Una corte a cara o cruz de Íñigo Martínez en el 92' explica por qué es el pilar del Barça: "Es mejor que marcar un gol"
El central vasco, intocable en el centro de la defensa, completó otro partido sobresaliente en un encuentro clave para ganar LaLiga.

"Las Ligas se ganan en partidos como este", dijo Eric García, compañero de Íñigo Martínez en el centro de la defensa en la segunda mitad en Butarque, cuando Hansi Flick decidió dar entrada a Frenkie de Jong, retrasar al de Martorell y sacar del campo a Ronald Araujo. Y el FC Barcelona funcionó mejor, fue más armónico y anotó el 0-1 en una acción entre Gerard Martín, Raphinha y el corte equivocado de Jorge Sáenz. Y después, en el toma y daca, se mantuvo firme especialmente por el central vasco, líder en la sombra a sus 33 años de un Barcelona que es una roca, que nunca desfallece ni se relaja en defensa. Y todo eso gracias al espíritu de Íñigo Martínez, como demostró en el minuto 92.
En una acción inteligente del Leganés, con una peinada que pilló a la defensa azulgrana a medio camino, el balón le llegó a Munir que enfiló directo hacia la portería de Szczesny. No había entrado en el área e iba a efectuar un lanzamiento cuando de golpe vio como una pierna se interpuso entre la suya y el balón, con limpieza en una acción que era a cara o cruz: o falta y expulsión o partido para el saco del Barcelona. Y salió lo segundo porque Íñigo Martínez es ahora mismo el defensor más seguro del campeonato. Lo demostró durante los 90 minutos. "Para mí eso es mejor que marcar un gol. Son acciones defensivas donde uno está acertado. Es una alegría para mí poder aportar y nos vamos contentos", dijo el jugador vasco.
"El compromiso es lo importante, cada jugador tiene su rol, da igual si es hacia delante o hacia atrás", comentó Hansi Flick después del encuentro. Y eso es lo que tiene Íñigo, un futbolista que celebra todas las acciones defensivas, que tira el fuera de juego que tantos ataques desactiva y que esta campaña ha frenado a todos los delanteros rivales. "Es un jugador espectacular, es uno de los pilares del equipo", dijo Raphinha en el documental de Barça One publicado la semana pasada.
El futbolista ha tenido que tirar de paciencia para poder alcanzar este nivel de confianza. Sin duda la llegada de Hansi Flick fue clave. El exjugador del Athletic llegó en 2023 sin poder ser inscrito y con una cláusula en el contrato en la que quedaría libre si el Barça no era capaz de generar fair play. Y el central vasco, que soñaba desde hace tiempo con jugar en el Barça, aguantó y al final jugó en una campaña en la que las lesiones le jugaron una mala pasada: solamente jugó 16 partidos de titular.
La confianza de Flick, la Selección y un futuro ligado al Barça
El técnico alemán, que llevaba meses estudiando al Barcelona, lo nombró capitán general desde la pretemporada pese a que Íñigo volvía a vivir una situación de precariedad -mientras se hablaba del interés por Nico Williams y del pago de la cláusula de 58 millones- y equipos como el Atlético de Madrid estaban atentos a su situación. Finalmente, de nuevo todo se solucionó y la temporada fue hilada desde el comienzo, cuando el central vasco y Pau Cubarsí formaron una pareja de mármol. "Iñigo es quien mejor le puede ayudar a seguir creciendo", dicen los que han seguido la carrera del canterano azulgrana. Es el Puyol de otro Piqué, dejando a un lado todos los matices entre ellos.
El central vasco, que en mayo cumplirá 34 años, ha regresado a la lista de Luis de la Fuente aunque causó baja por molestias en la última convocatoria, lo que alimentó unas suspicacias que acabaron con la denuncia por alineación indebida de Osasuna, que no ha prosperado. En mayo hará 34 años, en el mes en el que puede levantar hasta dos títulos, LaLiga y la Champions. La Copa será antes. Y después una renovación que ya está apalabrada y que mantendrá al central en la plantilla, donde es más que un futbolista, refleja ese compromiso que quiere Flick.