FÚTBOL BRASILEÑO

Ronaldo Nazario pide "más transparencia" para presentarse a las elecciones de la CBF

El brasileño es un precandidato a la presidencia de la Federación.

Ronaldo Nazario es precandidato a la Presidencia de la CBF./ge
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Equipo Relevo

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Ronaldo Nazario quiere ser Presidente de la CBF brasileña. El actual propietario del Valladolid pretende dar el salto en Brasil y para ello, este lunes, envió una carta a la CBF, FIFA, Conmebol y presidentes de clubes de la Serie A y B con solicitudes para las próximas elecciones en la entidad que gobierna el fútbol brasileño.

Después de anunciar en diciembre que se postula como precandidato a la presidencia, el exdelantero ha solicitado que la fecha de la elección se defina con al menos un mes de antelación "para garantizar la organización y participación de los interesados". Además, pide supervisión por parte de la FIFA y la Conmebol, "para darle más transparencia y seguridad jurídica al proceso electoral".

Este movimiento por parte de Ronaldo es la consecuencia de lo que aprobó el Tribunal Federal Supremo con la CBF, cinco directivos y la Federación Minera de Fútbol, legitimando así el modelo que eligió a Ednaldo Rodrigues en 2022.

Con esto, el actual presidente de la CBF puede convocar a las próximas elecciones a partir del 23 de marzo de este año. En la carta, Ronaldo exige transparencia en el proceso electoral y dice que "el modelo dificulta (quizás incluso impide) el surgimiento de candidaturas alternativas", como informa Globo.

A pesar de todo, Ronaldo necesita el apoyo de al menos cuatro federaciones y cuatro clubes para formar una fórmula y hacer viable su candidatura.

Carta completa de Ronaldo Nazario:

"Estimados señores,

Como he anunciado públicamente, tengo la intención de presentarme como candidato a la presidencia de la CBF en las próximas elecciones. Me preocupa, sin embargo, la falta de transparencia y seguridad jurídica en el proceso electoral, que podría comprometer la imparcialidad y legitimidad de las elecciones.

Es claro que, con el estatuto actual, el presidente en funciones tiene control absoluto sobre todo el proceso, lo que, de por sí, nos aleja de las condiciones de una competencia justa e igualitaria. Además de no contribuir a la integridad de la elección, el modelo dificulta (quizás incluso impide) el surgimiento de candidaturas alternativas.

Además, la crisis de los últimos años en la dirección de la CBF, marcada por una serie de interferencias externas y disputas judiciales incompatibles con la autonomía y grandeza de la entidad, empañó su reputación a nivel mundial y puso en riesgo su independencia.

Si hay un hecho indiscutible en estos años de embrollo -que incluso preceden a la actual administración- es que esta sucesión de acontecimientos generó un sentimiento colectivo de inseguridad jurídica y afectó negativamente la credibilidad de la confederación.

Faltan menos de 16 meses para el próximo Mundial -llegaremos a 2026 con una sequía de 24 años sin un título- y lo único que el fútbol brasileño no necesita ahora es pasar por un proceso electoral de dudosa legitimidad. Lo que necesitamos es tiempo para dar voz y espacio a unos clubes que, unidos, son aún más fuertes; escuchar a las federaciones en favor de mejoras en las competiciones y el desarrollo del deporte en sus estados; para que la fuerza de la visión compartida, en alineamiento estratégico, nos lleve al cambio.

A la luz de estas preocupaciones, solicito que la fecha de las próximas elecciones -cuyo plazo legal es de un año a partir del 23 de marzo de 2025- se fije con al menos un mes de antelación, a fin de garantizar la organización y la participación de las partes interesadas.

También solicito que la elección sea supervisada presencialmente por la FIFA y la CONMEBOL, para brindar mayor transparencia y seguridad jurídica al proceso electoral, así como alineamiento con los principios internacionales de gobernanza en el fútbol. En manos del colegio electoral está la oportunidad y la responsabilidad de responder a la urgente necesidad de un shock de gestión en la CBF, que empiece por restablecer la confianza en la institución y sea sostenible en el largo plazo. Reitero mi total disposición a colaborar en la reconstrucción de la credibilidad y la protección del futuro de la entidad. "El fútbol brasileño es un bien público: nos corresponde a nosotros defenderlo".