TAÇA DE PORTUGAL

El milagro del Tirsense, un histórico dormido a salvo del descenso a quinta y en semifinales de Copa contra el Benfica: "Sólo tenemos tres torres de iluminación"

Sin cruzarse con ningún rival del fútbol profesional en las cinco eliminatorias disputadas, un club de cuarta división se encuentra a 180 minutos de la final.

El Tirsense, en la celebración del pase a semis./FPF
El Tirsense, en la celebración del pase a semis. FPF
Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Lo normal es que las Copas acaben esta temporada en manos de sospechosos habituales. En España, Real Madrid y Barcelona decidirán el título el 26 de abril en La Cartuja. En Inglaterra, el Manchester City, finalista y campeón en las dos últimas ediciones, respectivamente, está en semifinales. En Francia, el PSG peleará el 24 de mayo por un nuevo título ante el Stade de Reims. Y en Portugal será una sorpresa mayúscula que no haya un derbi entre Benfica y Sporting en el Estádio Nacional do Jamor el 25 de mayo. Eso tratará de evitar un histórico dormido del país vecino que juega en cuarta división y que, incluso, ha evitado matemáticamente el descenso a quinta (categorías regionales) el pasado fin de semana.

El milagro lleva el nombre del FC Tirsense, un equipo que se ha cargado de golpe y porrazo el tópico que dice que para llegar lejos en las competiciones hay que eliminar a los mejores por el camino. El caso de este club del norte de Portugal es muy extremo, probablemente hasta irrepetible, porque ha superado hasta cinco eliminatorias —ninguna en la prórroga— sin enfrentarse a un equipo profesional. Esto no sería posible si el formato no fuese el que es; o dicho de otra manera, si la Taça de Portugal fuera como la Copa del Rey. En España, directamente, es imposible que esto suceda, al condicionarse siempre los sorteos para emparejar a los de divisiones más bajas con los de Primera.

Pero en Portugal, salvo en la segunda ronda, donde entran todos los equipos de Segunda Liga y actúan en condición de visitante, y en la tercera eliminatoria, donde sucede lo mismo pero con los conjuntos de Primeira Liga, todos los sorteos son puros. Puede haber un Clásico en cuarta ronda (dieciseisavos) y, al mismo tiempo, un duelo entre dos de Liga 3 o del Campeonato de Portugal (cuarta categoría, división en la que milita el Tirsense). Y así es cómo se comprende y se explica la trayectoria milagrosa del equipo que copa estas líneas. Exento en primera ronda, apeó al Vieira (5ª) en su debut en el torneo, al Caldas (Liga 3) en tercera eliminatoria y al Brito, Rebordosa y Elvas en las tres fases siguientes, todos ellos equipos de su mismo escalón. Cinco victorias, tres de ellas en casa, aunque sólo una ante un rival de superior categoría. No hace falta ser un matagigantes para estar a 180 minutos de la final.

Aunque sí tendrá esa etiqueta si el próximo 25 de mayo está disputando la final. Porque el cuadro le situó en el mismo lado que el Benfica, el conjunto más laureado en la Taça con hasta 26 títulos... si bien no levanta uno desde 2017. Desde entonces, hasta el Aves, ya desaparecido, ha conquistado la Copa en Portugal. El Benfica busca el triplete, una vez ya logró en enero la Taça da Liga y se ha situado en solitario en primera posición en Liga tras golear al Porto en el Dragão (1-4) y aprovechar el resbalón del Sporting frente al Braga (1-1). Y en la Taça no cabe otro escenario en la mente de casi nadie que no sea ver al Benfica en la final.

Dos partidos fuera de casa

Con el atractivo que da a la competición la manera en la que se realizan los sorteos, el gran lunar de la Taça se encuentra, sin ninguna duda, en el hecho de que las semifinales se celebren a doble partido. Si ya a 90 minutos Sporting y Benfica deben imponerse a Rio Ave y Tirsense, a 180 minutos las posibilidades para estos dos últimos se reducen aún más. Incluso, el técnico del Rio Ave, Petit, lo criticó en la previa de la ida de semis (Sporting ganó por 2-0 con goles de Geny Catamo y Gyökeres) y eso que su equipo era el visitante en ese primer encuentro de la eliminatoria.

