LIGA F | ESPANYOL 0 - BARÇA 2

Un minuto ante el Espanyol revela el problema del Barça y dibuja el preocupante retrato robot del vestuario blaugrana

Graham Hansen empujó a Lucía Vallejo y Claudia Pina rompió a llorar tras ser sustituida.

Claudia Pina llora en el banquillo tras ser sustituida en el encuentro ante el Espanyol. /DAZN
Claudia Pina llora en el banquillo tras ser sustituida en el encuentro ante el Espanyol. DAZN
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

Es tan difícil hablar de crisis en un Barça que lidera Liga F —marchan primeras, a cinco puntos del Madrid y con 74 goles a favor y nueve en contra, en 18 partidos— y que se clasificó como primero de su grupo para los cuartos de final de la Champions, que hay que (intentar) explicarlo bien.

Probablemente, el minuto 68 del duelo ante el Espanyol sea la mejor forma de hacerlo. Un minuto en el que Graham Hansen empujó a Lucía Vallejo y en el que las cámaras televisivas captaron a Claudia Pina llorando en el banquillo tras ser sustituida. Cosas del fútbol, inmediatamente después llegó el gol de la noruega, que rompió el empate de un partido que las culés acabaron ganando por 0-2. 

El minuto 68

Graham, que no se mordió la lengua y atizó al Espanyol en el micrófono de Esport3: "No quieren jugar al fútbol, entran a dar hostias", mostró su peor versión ante una futbolista del Espanyol. Graham venía de disputar un balón, que se había perdido por la línea de fondo, con Júlia Guerra. Con la jugada acabada, se dirigió rápidamente hacia Lucía Vallejo (que parece que le dijo algo) y la empujó, recibiendo la tarjeta amarilla de la colegiada y los reproches de las jugadoras pericas.

La reacción de la extremo llamó la atención por ser impropia de ella. O, al menos, poco habitual. No es la primera vez que al conjunto blaugrana le juegan así, pero sí la primera en la que la noruega se comporta de tal manera.

Acto seguido, Pere Romeu decidió cambiar a Claudia Pina, una de las jugadoras clave en este curso. La internacional española se dirigió al banquillo, se sentó y rompió a llorar mientras se ponía el peto de suplente y ante la atenta mirada de Kika Nazareth, que también había sido sustituida. Una imagen que corrió como la pólvora por las redes sociales y que parece indicativa del estado moral del equipo. La atacante ha sido titular en 13 ocasiones, siendo sustituida en 11 de ellos.

En la rueda de prensa posterior al partido, al ser cuestionado por la reacción de Claudia Pina, Pere Romeu respondió: "¿Pina llorando? Ninguna jugadora quiere ser sustituida, dame jugadoras como ella". Dos gestos que, aderezados con el ambiente del derbi (con el lanzamiento de una lata al terreno de juego en la celebración del Barça incluido) dibujan el retrato robot del vestuario blaugrana.

El 'problema' ya se veía venir

Porque el problema —ya se podría categorizar así porque que el Barça estaba raro ya se venía viendo desde hace un tiempo— tiene poco que ver con los resultados. El conjunto blaugrana sigue siendo el mejor del mundo y sus jugadoras son capaces de ganar, y de golear, sin necesidad de mostrar su mejor versión. No van por ahí los tiros.

Muchas futbolistas se muestran frustradas o como si, de repente, no se entendiesen entre ellas. El "de repente" es porque llevan mucho tiempo haciéndolo a las mil maravillas, pero —ahora— no. Son ya unas cuantas las veces en las que al fútbol blaugrana le ha faltado fluidez o la brillantez de otras ocasiones. Acostumbradas siempre a su mejor versión, o mejor dicho, desacostumbradas a una versión tan gris tan continuada, la frustración es el elefante en la habitación.

Se apreció en el partido ante el Espanyol, pero también en varios tramos del encuentro ante el Dépor (en la primera jornada liguera), ante el Manchester City (en el debut en Champions), frente al Sevilla, al Athletic Club en la derrota del sábado pasado contra el Levante. Hay jugadoras con muchos minutos, por ejemplo, Aitana Bonmatí. Un dato: ante el Espanyol, fue la primera vez que la dos veces Balón de Oro fue sustituida este curso. Hasta hace unas horas, la centrocampista había disputado 12 partidos de titular, con sus correspondientes 90 minutos. Una realidad que choca con la de la Claudia Pina.

Tampoco se está contando demasiado con el filial ni con jugadoras como Ellie Roebuck, Marta Torrejón o Jana Fernández. En lo que va de temporada, tan solo Schertenleib y Alba Caño han disfrutado de minutos. Dos circunstancias que están cargando de minutos al resto en partidos cómodos, o ante rivales muy alejados del Barça por diferentes circunstancias, y que se agravan con la marcha de Keira Walsh en el mercado invernal o con las lesiones de Patri Guijarro o Alexia Putellas. Convirtiendo rotar, que antes era una opción, en una obligación.

En los cursos recientes, la derrota ante el Levante hubiese significado una goleada en la jornada siguiente, un "a ver quiénes son las próximas en pagar los platos rotos del tropiezo". Sin embargo, esta vez, se tradujo en otro partido raro ante el Espanyol, el decimo tercero en la clasificación.