Pinto da Costa, el más duro negociador para Florentino cuya influencia en Portugal se compara a la de Eusebio
El actual presidente del Oporto quiere volver a ser presidente del club de su vida.
![Pinto da Costa, a la derecha de la imagen, junto a Iker Casillas, en el museo del club. /FC PORTO](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/26/media/cortadas/85865393-RdUTmwvpAT03YVtxZcUu1tN-1200x648@Relevo.jpg)
En 2011, André Villas-Boas ganaba la Europa League con el FC Porto. En el 44' de partido, el colombiano Falcao conseguía un gol histórico ante el Braga, que volvía a colocar al equipo de Pinto da Costa en la cima de Europa. Tras la final llegaría el abrazo entusiasmado entre entrenador y presidente. El descubridor y el mayor apoyo de Villas-Boas hasta llegar al banquillo del equipo luso miraba orgulloso otro éxito más en su gestión desde los despachos. Hoy, la relación ha cambiado y son los mismos que se abrazaban en 2011 quienes se enfrentan en las elecciones a la presidencia del Porto.
Nacido en Oporto, en el barrio de Cedofeita, Jorge Nuno de Lima Pinto da Costa es por merecimiento uno de los grandes nombres del fútbol portugués. Como director deportivo del equipo, puso los cimientos para un nuevo entendimiento del fútbol luso, logrando una alta competitividad y aprovechando las ventajas del país, del idioma y la competición nacional para facilitar el saneado de las cuentas del FC Porto, pero como dirigente, inauguró la era de hegemonía de los 'Dragões' a lo largo de cuatro décadas.
"Hay dos grandes revoluciones en el fútbol portugués: La primera con Eusebio, como jugador del Benfica y de la selección; la segunda es con Pinto da Costa, como presidente de Porto"
Periodista e historiador portuguésSu pericia para interpretar el talento y su facilidad para confiar en sus corazonadas le trajeron la posibilidad de creer en poder llegar a cotas inalcanzables. Si bien es cierto que el club portugués ya era parte de la élite lusa desde unos felices años veinte, fueron los años setenta los que empezaron a mostrar lo que Pinto da Costa tenía preparado para construir en la ciudad y en el club.
Con la confianza puesta en José Maria Pedroto, un mito del club como jugador en los años cincuenta, para ser entrenador del club, Pinto da Costa logró cosechar los títulos de liga en 1978 y 1979, así como la Taça de 1977, hasta su destitución a comienzos de los ochenta. El responsable del despido fue el presidente Américo de Sá, político conservador que no gustaba de corresponder las idas y venidas de Pinto da Costa y Pedroto a la hora de denunciar los favores de los grandes estamentos futbolísticos de Portugal hacia Lisboa. Una decisión que acabaría con su etapa como presidente en favor del hombre que apenas acababa de despedir.
#NesteDia, há 42 anos, Jorge Nuno Pinto da Costa tomava posse como Presidente do FC Porto 🔵⚪#FCPorto pic.twitter.com/EbVCqj2FQS
— FC Porto (@FCPorto) April 23, 2024
"Llevo 42 años de presidente, el Oporto es mi vida", comenta el propio Pinto da Costa, que en 1982 tomó el cargo como presidente, tras enseñar sus cartas y demostrar a la afición que otra manera de hacer las cosas era posible. Volvió a confiar en Pedroto dos años ya como presidente, años antes de que otros grandes entrenadores, como Artur Jorge, Bobby Robson o José Mourinho ampliaran la leyenda del club.
En sus manos, el equipo de fútbol consiguió ganar 68 títulos, entre ellos 2 Champions League (1987 y 2004), 2 Europa League (2003 y 2011), 2 Copas Intercontinentales (1987 y 2004) y 30 ligas portuguesas. Un bagaje nada desdeñable, que consiguió gracias a un sistema robusto, de confianza, con talento en el banquillo y con una excelente lectura de los mercados de fichajes, tanto para comprar como para saber vender.
El negociador más duro e incansable
"Pinto da Costa es historia del fútbol portugués y mundial", afirmaba Florentino Pérez hace apenas un mes, hablando del dirigente luso. Las relaciones entre Real Madrid y Porto no fueron distintas de las que pudo tener con cualquier otro interesado en hacerse con los servicios de cualquier jugador que se desempeñara entre las paredes de Do Dragão. El equipo, repleto siempre de grandes figuras despuntando con la camiseta azul y blanca, recibía ofertas cada verano de los mejores equipos del mundo.
