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¿Por qué tomó Messi hormonas de crecimiento? Una historia de lucha contra problemas económicos y mala reputación

Cuando era solo un niño, Leo Messi tuvo que tratarse para paliar su déficit en hormona de crecimiento.

Leo Messi.  /QUAY
Leo Messi. QUAY
Javier Mercadal

Javier Mercadal

Leo Messi es, probablemente, el mejor futbolista de la historia. Sin embargo, perfectamente pudo no serlo. El talento siempre estuvo ahí. Hay varios vídeos corriendo por Internet de un jovencísimo Lionel regateando rivales con el balón cosido a la bota, tal y como haría años más tarde con la camiseta del Barcelona. Un problema hormonal pudo haberle costado el desarrollo físico necesario para hacer carrera en el balompié profesional. Por ello, desde niño tuvo que tratarse con hormona del crecimiento.

"Una vez por noche me iba pinchando la hormona de crecimiento. Iba cambiando de pierna. Primero una, después otra. No me impresionaba, al principio me la ponía mi mamá, mi papá. Cada noche. Hasta que aprendí y lo fui haciendo solo. Era una aguja muy chiquita, te metías y cargabas la cantidad que tenía que pincharme. No, no me dolía, ya era algo rutinario", relató en 2018 el propio Messi en el programa La Cornisa de America TV.

Por qué Messi tomó hormona del crecimiento

En el mundo del deporte, la hormona del crecimiento posee mala reputación por ser un método habitual de dopaje entre los tramposos. Sin embargo, se trata de una sustancia natural, que es producida por la glándula pituitaria y que juega un papel crucial en el desarrollo del cuerpo humano. Claro que existen algunos casos en los que esto no sucede. Se conoce médicamente como déficit en hormona del crecimiento y es tratado con un sustitutivo sintético que posee las mismas propiedades.

Leo Messi fue diagnosticado con déficit en hormona del crecimiento cuando tenía nueve años por el endocrino Diego Schwartzstein. Entonces apenas medía 1 metro y 25 centímetros, lo que le granjeó el apodo de La Pulga que le acompañaría durante toda su carrera. Aquella circunstancia médica preocupaba tanto al pequeño Leo, que ya jugaban en las inferiores de Newell's Old Boys y soñaba con ser futbolista profesional, como a sus padres, Jorge y Celia.

Finalmente, Leo fue prescrito con un tratamiento consistente en inyectarse 75 ug de Levotiroxina de forma diaria. En una entrevista con Infobae en 2018, Schwartzstein estimaba que de no haber iniciado la medicación Messi hubiese tallado 1,55 o 1,60 metros como adulto, y no los 1,70 m que alcanzó finalmente.

Los problemas económicos y su llegada al Barça

El tratamiento con hormona del crecimiento es muy caro. De hecho, en el argot del doping se le conocía como la droga de los campeones, porque solo aquellos deportistas muy exitosos se la podían costear. En el caso de Messi, inicialmente fue el seguro médico de su padre con la compañía Acindar quien corrió con los gastos. Sin embargo, la crisis económica de 2001 cortó el grifo y los Messi se hallaron ante una encrucijada.

Sobre la mesa estaba la posibilidad de River Plate, pero aquello se cayó ya que el club bonaerense no podía cubrir los gastos del tratamiento. De hecho, hay quien dice que su prueba con el equipo del Monumental fue una estrategia de los Messi para que Newell's pagase el tratamiento. Fue entonces cuando apareció el Barcelona en el horizonte, que tomó una decisión que cambiaría para siempre el curso de su historia. El tratamiento de hormona del crecimiento que precisaba Leo Messi estaba valorado en unos 600 dólares al mes. Una cantidad muy elevada tratándose de un jugador en edad infantil.

Según publicó el diario Sport, cuando Messi llegó al Barça medía 1,48 metros y pesaba 39 kilos. Lo que implicaba un retraso en su crecimiento de un año. Sin embargo, Carles Rexach se enamoró nada más verle jugar y terminó cerrando el acuerdo en la célebre servilleta. En Barcelona, Messi dejó el tratamiento y, finalmente, alcanzó los 1,70 m que posee de talla oficial. En 2004 debutó con el primer equipo y el resto es historia.