Ahogar un coro de 53.000 voces en San Mamés sin estudiar solfeo
![Aficionados, en San Mamés, en una imagen de archivo./Luis Ángel López](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/13/media/cortadas/sanmame-RO9f5QKJZ0Fi1dy7g3FyAzN-1200x648@Relevo.jpg?w=569&h=320)
Un reducido grupo de personas que se autoproclama athleticzales ha pretendido erigirse estos últimos días en director de orquesta sin haber cursado ni un solo año de solfeo. Al final, ha tenido que recoger cable. Aspiraba a que las otras 53.000 personas que acuden con regularidad a San Mames limitaran el apoyo al equipo a cuando alguien de los suyos así se lo hiciera saber batutaen mano; en este caso un bombo.
Si alguien desobedece, se le hace saber de inmediato y node muy buenas maneras. Ocurrió hace ya veinte días durante el partido frente al Leganés. Los miembros de la Iñigo Cabacas HerriHarmaila (ICHH) habían convocado una huelga indefinida de animación por la represión a la que dicen estar sometidos por parte de la Ertzaintza. Nadie la secundó. En un momento dado, uno de los responsables de ICHH, que tiene suspendida su condición de socio y prohibida la entrada al campo, se desplazó hasta el lugar donde el líder de otro grupo trataba de animar. De malos modos, le abroncó por apoyar al mismo equipo al que sus 400 miembros dicen amar y respetar. Y claro, el público se le echó encima, algo que no entraba en sus cálculos.
Los jugadores, a quienes algunos integrantes de la ICHH habían vilipendiado a través de las redes sociales con graves mensajes, se negaron a celebrar con ellos la victoria como hacen siempre al término de los partidos. Su cabreo, a día de hoy, sigue siendo muy visible.El centro de sus ataques fueron Iñaki Williams, Óscar de Marcos y, sobre todo, Unai Simón, por llevarles la contraria en público. Acto seguido salieron a relucir las profesiones del padre y de la madre del portero o que no hubiera renunciado a ir a la Eurocopa para curar su lesión y empezar así la Liga con el Athletic.
Este sábado, frente al Girona, más de lo mismo, solo que esta vez la masa social les hizo ver su hartazgo. Hasta en cinco ocasiones gritaron "Herri Harmaila Aurrera (Herri Harmaila adelante) y la respuesta siempre fueron pitos de desaprobación. A modo de protesta volvieron a animar, pero sin banderas, bombos y micrófonos. Los jugadores, por su parte, sí se acercarona la gradapara agradecerles su apoyo. Eso sí, dejaron para otro día cantar juntos el "Txoriatxori".
El club, a través de su presidente Jon Uriarte, ha puesto negro sobre blanco algo que resulta obvio o, como él mismo dice, "es de sentido común". Y lo ha hecho con dos mensajes directos. El primero alude a que la grada de animación es del Athletic y, por lo tanto, es algo de lo que no se puede apropiar una minoría. El otro aboga por incidir en la idea del respeto, dado que nadie debe imponer su interés particular sobre el general "porque si no estamos muertos". Sabedor de que le apoya la inmensa mayoría de la afición rojiblanca -40 frente a 43.000 socios como se encargó de recordar en rueda de prensa-, no parece muy dispuesto a hacer concesiones. "Vamos a actuar con firmeza", proclamó. Y por si a alguien le quedaban dudas subrayó: "No vamos a ceder a ninguna coacción". Y es que las multas al club no cesan: 30.000 euros por los incidentes en Roma, otra propuesta de sanción de similar importe por incluir la explosión de petardos en el tifo de la pasada final de Copa, además de cinco expedientes abiertos en San Mames en los partidos ante Getafe, Valencia, Betis, Atlético y Real Madrid a razón de 25.000 euros cada uno.
