El adiós de Mariona que explica un cambio de escenario y un golpe de realidad en el Barça
La mallorquina se despide del conjunto culé tras diez años en el club y en su plenitud futbolística.

"El Barça hace oficial el fichaje de la mallorquina Mariona Caldentey", anunciaba 'Última Hora', uno de los diarios baleares más antiguos. La noticia corresponde al 30 de julio del 2014. "Mariona Caldentey es el cuarto refuerzo culé tras Leire Landa, que llega del Athletic, Sandra Hernández y Cristina Baudet, ambas fichadas del San Gabriel", añadían.
La exblaugrana -todavía se hacer raro escribirlo- aterrizaba en el Barça tras perder la final del Europeo Sub-19 frente a Países Bajos. Diez años después, Mariona Caldentey abandona el Barça rumbo, probablemente, al Arsenal. Una salida que marcará un antes y un después en el club blaugrana, que nos demuestra que nos hacemos mayores y que señala una nueva realidad en el fútbol femenino.
Salidas dolorosas
Poco o nada queda del fútbol femenino del 2014 queda a estas alturas. Hace unos años, que una futbolista como Mariona Caldentey, en su plenitud deportiva, abandonase el Barça era impensable. Ahora, las tentaciones aparecen en cualquier rincón. Ya sean en forma de dólares americanos, pesos mexicanos o libras esterlinas o en forma de nuevos retos y de explorar nuevas ligas en, evidente, crecimiento exponencial.
En los últimos años, la hinchada culé ha visto despedirse a futbolistas como Melanie Serrano, Vicky Losada, Jenni Hermoso, Leila Ouahabi o Lieke Martens. Esta última de doloroso recuerdo para la afición blaugrana por cómo se produjo. Todas ellas se fueron -de forma voluntaria- por diferentes motivos. Sin embargo, a excepción del adiós de la neerlandesa, la sensación con el resto era que se había acabado un ciclo y que su protagonismo en el equipo había disminuido, pasando a desempeñar un rol secundario, ya fuese porque otra futbolista había ocupado su lugar o por el paso del tiempo.
Incluso la despedida de Sandra Paños deja otro sabor de boca. Si bien es cierto que la guardameta alicantina es una leyenda -y siempre lo será- del Barça, la explosión de Cata Coll la relegó a un segundo plano, siendo la mallorquina la titular en los momentos clave del curso y su adiós, una noticia esperada.
𝐶𝑢𝑙𝑒𝑟𝑠, @mariona8co 𝑡𝑒́ 𝑢𝑛 𝑚𝑖𝑠𝑠𝑎𝑡𝑔𝑒 𝑝𝑒𝑟 𝑎 𝑣𝑜𝑠𝑎𝑙𝑡𝑟𝑒𝑠... 💙❤️ pic.twitter.com/RzM7JNL83G
— FC Barcelona Femení (@FCBfemeni) June 5, 2024
Imprescindible en el fútbol blaugrana
Pero es que Mariona Caldentey era imprescindible en el Barça y en el modo de entender su fútbol. Este año, incluso, experimentó en un nueva posición, la de falso nueve, que la convirtió en más importante si cabe. Para el recuerdo, el encuentro ante el Real Madrid en el Lluís Companys en el que ella y Salma Paralluelo volvieron locas a las madridistas. Una fórmula que copió Montse Tomé en la Selección.
Lo cierto es que Mariona se despide siendo la séptima jugadora con más minutos en Liga F, siendo la cuarta máxima goleadora (9 tantos) y la tercera asistente (9). En el resto de competiciones, como la Champions, sus números son similares en cuanto a importancia se refiere, siendo titular en todos los encuentros importantes (a excepción del encuentro de vuelta de las semifinales ante el Chelsea), como las tres finales que el Barça ha disputado en este curso: la Supercopa, la Copa de la Reina y la Champions. Justo, hace unos días, cumplía 300 partidos como blaugrana.
Es decir, Mariona Caldentey es la primera futbolista con ADN Barça que se marcha del club en su mejor momento y siendo imprescindible en el equipo. La mallorquina es una una de las jugadoras que mejor entiende el fútbol blaugrana y un perfil muy difícil de encontrar en el mercado. Sus medias bajadas, su forma de correr y su sonrisa eterna la habían convertido en una de las futbolistas culés más representativas. Además, pertenece a la generación (futbolística culé) de las Patri Guijarro, las Aitanas, las Alexias Putellas, etc. Una alineación que la afición del Barça recitaba de memoria. Por decirlo de algún modo, es como si se fuese un trocito del escudo.
Además, y algo más preocupante, su marcha parece romper una barrera sagrada y convierte en vulnerables a la estrellas blaugranas. Un golpe de realidad y un cambio de escenario. Se va a hacer muy raro ver a Mariona Caldentey con otra camiseta.