Sin duda, Pinto da Costa se hizo un gran nombre como negociador, haciéndoselo pasar realmente mal a dirigentes de un lado al otro del continente. Su ojo para detectar talento facilitó que desde 1982 el FC Porto acumulara más de 1.500 millones de euros en ventas, que le sirvieron para construir nuevos equipos que le ayudarían a seguir creciendo a nivel deportivo. Según cuenta la leyenda, Pinto da Costa ni siquiera se sentaba a negociar si la oferta del equipo interesado no llegaba al 80% de lo que esperaba sacar por el jugador.
El terror de los presidentes, cuando alguno de ellos se enamoraba de uno de sus jugadores, pero también el de sus propios jugadores, cuando querían salir. El mismísimo Deco, hoy director deportivo del Barcelona, tuvo su particular odisea con Pinto da Costa antes de salir del equipo luso. "Cuando el Barcelona quería contratarme, Pinto da Costa y Mourinho huían de mí. Me acuerdo de que el entrenador me dijo que dejaba salir, pero que hablara con el presidente, pero hablaba con Pinto da Costa y me decía que tenía que hablar con Mou", declaró el centrocampista, que añade que, más tarde, el presidente le prometió que lo liberaría sólo un año después para ir "donde quisiera", si ganaban la Champions League. Era el año 2003. Así fue.
Luces… y también muchas sombras
Pero el éxito a menudo conlleva riesgos. En el caso de Pinto da Costa, los riesgos eran lógicos, con las cantidades que se movían en la secretaría técnica del FC Porto en sus mejores años. Jugadores baratos salían de Portugal con la vitola de estrellas a cambio de pagos a la altura de ese estatus. Ser nuevo rico en Europa le trajo la posibilidad de crecer al amparo de nuevos actores, que a comienzos del S. XXI parecían coger fuerza ya en los negocios futbolísticos.
Agentes como Jorge Mendes empezaron a ser clave para entender las ganancias del equipo y la política de fichajes del equipo comenzó a ser una granja de cultivo de dinero más que de éxito. Los dividendos ganaron al proyecto y Pinto da Costa se dejó ir en una idea que surgió de su buen hacer y que, también en sus manos, acabó por caer en el ostracismo.
"Era como Silvio Berlusconi, consultaba con la almohada y se lo tomaba todo con calma. Muchas veces, cuando perdíamos dos partidos seguidos, el equipo era pitado y pedían que el entrenador saliera, pero Pinto da Costa siempre lo aguantaba"
Exfutbolista del FC PortoEquipos como Benfica, Sporting o Braga no crearon la idea, pero sí empezaron a aplicarla, con mayor énfasis en lo deportivo de lo que el FC Porto estaba haciendo en ese momento. La partida cambió de líder y el conjunto norteño empezó a perder ritmo en la carrera por dominar Portugal y competir en Europa. El repunte de los últimos años no está a la altura del sprint de esos primeros años de ensueño en los que el dirigente se hizo un nombre, sino que logró ser parte de una idea que sirvió para que otros dominaran.
André Villas-Boas quiere destronar a su antiguo jefe
En ese contexto de declive de la etapa de Pinto da Costa, con el modelo sublimado y agotado, el FC Porto parece lejos de esa época de esplendor en la que Mourinho y Villas-Boas tiene al alcance de su mano algo que hace bien poco parecía imposible. Quien en 1982 consiguió eliminar a la competencia por lo revolucionario de su propuesta, hoy parece poder sufrir ante uno de sus inventos para el banquillo del equipo luso hace más de una década.
"No puedo permanecer indiferente ante el apoyo que siento. Presentar la candidatura es ya casi una formalidad. Sólo quiero dar pasos seguros, fuertes y transparentes apoyados por un equipo riguroso y de alto nivel, que es lo que el Oporto merece"
Candidato a la presidencia del FC PortoLa escalada de control por parte de los ultras del equipo, los 'Super Dragões', auspiciados por un Pinto da Costa contra las cuerdas, parece haber sentado las bases de la división entre los aficionados y socios del equipo, con agresiones incluso a simpatizantes de la comitiva de Villas-Boas. Una serie de altercados que han acabado por acrecentar la tensión y que han ensuciado del todo la imagen de Pinto da Costa, que ya de por sí, en los últimos años era demasiado convulsa y despertaba dudas.
El FC Porto ya no respira a través de la única visión de un hombre magnánimo y las cosas pueden cambiar mucho en Do Dragão en caso de que el último entrenador capaz de ganar en Europa pueda vencer en las urnas al presidente que logró crear el sistema para que soñar con ser amo de Europa no fuera sólo una quimera. Los socios serán quienes decidan.