No sucede lo mismo con el Tirsense, que abrirá la serie como local, aunque no en su feudo. El Estádio Abel Alves de Figueiredo no cuenta con las condiciones para albergar un duelo de estas características. En primer lugar, por la iluminación, factor determinante y más en un encuentro que será emitido en abierto por la RTP. "Actualmente, el estadio sólo cuenta con tres torres de iluminación. La iluminación en sí tendría que cambiarse a un sistema LED", declaró el vicepresidente, João Magalhães, en TSF. Un temporal derribó una de las torres de iluminación y el estadio, con capacidad para cerca de 8.000 espectadores, cuenta apenas con tres. Además, no hay butacas en todo el recinto... y, por si fuera poco, el estado del césped está lejos de ser el mejor, muy antiguo y castigado. Nada raro al tratarse de un club que no ha pisado el fútbol profesional en el siglo XXI.

Así, al Tirsense no le quedó más remedio que explorar alternativas en municipios cercanos. Tras tantear la posibilidad de mudarse al Estádio do Bessa, casa del Boavista que cuenta con un aforo cercano a 30.000 espectadores, finalmente, será el Estádio Cidade de Barcelos, donde juega el Gil Vicente, el escenario del partido de ida. Un campo que puede acoger a hasta 12.000 personas, lo que, también, permitirá mayores ingresos por venta de entradas. Un desplazamiento de 50 kilómetros en un día laborable entre semana que nada tiene que ver con el de casi 400 kilómetros al que se vio obligado el Tirsense (y su afición) para la ronda de cuartos, en la que visitó al Elvas, localidad a apenas 20 kilómetros de Badajoz.

Un histórico en horas bajas

Esta trayectoria en la Taça y su cruce con el Benfica vuelve a situar en el foco a uno de los clubes históricos del fútbol portugués, fundado en 1938. Si bien muchos aficionados del Tirsense, los más jóvenes, nunca han vivido momentos como este, no es una novedad que alcance las semis. Ya lo consiguió en la temporada 1970-71, al caer, precisamente, contra el Benfica de Eusébio también a doble partido y en una edición que ganó el Sporting. Se podría calcar este curso.

Pero, más allá de momentos de inspiración en la Taça que colocan puntualmente al club en el escaparate, el Tirsense ya visitó de manera más o menos constante los mejores escenarios del país en la década de 1990. Militó durante cinco campañas entre 1989 y 1996 en Primera, con Everton Giovanella como uno de sus jugadores de mayor renombre antes de marcharse a España, a Salamanca y Celta. Ahora, la plantilla es joven (media de edad no superior a los 25 años) y con futbolistas sin experiencia en este tipo de partidos.

Daniel Rodrigues, mediapunta canterano del Sporting e internacional Sub-17 portugués (misma generación que Fábio Silva), Jorge Silva (central y hermano, precisamente, del delantero de la UD Las Palmas) o Júnior Franco, mediocentro con pasado en Segunda Liga, son sus futbolistas más destacados en una plantilla sin efectivos que se han estrenado en la élite del fútbol portugués. "Siempre vi al Tirsense como un gigante dormido. Es un club que, estando en Primera División, ha alimentado esa imagen de ser un club que mete mucha gente en el estadio, que es competitivo, que aspira a jugar en ligas profesionales y que representa a una ciudad que lleva algunos años alejada de esto", comenta Júnior Franco en MaisFutebol. Él fue el autor del gol que encarriló la victoria contra O Elvas en cuartos.

Lo cierto es que el desempeño en la Taça no ha ido acompañado de una actuación positiva en Liga, donde el Tirsense, muy lejos de las primeras posiciones, sólo ha podido asegurar la permanencia en el Campeonato de Portugal a una jornada para la conclusión. Caer a quinta (fútbol regional) habría sido un mazazo para un club que intenta resurgir de la mano de jóvenes emprendedores de la ciudad que se juntaron para recuperar económicamente el club y tratar de devolver al club a las competiciones profesionales, algo de lo que, de momento, le separan dos divisiones. Nada que ver, eso sí, con la situación financiera delicada que atravesó el Tirsense a finales de los '90, relacionada con la crisis del sector textil en una región que se debe mucho a ella, lo que motivó su caída a los infiernos con hasta cuatro descensos consecutivos. Lejos de jugar contra los mejores dos veces por temporada, pero con dos duelos contra el Benfica en cuestión de quince días... ¿y una final ante el Sporting?