La idea de crear una o varias gradas de animación surgió a raíz de la construcción del nuevo campo durante el mandato de Josu Urrutia. En principio se pensó en ubicarlas en tres pequeños espacios en otros tantos lugares de San Mames. Su sucesor, Aitor Elizegi, apostó por hacer un espacio único para congregar allí a un amplio número de gente que animara al Athletic. Sin embargo, concluyó su mandato sin poder inaugurar la nueva grada pese a todos los esfuerzos realizados para reubicar a los socios que habían perdido su localidad. Así, que se estrenó con Jon Uriarte. A dicha grada asistenen la actualidad ICHH, Piratak, EuskalLions y algo más de 2.000 chavales de entre 14 y 26 años que tienen el gazte abono (abono joven).
El grupo de Iñigo Cabacas Herri Harmaila lleva el nombre de un joven que falleció en 2012 al recibir un pelotazo de goma durante una carga policial un tanto desproporcionada por parte de la Ertzaintza. Por aquellos hechos solo fue condenado un mando que ni siquiera llegó a ingresar en prisión porque su condena no superaba los dos años de cárcel, mientras que los otros acusados resultaron absueltos. Fuentes de la policía autonómica explican que los incidentes se originaron a raíz de que un grupo de alborotadores que se suelen concentrar en un bar situado en el barrio de Indautxu, a escasos cien metros de San Mames, rompiera la mandíbula a un joven y a otro le abriera la cabeza de un botellazo. "Y eso es lo que nadie cuenta", afirman.
Sea como fuere, las relaciones entre ICHH y la Ertzaintza son muy tensas desde hace años. Las mismas fuentes señalan las "claras" vinculaciones de este grupo con la izquierda abertzale. De hecho, acusan a uno de sus responsablesde pertenecer a Amnistía Ta Askatasuna (ATA), una escisión de Bildu que cuestiona el liderazgo de Arnaldo Otegi y que es crítica con el abandono de la lucha armada por parte de ETA. La policía autonómica tiene perfectamente identificado a este individuo. Afirma que fue uno de los integrantes de Herri Norte que en 2018 acudió a Marsella a bordo de dos autobuses con los Ultramarine, los ultras del Girondis de Burdeos. En aquella ocasión provocaron a los aficionados locales que veían por la calle hasta que se enzarzaron en una pelea donde salieron bastante bien parados.
Antes de aquellos incidentes los de Piratak habían convocado para el partido de vuelta en San Mames un acto festivo con los hinchas del Marsella que tuvo que ser suspendido. En vez de una fiesta, la visita de los ultras franceses se convirtió en una batalla campal por las calles de Bilbao. Tres semanas antes había fallecido de un infarto el ertzaina Inocencio Alonso durante los graves altercados previos entre el Athletic y el Spartak de Moscú. En realidad, el carácter violento de esta persona es un caso aislado dentro de ICHH. La Ertzaintza no identifica a los integrantes de este grupo como personas que buscan pelea, sino como gente que por su ideología trata de provocarles cuando hacen su trabajo, "y que no van más allá".
Cuando desde ICHH denuncian el acoso de la policía autonómica se refieren al estrecho cerco de vigilancia al que se sienten sometidos para evitar que se puedan saltarla ley a la torera dentro del estadio. Mientras uno hace de speaker micrófono en mano, otros aporrean el bombo y otros enarbolan banderas. El resto sigue sus cánticos. El problema son las letras de sus canciones o las consignas, ya que la temporada pasada causaron al club multas por importe de 49.000 euros por insultos contra jugadores, técnicos, –especialmente José Bordalás-, y alguna que otra lindeza contra los españoles.
Aun así, la canción que dice "…que en Euskadi se prepara; pim, pam, pum, la revolución" le ha llevado la palma en lo que a sanciones se refiere. Por poner un poco las cosas en contexto, lo cierto es que hasta la Ertzaintza admite que se trata de un grupo "reducidísimo". Y es que cuando el delegado de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) escucha estos cánticos y los denuncia, "resulta muy complicado identificarles a través de las imágenes porque a lo mejor son solo cuatro y no están juntos". Este lucrativo negocio de sanciones por parte de la LFP ha provocado que el Athletic haya estrechado el cerco a los más ruidosos de la Iñigo CabacasHerriHarmaila. En cuanto los agentes detectan gritos o cánticos sancionables, enfocan a la parte de la hinchada donde se concentra la mayoría de los miembros del grupo y, una vez localizados los que secundan los gritos, pasan la información sobre la vestimenta y aspecto físico de esas personas a los agentes de seguridad para que les identifiquen al término del partido.
