El abrazo de Flick a Raphinha explica por qué el Barça aspira al triplete
Al acabar el partido, el entrenador salió corriendo a abrazar al brasileño. "Es un líder", reconoció después.

Cuando el árbitro pitó el final del partido, Hansi Flick dejó atrás los protocolos y la política correcta y esprintó hacia Raphinha. Técnico y futbolista se fundieron en un abrazo en una fotografía que explica por qué el Barça aspira al triplete. Mientras que el barcelonismo tenía al alemán como un entrenador serio -por su posado en aquel 2-8- y ahora disfruta de sus celebraciones, la temporada del brasileño es la metáfora del cambio que ha vivido el Barça: de pensar en irse a ser un serio candidato al Balón de Oro. Ha generado 51 goles este curso y es el primer culer que supera la barrera del medio centenar desde Leo Messi.
Al abrazo de Raphinha y Flick se le sumaron Pau Víctor y Fermín. Después, todo el equipo celebró la victoria festejando los 250 partidos de De Jong como blaugrana. Cuando el brasileño anotó el 4-3, Montjuïc enloqueció. Y es que el Barça ha demostrado a lo largo de la temporada que sabe reinar en el caos. Lo hizo en Lisboa o en el Metropolitano. Iñigo se lanzó al césped, Gavi hizo una voltereta. Donde no le alcanzó con el fútbol, le bastó con el corazón.
El Celta ha sido uno de los equipos que mejor ha sabido competirle al Barça. Durante el primer tramo de curso, los rivales se hastiaron de caer en la trampa del fuera de juego. Con el paso de los partidos, aprendieron a hacer un pase previo -a la banda, normalmente- antes de atacar la espalda de Cubarsí e Iñigo. Giráldez lo tenía aprendido y el Barça no supo contenerles en ningún momento. Solo la racha emocional después del 1-3 hizo que las emociones pesaran más que el juego. Lo empataron en 6 minutos.
«Esto es fútbol»
"Esto es fútbol", intentó resumir Dani Olmo, autor del 2-3, al acabar el partido. Y es que el Barça llega al último esprint de campaña sin estar en el mejor momento en cuanto a juego. Contra el Celta le faltó fluidez en el último tercio, ingenio. Hasta que entraron Olmo y Lamine. El de Rocafonda asistió a Raphinha, mientras que el egarense justificó todo un fichaje y por qué jugar 30 minutos puede ser tan determinante como salir de inicio. Olmo marcó el primer gol de la remontada y, bailando en el área, forzó el penalti.
"El equipo nunca se rinde, es la mentalidad", explicó un Flick que también criticó las facilidades defensivas que dio su equipo. El alemán habló al descanso con Raphinha y le dijo que le necesitaba. "Es un líder", aseguró tras la victoria. El periplo del brasileño en Barcelona es la imagen de este Barça: sabe rebelarse ante la adversidad. Y ha alcanzado un punto en el que no necesita brillar para ganar. En Raphinha se condensa el aura competitiva del equipo.
El Barça ya ha empezado la cuenta atrás para LaLiga. Antes de la final de Copa del Rey de la próxima semana, los blaugrana recibirán al Mallorca en el Estadi Olímpic. Además, el Inter se colará en el 'bocata' de Clásicos y está por ver si Lewandowski, que pidió el cambio, podrá participar. A partir de ahora, al Barça ya no se le puede exigir más. Ha llegado a la última recta aspirando a todo y con una mentalidad que invita a pensar en que puede acabar escribiendo una temporada histórica.