LIGA F | REAL SOCIEDAD 1 - BARCELONA 7

Alexia Putellas se metió en un búnker para alejar la "mala suerte"

La mediocentro se aisló de todo y volvió tras 117 días lesionada con buenas sensaciones y un gol. "Es como si no hubieran pasado tres meses", afirma.

Alexia Putellas, jugadora del FC Barcelona Femenino, durante el partido ante la Real Sociedad en Zubieta. /LALIGA
Alexia Putellas, jugadora del FC Barcelona Femenino, durante el partido ante la Real Sociedad en Zubieta. LALIGA
Mayca Jiménez

Mayca Jiménez

El fútbol como refugio. Alexia Putellas se aisló de todo el ruido junto a la pelota durante estas últimas semanas. Desde su entorno coinciden en que la futbolista se ha volcado al 100% en su recuperación. Entrenar, entrenar y más entrenar, con un minucioso cuidado físico en continua coordinación con los especialistas del Barça. El fin era claro: volver a jugar cuanto antes y con la mayor confianza posible. Un objetivo cumplido este domingo, en la victoria por 1-7 del Barça ante la Real Sociedad en Zubieta. A sus 30 años, la de Mollet del Vallès regresó a los terrenos de juego 117 días después con una sonrisa que se dibujó por partida doble: anotó un gol a los quince minutos de saltar a los terrenos de juego.

"La he visto por ahí, me ha caído y para dentro. Nada, es algo anecdótico. Es más las buenas sensaciones, encontrarme bien y las conexiones con mis compañeras, como si no hubieran pasado tres meses, y muy feliz, es donde mejor me encuentro, en el campo, y cerca de las compañeras y ayudando al equipo", aseguró tras el pitido final. Sus palabras guardan un sufrimiento silencioso durante estas últimas semanas.

Se habló mucho de ella, de su lesión, de su futuro. No obstante, Alexia Putellas se quiso mantener al margen de todo. Lo importante era recuperarse en un innegable nivel de exigencia de la catalana consigo misma. "Espero que a partir de ahora tenga mucha más felicidad que la que ha tenido. Por la mala suerte que tuvo", deseaba su compañera y amiga Irene Paredes.

Sin duda, Alexia Putellas ha vivido un periodo complicado. Por las dudas iniciales con su lesión, que finalmente no fue grave, por el continuo runrún por su renovación con el Barça -acaba contrato el 30 de junio- y su convocatoria por la Selección en la recta final de su recuperación. En medio del ruido -que no fue poco-, fue campeona de la Nations League con España (2-0, ante Francia), como capitana y líder de un vestuario que se sobrepuso a todo durante este torneo que arrancó con el conflicto en Oliva. No arriesgó en la Selección Alexia. Ni ella ni Montse Tomé, que avisó desde el inicio que no se iba a forzar su regreso y se iban a respetar los plazos y pautas, en línea con el trabajo que había realizado en el Barça.

Tras su recuperación... llega negociar su renovación

Pese a esto, el cisma fue imparable, con su renovación pendiente de fondo. Un trámite que ella misma dejó a un lado con el foco puesto en su recuperación. La '11' del Barça se lesionó a mediados de noviembre e hizo encender todas las alarmas con el recuerdo reciente de su grave lesión de rodilla. Era la misma zona y el dolor le llevó al quirófano de nuevo. Aunque nada tuvo que ver con aquella traumática lesión que le dejó sin jugar durante nueve meses justo antes de iniciar la Eurocopa en 2022. Esta nueva intervención fue sencilla, rápida y con miras a acabar con cualquier molestia durante el tramo final de temporada.

Ahora, ha vuelto y quiere hacerlo de manera definitiva. Como aseguraba Paredes, dejando esa "mala suerte" atrás. Y, sobre todo, con mucha confianza en sí misma. "Estoy muy feliz y muy contenta. Por fin puedo hacer lo que más me gusta, que es jugar, competir y ganar. Muchas ganas de seguir sumando, con ganas de disfrutar dentro del campo con las compañeras y sobre todo de seguir ganando todo", expuso tras aislarse de todo lo malo para que surgiera todo lo bueno.

Su gol, su motivación y competitividad con un 1-7 en el marcador hasta el último suspiro mostró a la Alexia de siempre. Y así lo siente la propia mediocentro, que no quiere precipitarse y tiene paciencia de cara a una lluvia de minutos que llegará poco a poco. Sea como sea, ya ha dejado atrás su lesión. Y el ruido. Aunque pronto le tocará abordar su futuro, con un deseo de continuar de azulgrana y el miedo latente de tener que abandonar el club de su vida, del que es emblema y en el que no deja de batir récords. El de este domingo fue convertirse en la quinta máxima goleadora histórica del Barça, en masculino o femenino. Casi nada. Y no ha hecho más que volver.