Esa es precisamente la principal queja de los aficionados de la ICHH. Acusan a la Ertzaintza y a los agentes de seguridad de actuar contra ellos de forma "represiva", razón por la cual convocaron unilateralmente la huelga indefinida de animación. Tras ser identificados se les comunica que les va a llegar a sus domicilios una propuesta de sanción que, hasta el momento, no ha adquirido firmeza en ninguno de los once apercibidos .Sí que se retiró de forma inmediata el carnet de socio a dos de los quince aficionados identificadas tras el lanzamiento de bengalas en el estadio Olímpico de la capital italiana en un partido disputado hace cuatro meses frente al AS Roma. El resto eran personas vinculadas a Herri Norte Taldea (8) y a Ultramarine del Girondis (5). Ninguno era socio de la entidad rojiblanca y ahora todos ellos tienen prohibida la compra de entradas y el acceso a San Mames.
Las mismas fuentes subrayan que a raíz de aquellos incidentes "se les dio mucha caña y por primera vez ha habido gente de Herri Norte que va al campo con la camiseta del equipo y no con una negra para que no se les identifique con el grupo". La Ertzaintza advierte de que Iñigo Cabacas Herri Harmailano es un grupo violento, otra cosa es que haya algún exmiembro de Herri Norte. Pese a ello, el club ha vetado el acceso al estadio a las dos personas que coaccionaron a los otros grupos de la Grada Popular de Animación para que dejaran de animar durante durante el partido frente al Leganés. Uno no era ni socio, y al otro se le había retirado el carnet al haber protagonizado otros incidentes con anterioridad.
Para justificar la vuelta a la normalidad, desde ICHH apelan la "responsabilidad" y a subrayar que no se mueven "ni por egos, ni por orgullo; solo por la pasión a unos colores y a su escudo". También dejan un recadito a la Junta Directiva para que muestre su voluntad "real" de arreglar un conflicto "que corre el peligro de enconarse y enquistarse". Nada dicen, sin embargo, de poner fin a las consignas que han supuesto al club varias multas. En cambio, sí hablan de que San Mames sea de los aficionados del Athletic porque "no queremos un estadio artificial ni de plastilina".
La obligada autodisolución de forma oficial Herri Norte Taldea se produjo en diciembre de 2018 a raíz de su inclusión en la lista de aficiones radicales y violentas elaborada por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte. Su última actuación, se produjo hace once meses, pocas horas antes del partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey frente al Atlético de Madrid. Cinco personas vinculadas a ese grupo irrumpieron en un céntrico bar de Bilbao próximo al estadio para atacar a los aficionados colchoneros. Uno de los agresores es un viejo conocido de la Ertzaintza. "El tío estaba de baja en su empresa y se le ve que pega puñetazos de abajo arriba porque no podía levantar el hombro".
La mayoría de la gente que se integra en Herri Norte son jóvenes que entrenan boxeo o artes marciales en el gimnasio y que tiene como referente a tipos como el que protagonizó la pelea el bar con hinchas del Atlético de Madrid. De ese grupo solo suelen entrar al campo ocho o diez "porque el resto se queda en un bar a ver el partido". Sus nombres figuran en una amplia lista confeccionada por los agentes de la policía autonómica. Así, frente al Leganés un grupo de 80 chavales se concentraron "para liarla" en la zona de Olabeaga, muy próxima a San Mames, sabedores de que iba a llegar un autobús desde Madrid con 40 integrantes del grupo del extrema derecha Ghetto 28. "Se les encapsuló y se les identificó a todos", afirman las fuentes consultadas. Sin embargo, no se registraron incidentes. "Se portaron de puta madre –añaden desde la Ertzaintza-, porque nos dijeron por dónde venían y se les localizó. Se les cacheó a todos, luego estuvieron tomando unos potes, se les metió en el campo y no hubo altercados".
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