LIGA F | REAL MADRID 0 - FC BARCELONA 3

Detrás del pique de Graham en el Clásico hay un tuit y un "no hay tanta diferencia"

La rivalidad entre el Barça y el Real Madrid ha ido aumentando con el paso del tiempo.

Las jugadoras del Barça celebrando la victoria. /EFE
Las jugadoras del Barça celebrando la victoria. EFE
Nagore Domínguez

Nagore Domínguez

La temporada pasada, Real Madrid y FC Barcelona femenino protagonizaron uno de los Clásicos con más tensión en la corta, aunque intensa, historia de los partidos entre ambos equipos. Parecía que todo iba a quedar ahí, que el de este año en feudo blanco iba a ser más tranquilo, pero Caroline Graham Hansen, motivada por la rivalidad que existe entre ambos clubes, reavivó el debate tras el partido. "Ellas siempre hablan antes del partido y luego siempre terminamos ganando. Estamos más cerca, estamos más cerca, pero seguimos ganando nosotras. Vamos a intentar que se quede así", dijo inesperadamente.

"Es un Clásico y siempre tiene que picar perderlo. Tiene que haber siempre algo extra para ganarlo", añadió la noruega, que también habló sobre el campo marcando un gol y dando una asistencia. Y es que su discurso tras la victoria culé (0-3) ante el Real Madrid femenino hizo recordar las palabras que Alberto Toril dijo tras el último encuentro entre ambos equipos disputado en la Supercopa: "El Barça le gana a todos. Es el campeón de Europa. A veces estamos más cerca y más lejos".

"Creo que no hay tanta diferencia con el Barça. Podemos ponerlas en problemas. Tenemos posibilidades y en algún momento llegará la victoria", añadió después de caer en la semifinal de la competición con un 4-0 en contra. Pero la realidad es diferente. El Real Madrid femenino todavía no sabe lo que es ganarle al Barça y, en las tres veces que se ha enfrentado a las de Jonatan Giráldez esta temporada hasta el momento, ha encajado 12 goles y no ha marcado ningún gol. Ha habido instantes puntuales en algunos encuentros donde el Madrid ha conseguido meter en apuros al Barça, pero nada que el conjunto culé no haya podido solventar después.

Hansen celebrando su gol.  EFE
Hansen celebrando su gol. EFE

Un déjà vu de mensaje

Hace justo un año, Graham Hansen también fue de las primeras en reaccionar tras el 1-0 que protagonizó a favor de las culés y que afianzó el liderato del Barça con una ventaja de 13 puntos respecto al Real Madrid femenino, algo casi idéntico a lo que sucede ahora. "Sí, sí, más cerca", escribió entonces la futbolista en un tuit, en referencia a los comentarios que salían desde Valdebebas. Con esta victoria, el Barça se coloca a 12 puntos respecto al conjunto de Toril. "Va a estar difícil para el Madrid coger estos puntos", recordó la noruega.

En cambio, Jonatan Giráldez, haciendo un repaso de su trayectoria como entrenador del FC Barcelona femenino en los Clásicos, no echó más leña al fuego. "Afortunadamente siempre ha sido una rivalidad sana", analizó el técnico vigués. "Todos los partidos contra el Real Madrid han sido especiales, jugar contra el Real Madrid es especial", añadió.

Lances del juego y conversaciones fuera del estadio

La temporada pasada, el partido que ambos equipos protagonizaron en el Alfredo Di Stéfano quedó totalmente empañado por la polémica y la tensión que se vivió. El conflicto en la Selección española hizo que aquel encuentro se viviese de una manera más agresiva. Parte de la afición del Real Madrid femenino pedía que Jorge Vilda se quedara como seleccionador y recordaban a las jugadoras del Barça que renunciaron a su puesto en el conjunto nacional que no irían al Mundial. Por su parte, la afición culé pedía a gritos la destitución del exseleccionador.

Sobre el terreno de juego, los piques entre Athenea y Rolfö fueron los protagonistas. Incluso el no saludo de Aitana Bonmatí a Misa tras el partido quedará grabado en la mente -y en las imágenes- de muchos. En cambio, este Clásico fue diferente. Athenea y Rolfö volvieron a verse las caras y, a pesar de tener amagos de pequeños enfados, todo quedó en un simple lance del juego. Athenea, con la energía habitual con la que vive los partidos, terminó llevándose una tarjeta amarilla por protestar una falta. Cuando una de las dos se iba al suelo, la otra le chocaba la mano.

Y esta vez, tras el partido, sí hubo abrazos y reencuentros entre jugadoras. Rocío Gálvez abrazó a Alexia Putellas y a Mariona Caldentey. Tras el choque, las jugadoras de ambos equipos coincidieron saliendo del estadio. Irene Paredes, entre otras del Barça, charló con Teresa Abelleira antes de entrar al autobús y los saludos entre ellas fueron visibles, reflejando que los piques y las pullitas forman parte del fútbol.