OPINIÓN

En los abrazos de Gavi a Flick está el verdadero secreto de este Barça

En los abrazos de Gavi a Flick está el verdadero secreto de este Barça

Y Hansi Flick empezó a unir los puntos como si todo fuese lógico, más propio de una tarea mecánica que de una intelectual y humana, creando aquello que estaba por crear, reparando lo que parecía irreparable y potenciando sociedades condenadas a ser un "y si", barnizando un edificio de potencial, sí, pero consumido por su propia ansia de grandeza. Desde la coherencia y la tranquilidad, el alemán ha ido puliendo cada rincón hasta que a punto de explotar la primavera el equipo luce una salud futbolística como no se veía desde tiempos de abundancia técnica y de relato. El secreto de Flick reside en que les ha dicho a un puñado de niños lo buenísimos que son y, sobre todo, el potencial que contiene ser bueno en un equipo como el Barça. Entendiendo esto, el jugador juega con la confianza de quien un día dominó el mundo del fútbol.

Así se puede entender que Pedri y De Jong jueguen ahora como si de abril de 2024 a abril de 2025 no hubiesen transcurrido apenas 12 meses, sino 4 vidas. Mientras muchos cuestionaban el dedo, Flick apuntaba la luna. "¿Pero quién defiende?" "¿Quién es el mediocentro"? A lo primero, Flick respondió que nadie, que podría ser un todos, pues en su ideario no cabe ese verbo, sino que defender implica atacar, y así convencer a sus medios que todo es lo mismo. A lo segundo Flick responde también que nadie, que podrían ser todos, pues Pedri y De Jong se mezclan, fluyen y bailan como en una danza que parece ensayada salvo que es siempre imprevisible. El nivel técnico de ambos es excelso y ahora eso se complementa con sus necesidades y las del resto. Flick, forjado en Alemania, ha entendido como nadie que en el Barça todo pasa por el centro del campo.

Flick, sobre Gavi.

Gavi se abraza a Flick como lo podría hacer cualquier aficionado si tuviese la opción. Gavi se abraza al técnico que le estaba dando menos minutos de los que él desearía y es en ese abrazo paternal donde se atisba el poder de un Barça que sabe que es su hora, como si llevase tiempo esperando este preciso instante en el que detectase que su momento había llegado. El andaluz representa ese lazo estrecho entre la pulsión e inocencia del aficionado y la competitividad enfermiza de quien solo vive por y para ganar. En los abrazos de Gavi y Flick está el secreto.

El Barça acude a la primavera con la ilusión intacta, un poco como cuando de pequeño te asomabas al comedor la noche de los reyes magos, con la seguridad de que mañana sería un gran día. Así entiende y lee el FC Barcelona cada partido, con una confianza que le permite firmar minutos de un fútbol precioso, ágil, como si en vez de jugar te acribillase mientras baila. No hay valor más preciado que la confianza, y Flick la está capitalizando toda.