LIGA F

Qué es el FVS, el nuevo VAR del fútbol femenino, y en qué se diferencia del VAR de siempre

El sistema que se pretende instaurar en la Liga F tiene similitudes con el ojo de halcón del tenis.

Qué es el FVS, el nuevo VAR del fútbol femenino, y en qué se diferencia del VAR de siempre
Jonás Pérez

Jonás Pérez

La Real Federación Española de Fútbol ha confirmado la llegada del VAR al fútbol femenino. A partir de la próxima temporada, siempre y cuando se supere el mero trámite de que FIFA lo apruebe, la Liga F contará con un sistema de tecnología aplicado al arbitraje que, sin embargo, no será igual que el VAR del deporte masculino al que tanto nos hemos acostumbrado.

En primer lugar, porque ni siquiera tiene el mismo nombre. Su denominación oficial es Football Video Support, o en siglas FVS. Se acabará conociendo popularmente como VAR, aunque ya de base existe este sonoro matiz. Si fuera esa la única diferencia... El nuevo sistema tiene sus pros y sus contras, que realmente se verán cuando comience a utilizarse. Eso sí, hay una conclusión clara y es que esto es un paso adelante, independientemente de que todavía haya mucho camino por recorrer.

En qué consiste exactamente el FVS

La principal característica de este nuevo sistema es que los árbitros no acuden a revisar una jugada por indicación de otros árbitros y tampoco por iniciativa propia. Son los entrenadores de los dos equipos, y solo los entrenadores, los que tienen la capacidad de solicitar formalmente una revisión. Una vez eso ocurra, el colegiado está obligado a hacerles caso y acudir al monitor a ver la jugada y tomar una decisión.

Que sean los entrenadores las voces últimas para solicitar esta revisión no implica que las jugadoras no puedan tomar una voz protagonista. De hecho, muchas veces son ellas las que le piden a sus técnicos que pidan el 'challenge'. Así ocurrió en la Copa del Mundo Sub-17 o la Copa del Mundo Sub-20, donde ya se utilizó este sistema.

Revisa si una acción es gol o no, si hay penalti o no, las rojas directas y los errores de identidad. Es decir, como el VAR de siempre. A cambio, como no hay tantas cámaras para estudiar la acción, solo se cambiará la decisión del colegiado de campo si existe un error claro y manifiesto. FIFA ya informó en un comunicado que esto no siempre será tan sencillo: "Dado que el sistema utiliza pocas cámaras, la repetición a menudo no será concluyente y, por lo tanto, la decisión original no podrá modificarse".

Una vez se apruebe, una de las grandes dudas es cuántas solicitudes podrán pedir los entrenadores. Según anunció el organismo, aunque esto podría estar sujeto a cambios en las diferentes competiciones, cada técnico tendrá en su poder dos solicitudes por encuentro. Por ejemplo, en el Mundial Sub-20 se especificó que era una por cada mitad. La clave aquí está en que si el árbitro de campo da la razón al equipo que ha solicitado una revisión, no perderá la oportunidad. Por el contrario, si se mantiene en su determinación inicial, entonces el técnico verá reducidas sus opciones de reclamación.

Qué diferencia al VAR tradicional del FVS, el VAR de la Liga F

En primer lugar, es mucho más barato, accesible y sencillo de instalar. Ya no existe una sala VOR en la que haya un equipo de árbitros estudiando todo al detalle. Solo una pantalla en el campo para mirar las repeticiones, que se activará tras cada petición. Por tanto, contará tan solo con el apoyo de las cámaras del campo, que no suelen ser muchas en las competiciones en las que se suele aplicar este VAR. Tampoco en la Liga F.

Esto provoca que mientras el VAR tiene un sistema preciso y casi infalible a la hora de mostrar diferentes tomas de valor a los colegiados, el FVS complica enormemente la labor a los árbitros en jugadas de dificultad o que se den en zonas del campo con poco alcance. De ahí que FIFA especifique que se cambia menos de decisión debido a que no se cuentan con los medios suficientes para demostrar que hay un error claro y manifiesto.

Por otra parte, el sistema del VAR es intervencionista, mientras que este FVS apenas tiene trascendencia en los partidos por estar limitado a peticiones. Aunque sí, el VAR suele intervenir para jugadas claras, mientras que este sistema puede acoger cualquier tipo de acción e incluso se puede tomar como una especie de pequeño descanso. Una bocanada de oxígeno.

La otra gran diferencia radica en los fueras de juego. Del semiautomático del masculino y la capacidad para trazar líneas en tiempo exprés y definir con detalle si hay una uña del pie por delante del último defensor, en el femenino tendrá que realizarse a ojo, en función de una imagen estática, sin líneas y con el temor de que no haya un ángulo de visión claro que permita dictaminar si hay o no posición antirreglamentaria.

Para cerrar, el VAR cuenta con un complejo sistema de monitores y debe estudiarse con detenimiento, si bien el FVS apenas requiere de infraestructuras, valdrá con una instalación mínima que podrá transportar una única persona para cada partido. FIFA especifica también que el VAR que se instalará en la Liga F no es incompatible con los sistemas de comunicación arbitrales, así que si la RFEF lo requiere podría ir de la mano de una pequeña sala VOR.

Ventajas e inconvenientes del FVS

Con el paso de los partidos, será sencillo identificar problemas, aunque también hay puntos a favor. Lo primero que hay que asumir es que esto es positivo, en todos los casos. Otra cosa es que pueda ser más positivo todavía. Eso será cuestión de tiempo.

La principal ventaja que se puede venir a la mente es que el FVS no es intervencionista, por lo que se acabó ese debate tan presente en Primera División de por qué ha entrado en una jugada y no en otra, por qué esa mano se revisa y la otra de repente no... Una conversación tan frecuente que ya es parte de nuestro día a día.

Pero hay otras muchas desventajas. La más clara es que las revisiones van a ser, en ocasiones, absurdas. Porque haya un fuera de juego previo, porque se utilicen para perder tiempo, o para que las futbolistas descansen... Ya ocurrió en el Mundial Sub-20, cuando España pidió un penalti que ya de por sí era riguroso, pero que no había forma de señalarlo ya que venía de una posición antirreglamentaria de más de un metro de Jone Amezaga.

También puede ocurrir que un entrenador reclame, pierda la revisión y que poco después haya un penalti clarísimo no señalado. ¿Añadiría eso justicia al deporte? Bueno, pequeños pasos hacia adelante, a falta de un futuro mejor.