El Benfica gana la liga portuguesa y 148 millones de euros
Las águilas han conquistado su título número 38 en una temporada que han dominado de principio a fin.

El Benfica vuelve a ser campeón de Portugal. Tras tres temporadas con Nélson Veríssimo y Jorge Jesus al mando en el que el club de Lisboa no pudo conseguir la Primeira Liga, el alemán Roger Schmidt llegó, armó un equipo a su medida y fue campeón, con dominio de principio a fin aunque también contó con algunos momentos complicados.
Las águilas han sido el mejor equipo de la temporada en Portugal sin ningún tipo de duda. A pesar de alguna derrota como la del Clásico ante el Oporto, ha sido el conjunto más consistente. Además de ser fiable, ha tenido momentos de muy buen fútbol, siendo junto con el Nápoles las grandes revelaciones del fútbol europeo, sobre todo antes del Mundial de Catar.
Hasta el mercado de fichajes de invierno, el Benfica jugaba bien y además podía rotar, tenía una plantilla larga, de garantías. Las lesiones no existían y jugador que entraba, jugador que rendía. Pero la temporada, tras el Mundial, se fue haciendo más larga, con una gran exigencia en la Champions League (derrota ante uno de los finalistas, el Inter de Milán) y un grupo de jugadores que no pudo mantener el ritmo. Seguramente, este sea el gran deber del equipo, lo que tendrá que mejorar para la próxima temporada.

Enzo Fernández
Para hablar de esta falta de profundidad en la plantilla y del gran nivel pre Mundial tenemos que centrarnos en el nombre clave: Enzo Fernández. El argentino llegó a Portugal procedente de River y en poco menos de seis meses hizo el equipo y la liga suyos, demostrando que estaba para más.
Entonces, comenzaron los rumores de una posible venta, pero su cláusula de salida de 120 millones de euros era demasiado alta. Pasaban los meses y los rumores seguían, pero su irrupción en el Mundial terminó por implosionar todo: Enzo Fernández quería salir de la liga portuguesa rumbo a la Premier League y el Chelsea ponía todo el dinero. Ya como campeón del mundo, el jugador pudo presionar y, en el último día del mercado invernal, Rui Costa tuvo que dejarlo ir, pero su venta fue clave para generar un balance positivo esta temporada de casi 150 millones de euros.
El club ganaba mucho en lo económico, una gran plusvalía tras solo seis meses, pero perdía en lo futbolístico. Enzo Fernández era el hombre central en el esquema del entrenador y el equipo se iba a resentir, aunque fue capaz de sustituirlo de manera eficiente durante unos meses.
Gran rendimiento de fichajes: Aursnes, la gran sorpresa
Más allá del fichaje de Enzo Fernández, hay que poner el foco en Fredrik Aursnes. El noruego llegó procedente del Feyenoord por 13 millones de euros y disputó más de 40 partidos en el centro del campo de Schmidt, ganando galones y sumando minutos de calidad.
Además, Aursnes fue fichado para el mediocampo pero ha conseguido ser un todocampista. Ha jugado en el doble pivote, de falso extremo izquierdo (Schmidt lo empezó poniendo ahí en partidos exigentes de fase de grupos de Champions contra PSG y contra el Oporto en la primera vuelta de liga y rindió muy bien cerca de la portería, con inteligencia para moverse y encontrar último pase) y, en este último tramo, de lateral derecho por la lesión de Bah y la falta de confianza en Gilberto.

Otro nombre importante fue el de Alexander Bah. El lateral danés se ganó el lugar de lateral derecho del equipo y disputó 45 partidos durante la temporada, siendo parte importante con asistencias clave. Llegó desde el Slavia Praga por 8 millones de euros y ya hay equipos que han pedido cotización por él.
Grimaldo, João Mário, Gonçalo Ramos y Otamendi, claves
La columna vertebral del equipo la han formado los veteranos del equipo, más algún joven que elevó el nivel. En defensa, Nicolás Otamendi ha sido el futbolista más importante. El argentino, que todavía duda de su continuidad en Lisboa, demostró que la veteranía es importante y que no va reñido con el rendimiento físico, siendo uno de los cinco futbolistas que más minutos disputó en la temporada.
Por otro lado, también tenemos a los otros dos capitanes, João Mário y Alejandro Grimaldo. El primero es uno de los máximos goleadores del equipo (gracias a muchos penaltis, también es verdad), pero también una de las referencias del equipo. Su papel ha sido fundamental para demostrarle a todos que, tras unas malas temporadas en el extranjero, puede volver a brillar.

Por otro lado, Alejandro Grimaldo. En los últimos años siempre fue el titular de la banda izquierda, pero nunca lo ha sido de manera tan continua y sólida como esta temporada, en la que le han respetado las lesiones (alguna pequeña lesión muscular siempre le ha hecho perderse algunos encuentros cada temporada) y donde ha mantenido un nivel constante casi siempre a lo largo de todo el año. Ya ha firmado con el Bayer Leverkusen para la próxima temporada.
Roger Schmidt, el arquitecto
No cabe duda que ha hecho al equipo más competitivo y con un fútbol más vistoso. Por diferentes motivos, tuvo que prescindir de muchos jugadores: Pizzi, André Almeida, Taarabt, Meïté, Yaremchuk, Ferro, Gil Dias, Diogo Gonçalves... para poder formar una plantilla a su imagen. Recomendó los fichajes de Bah, Aursnes o Neres, que han sido importantes.

Además, se ha tenido que adaptar a la salida de Enzo en el último día de enero sin que se tuviese la oportunidad de fichar a otro para cubrir su baja. Y, además, empezó la temporada antes que los otros equipos portugueses (Porto y Sporting entraron directamente en fase de grupos), lo cual explica, en cierto modo, este final de temporada no tan brillante, en contraste con lo que sí fue el inicio. Y esto mismo también ilustra por qué el Benfica realizó ese gran primer tramo de temporada donde cogió bastante ventaja con sus rivales. Cuando inició la liga, ya tenía más rodaje que el resto y estaba en una inercia muy positiva, lo que facilitó todo y ha hecho que sea merecedor de su 38º título doméstico en Portugal. El Oporto se queda en 30, mientras que el Sporting lo ha levantado en 19 ocasiones.