Coudet saca el manual de resistencia para ver la primera victoria en Mendizorroza en 4 meses
El gol tempranero de Manu Sánchez rompe con la lucha del submarino amarillo por el 'Top-4' y saca al Alavés de los puestos del descenso.
En un fin de semana plagado de lluvias, vientos, y frío, la nube que asola Mendizorroza desde el 1 de noviembre completa una tempestad indeseable. El Alavés, desde que llegó Coudet, no ha podido sumar una victoria en su feudo. Hecho que, en plena lucha por la permanencia, se hace inviable para crecer y ser optimistas. Y hoy, en ese enésimo intento de romper con la tormenta, la visita de un equipo con hambre. Porque el Villarreal, con la miel en los labios de no poder jugar el lunes, llegaba con la misión de dar caza a un Athletic que defiende la cuarta plaza en plena "final" por la Europa League. La fiabilidad de visitante, con tres partidos consecutivos sin perder, pasaba por Vitoria.
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El Alavés, con las pinturas de guerra debajo de los ojos, propuso un arranque eléctrico. Desde el saque de centro, la idea era clara: balones al espacio. Con el ímpetu de Tenaglia, y la clase de Carlos Martín, los locales exigieron a Marcelino a empezar el partido desde la solidez defensiva. Kambwala, al instante, dejaba sin respirar a Kike García. Un Kike que, si bien llegaba entre algodones al partido, hizo saltar las alarmas al tocarse el psoas a las primeras de cambio. No estaba para acompañar a su equipo en cuanto a explosividad. Y en un centro potente de Tenaglia de los que nunca perdona, llegaría Manu Sánchez para cubrir su rol. Con Conde a media salida, el remate de cabeza de lateral superó al guardameta por encima. Mendizorroza se dejaba la garganta para cantar el tanto.
No le quedaba otra al Villarreal que tomar la sartén por el mango. Sin embargo, pasarían casi diez minutos para que los groguets crearan una ocasión de peligro. De contra, con un Pépé que no estaba consiguiendo ser decisivo en el 1 vs 1, pero que pudo probar a Sivera con un zapatazo raso. La clave de todo: el buen repliegue defensivo de los babazorros a hombros de un ex. Porque la primera titularidad de Pau Cabanes, ante su Villarreal, estaba siendo perfecta. Con el vigor necesario para iniciar cada jugada de ataque, y con el compromiso sin balón para desquiciar al jugador clave: Baena. Tenía que calmar el propio Marcelino a un Álex desesperado por no encontrar el balón.
La incomodidad, cargada de imprecisiones, impedía al Villarreal superar su propio campo. Sin embargo, el primer balón al espacio que tocó Baena, dejó la contra de Pépé. Y al borde de la línea de cal, pase atrás para el primer remate de Ayoze de la tarde. Pero, pese a ir potente, no consiguió superar el antebrazo de Sivera. Paradón de balonmano que dejaba a Marcelino con cara de pocos amigos. Más aún cuando a la siguiente, con otro caramelito de Baena, el canario mandaría muy alto un remate totalmente solo. El submarino se marchaba al vestuario repleto de incógnitas. Porque su ADN estaba desaparecido por completo.
La segunda parte inició con otro guion totalmente distinto. Porque los groguets, cargados de personalidad, avisaron a puerta en la primera jugada. Con Gueye inspirado en la labor creativa, y con Ayoze muy peligroso a los espacios. Mendizorroza se quedaría sin aliento, pero no por una ocasión de gol. Porque en esos espacios, Siverachocaría con la rodilla de Ayoze para caerse desplomado. Se hizo el silencio, mientras caía el agua-nieve. Más de dos minutos de dudas hasta que el guardameta levantó la mano para calmar el ambiente. Pero algo iba mal, porque el VAR estaba esperando a la recuperación de la conmoción. Y la alegría pasó a enfado por ver cómo Sivera se iría expulsado por mano. La cara de Coudet era un poema. Adrián Rodríguez tenía que entrar por un jugador, y por el mejor de la tarde: Pau Cabanes.
El escenario se ponía a tiro para el Villarreal. Porque los babazorros se veían obligados a resistir en bloque bajo, diciendo adiós a cualquier resquicio de pelota. Marcelino metía toda la carne en el asador: Barry se sumaba al ataque y Comesaña al centro de creación. El chaparrón de agua se solapaba con el del juego de los groguets, obligando a los de Coudet a embarrar el partido. Agarrones y empujones... y hasta alguna botella precipitándose desde la grada. Mendizorroza activaba el modo supervivencia. De ahí que cada despeje, tapón o corte defensivo se celebrara como un gol en el 90'.
Con Marcelino casi en el campo de la desesperación, 15 minutos de añadido marcarían un final de infarto. Porque si ya era una proeza el manual de resistencia de los babazorros, la roja a Blanco en el 93' dejaba como milagro aguantar casi media prórroga con 9. Pero solo tendría una el Villarreal para igualar el marcador, tras un gran centro de Pedraza que Ayoze enviaría con la cabeza al lateral de la red. Con todos los aficionados en pie, y un submarino previsible en cada ataque, 'Mendi' dictaría sentencia. Porque el Alavés saldría de la tormenta con una tarde para el recuerdo. Casi 4 meses de sequía que verían su cierre de la forma más épica. Salir del descenso con lágrimas de emoción. Bajo el aguacero, staff-jugadores y afición cantando al unísono para construir una de las imágenes más bonitas de esta temporada. Y, en especial, para dar motivos al equipo de que hay carácter para salir adelante.
Bailando bajo el aguacero 🌧️.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) March 8, 2025
El @Alaves sale del descenso ⬆️.#LALIGAEASPORTS #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/pWQueGrbFR
FICHA TÉCNICA
- ALAVÉS : Antonio Sivera, Manu Sánchez, Santiago Mouriño, Abdel Abqar, Nahuel Tenaglia, Carles Aleñá, Joan Jordán, Antonio Blanco, Pau Cabanes, Kike García, Carlos Martín
- VILLARREAL : Diego Conde, Sergi Cardona, Logan Costa, Willy Kambwala, Juan Foyth, Álex Baena, Dani Parejo, Pape Gueye, Yeremy Pino, Ayoze Pérez, Nicolas Pépé
- TARJETAS : 🟥 Sivera (min 58'), Blanco (min 90+4') 🟨 Yeremy (min 70'), Diarra (min 90+2')
- GOLES : Manu Sánchez (min 10')