneas generales, ha conseguido con el Liverpool-Real Madrid, el Manchester City-PSG o el Barcelona-Bayern de Múnich, entre otros muchos. Un modelo que, pese a tener similitudes con la Superliga, ofrece una idea rompedora de que no todos se enfrenten a todos, pero que sí exista una clasificación global. Algo que, en tiempo exprés, ya ha suscitado aires de cambio en el continente.

Este lunes, el fútbol belga se reunió para dialogar sobre una decisión que cambiará su deporte para siempre. En ella, hablaron sobre cambiar el modelo de su liga y una de las propuestas, solicitada por los seis equipos punteros, se basaba en convertir la liga de allí en una especie de Champions League. Por supuesto, hay matices, ya que es imposible dejar un torneo doméstico en una decena de partidos no podría triunfar jamás. La propuesta, de momento, no ha salido adelante, ni siquiera a votación, pero en fechas próximas seguirán produciéndose charlas entre todos los actores para adoptar una determinación.

A día de hoy, el fútbol belga juega el tradicional formato del todos contra todos con 16 equipos implicados. Después, los seis mejores pasan al conocido como grupo de campeonato, en el que se decide el título, la Champions, dos plazas de Europa League y la pugna por la Conference. El último de todos ellos quedan fuera de todo. Para no dejar fuera de combate al resto de contendientes, los clasificados entre el puesto 7 y el puesto 13 se juegan la Conference League, a la que solo puede acceder el mejor de ellos. El quinto del grupo de campeonato y el primero del grupo intermedio se juegan en una eliminatoria el único billete a la tercera competición continental. Por último, un grupo de descenso formado por cuatro equipos. El mejor se salva, el segundo mejor va a un playoff con los de Segunda y los dos peores caen de categoría.

Un auténtico caos, tal y como se puede apreciar. Y, sobre todo, una enorme carga de partidos y la sensación de que gran parte de los encuentros resultan intrascendentes a posteriori. Por ello, liga y clubes son conscientes de que deben evolucionar el formato también para incentivar un mayor ingreso económico proveniente de la televisión. Las seis entidades con un proyecto más firme (Brujas, Anderlecht, Racing Genk, AA Gent, Antwerp y Standard) lideraron una revuelta para convertir la Pro League en una especie de nueva Champions. Ellos mismos reconocen que su intención es copiar, de una manera o de otra, el modelo que tanto ha triunfado en Europa.

Las dos medidas iniciales planteadas en Bélgica

  • Modelo suizo con un playoff entre seis equipos
  • Todos contra todos y un playoff final de cuatro

Antes de todo, la dirección de la Pro League ha ofrecido otro modelo que mantiene los 16 clubes en nómina y que posteriormente cuenta con un playoff con los cuatro mejores. El segundo, calificado como formato europeo, consiste también en mantener a los mismos participantes, pero reduciendo la carga de partidos. De primeras, los clubes pequeños se han posicionado en contra de este modelo porque consideran que en ningún caso favorece a sus intereses.

¿Cómo sería en Bélgica el modelo europeo?

De una forma más concreta, el modelo europeo consiste en cambiar de 30 a 24 partidos. Para ello, los clubes se dividen en cuatro bombos de cuatro equipos cada uno. Los equipos del Bombo 1 se enfrentan a ida y vuelta con los del Bombo 1. Con el resto de grupos, contra uno solo juegan en casa, contra otro solo juegan fuera y contra los dos restantes juegan tanto en casa como fuera. El Bombo 2 siempre peleará tanto como local como visitante contra los del Bombo 2 y se rige por las mismas reglas que los del Bombo 1. Y así sucesivamente.

De ese modo, un equipo juega a ida y vuelta contra nueve rivales y solo un encuentro contra los seis restantes. Una manera de reducir el calendario, que los más modestos rechazan porque perderían los partidos más importantes a domicilio y se dividiría ya de primeras la liga entre el campeonato de los poderosos y el campeonato de los más modestos. Además de las dudas que generaría en torno a los derechos televisivos: ¿cobrarían todavía más los grandes porque realmente gozarían de más partidos de nivel?

Los seis implicados en el impulso del modelo europeo

  • Brujas
  • Anderlecht
  • Racing Genk
  • AA Gent
  • Antwerp
  • Standard

También se supliría, a priori, ese grupo de campeonato posterior y los seis mejores de la clasificación general se enfrentarían entre sí en un playoff sin repartir puntos previos en los que los mejor colocados tendrían ventajas del estilo saltarse la primera ronda. Esto, de momento, no se ha especificado lo suficiente, dado que el asunto se encuentra en fase de discusión y todavía no será sometido al voto de sus participantes. Quién sabe si habrá más noticias en la siguiente reunión, que se celebrará el próximo 20 de febrero.

Entre tanto, la prensa belga se plantea si es viable un modelo con tantas aristas. HLN apunta: "¿Cómo pueden explicar este concepto los clubes a sus seguidores? Especialmente sabiendo que los clubes más pequeños, con este formato, jugarán partidos menos atractivos en casa". El caso es que tampoco hay disposición alguna a pasar por el modelo impulsado por el campeonato, del todos contra todos y luego una especie de Final Four aún por definir. Así lo rechazan algunos: "Este formato no ofrece avances estructurales y por tanto ya no es una opción".

Lo que ha quedado en evidencia es que los clubes y la competición sabe que algo falla y lo cambiarán a toda costa. Así está el asunto que hasta se rechazan modelos por no resultar lo suficientemente revolucionarios. El tiempo dirá qué propuesta sale adelante, si bien cobra fuerza la posibilidad de que la nueva Champions también sea una realidad en la liga de Bélgica.