El Real Madrid coge un color especial por el subcampeonato

El Real Madrid acaricia el subcampeonato en Liga. Las de Toril suman la quinta victoria seguida en el campeonato para dejar, virtualmente, atada la segunda plaza a falta de lo que haga el Levante. Lo hizo en otra gran tarde de dos de sus jóvenes con mayor proyección, Linda Caicedo y Olga Carmona, y manteniendo el foco en la de siempre, Caroline Weir. La escocesa volvió a ser clave con su movimientos entre líneas para hacer mejor el juego de su equipo. No acudió a su recurrente cita con el gol, pero sí que lo hizo con las asistencias, siendo la jugadora con más pases de gol de la historia del Real Madrid (16).

La leyenda de la '11' blanca no deja de crecer en sus apenas nueve meses como madridista. Junto a ella, brillan con más fuerza una Linda Caicedo que cada vez está más asentada en el equipo y Olga Carmona, que se marchó de la que fue su casa por la puerta grande. Partidazo de la lateral andaluza ante un Sevilla que propuso muy poco de inicio y que logró mantener vivo el partido en el segundo tiempo. Pese a ello, no pudo doblegar a un Real Madrid que vuelve a demostrar su poderío en Liga.

Llegaba el Sevilla a este partido sin la presión de quien tiene algo en juego y con la tranquilidad del trabajo bien hecho en los últimos meses. Había mejorado mucho el equipo de Cristian Toro a nivel defensivo y se esperaba que fuera un rival duro de roer ante el Real Madrid. Si bien es cierto que el cuadro hispalense estuvo desbordado atrás, donde se le vieron las costuras por tiempos, su oferta arriba fue prácticamente nula. No hubo ni una sóla ocasión en el primer tiempo, con una Misa que tuvo un papel meramente testimonial. En la segunda parte, el equipo sevillano intentó plantar cara sin suerte con Martín-Prieto y Amanda a la cabeza.

Marcó y mostró respetos a su exafición. La sevillana volvía a la que fue su casa. Al lugar donde explotó como jugadora y desde el cual dio el salto al Real Madrid. Y, en esa maldición de la ex que no deja de repetirse en el fútbol, Olga Carmona abrió la lata con un tanto en el que pidió perdón a la hinchada hispalense. No hubo celebración de la lateral sevillana, que levantó los brazos y unió sus manos en señal de disculpas hacia la grada. Un gesto muy plausible con el que demostró su nivel como jugadora más allá del fútbol que atesoran sus botas. Lo hizo casi todo bien la andaluza en un partido en el que recuperaba la titularidad y sale aún más reforzada.

No sólo no le pesa la camiseta del Real Madrid a sus apenas 18 años. Linda Caicedo acaba de llegar al equipo blanco y ya corre a ritmo de estrella. Venía de marcar y asistir en el derbi ante el Madrid CFF y volvió a deleitar a todos en Sevilla con sus caños, sus jugadas imposibles y, por si fuera poco, otra asistencia. De sus botas nació el pase para Olga Carmona en el 0-1. Además, fue clave en la jugada del 0-2 final. La colombiana cazó un despeje de Misa, abrió el campo y mandó el balón a Weir, que volvió a hacer magia en otro partidazo de la escocesa para ceder el balón a Athenea y que esta pusiera la guinda al partido.

Lo que pudo cambiar el partido con Martín-Prieto en el verde desde el inicio. La sevillana, máxima goleadora del Sevilla, fue suplente y su salida en la segunda parte dio mordida y empuje al ataque hispalense. El primer balón que tocó fue para dar pie a la ocasión más clara de su equipo, en un pase de la muerte para Jessica Martínez. No obstante, la paraguaya no llegó a rematar. Los intentos de gol del Sevilla llegaron en el segundo tiempo, aunque no fueron contundentes para apretar el marcador. Y, en la mayoría de ellos, se vio el sello de Martín-Prieto.

Tras dos meses sin marcar, Esther volvió a ser suplente después de un mes de abril en el que apenas ha tenido protagonismo. La andaluza salió en el segundo tiempo para sustituir a una Moller que le parece haber quitado el puesto de '9' en los últimos partidos. Lo hizo con decisión y con esa ambición que le caracteriza de cara a puerta. Sin embargo, su intención se vio ahogada por el palo, con el que se topó en un gran disparo cruzado con el que sorprendió a Sullastres.