Pasillo, ovación de varios minutos y un 'nueve de oro' para despedir a Olga García en Logroño: "El fútbol me ha regalado más de lo que nunca imaginé"

Pasaba el minuto 60 de partido entre el EDF Logroño y el SE AEM cuando todo se paró. El tiempo, el fútbol del campo de Pradoviejo (La Rioja) y la carrera como futbolista de una jugadora que estuvo ahí desde que todo era barro. "Se marcha, por última vez, con el dorsal número 9, Olga García", anunció el speaker mientras sus compañeras empezaban a formar un pasillo en la zona por la que su delantera iba a abandonar el terreno de juego.

Olga salió del campo ovacionada por su afición y también por la rival, en una lluvia de aplausos que duró minutos. Con los sentimientos a flor de piel y antes de cruzar la línea de banda, en el fondo del pasillo la esperó Lorena Valderas, la que heredó el brazalete de capitana. La delantera, que lo llevaba en la mano, fue la encargada de ponérselo a su compañera en un gesto que emocionó a las demás, que se secaban las lágrimas antes de reanudar el partido.

No pudo despedirse marcando. De hecho, el partido terminó en un empate a cero y dejó a ambos equipos como estaban en la tabla de Primera Federación: las visitantes, sextas; las locales, séptimas. "Despedirse nunca es fácil, pero el amor y el cariño que recibí ayer en mi despedida es algo que recordaré toda mi vida", comenzó escribiendo Olga García en sus redes sociales. "Gracias al público que coreó mi nombre en cada acción, gracias por cada mensaje que me mandasteis de apoyo y gracias al club y a todas mis compañeras y entrenadores por cada momento vivido", agradeció la jugadora.

"El fútbol me ha regalado más de lo que nunca imaginé y llevaré cada recuerdo vuestro en mi corazón. ¡Gracias por tanto, os echaré de menos!", finalizó su mensaje. También recibió un 9 dorado firmado por sus compañeras de equipo y una placa, del mismo color, con una dedicatoria especial agradeciendo su aportación al fútbol femenino y ensalzando su carrera. Además, estuvo acompañada por familiares suyos, su mujer Carla Suárez y sus dos hijas.

Olga García tiene un currículum del que pocas jugadoras pueden presumir. Debutó con la Selección absoluta en 2015 y marcó. Fue incluida en la convocatoria para disputar la Eurocopa de 2017, después participó en cinco de los ocho encuentros que la Selección jugó para conseguir la clasificación para el Mundial de Francia de 2019, pero finalmente no recibió la llamada de Jorge Vilda para disputar el gran torneo. Pasó por las filas del FC Barcelona femenino -en dos etapas-, del Levante y del Atlético de Madrid, en las que marcó un total de 119 goles.

En su palmarés relucen cuatro Copas de la Reina y dos ligas, conseguidas defendiendo los colores del Barça. Además, también fue partícipe de la última liga que levantó el Atlético de Madrid en la temporada 18/19. Con el conjunto culé también logró ser la máxima goleadora del equipo en 2011. Fuera de los terrenos de juego, Olga se convirtió en la primera jugadora profesional que compaginaba el fútbol y los eSports. Durante su paso por el DUX Logroño, Olga trabajó junto al equipo técnico del club para entrenar en ambas facetas deportiva y mentalmente. También compitió en su primer torneo de videojuegos en el fútbol de manera presencial meses atrás.

"Era una española que iba a competir a Portugal... y encima con un derbi Benfica-Sporting de Portugal en el primer torneo presencial de mi carrera. Al final gané 0-3 y llegué a la final, aunque llevaba entrenando tres meses. La liamos porque nadie confiaba a que pasaba de la fase de grupos y pasamos como primeros y llegamos a esa final, que la perdí contra una chica de Oporto que ha ganado en los últimos cuatro años", contó en 'Quiero ser como' hace unos meses.