Alerta en Bilbao: Los campos de San Mamés y Lezama preocupan en el club

Navidad, día de puertas abiertas para el Athletic Club. Una jornada que se ha convertido en habitual en los últimos años y que disfrutan los más pequeños. Un entrenamiento con público y entrega de regalos que el año pasado tuvo una gran acogida en San Mamés, pero que este curso presentó una diferencia clave. Se celebró en Lezama, en el campo 2, donde habitualmente juega el Bilbao Athletic, el femenino y ahora el Amorebieta sus compromisos de Segunda División. ¿La razón? El mal estado del césped de San Mamés, que tiene preocupados a los responsables del club.

Hasta aquí podría ser normal, como un ejercicio de prevención del tapete de La Catedral, que ya ha tenido que ser cambiado hace apenas dos meses. La sorpresa fue ver el estado del césped del campo 2 de Lezama, con multitud de calvas y repleto de arena para intentar mantenerlo en las mejores condiciones. La realidad es que no es una excepción. La situación de otros terrenos de juego naturales de las instalaciones también están en una mala situación, lo que está obligando al club a mover de un lado a otro a los diferentes equipos para intentar preservarlos de la mejor manera.

Los de Ernesto Valverde suelen realizar sus entrenamientos en el campo 1, junto al nuevo edificio del primer equipo, pero este terreno de juego también necesita cuidados específicos cada cierto tiempo y hasta estos últimos cursos solían intercalar algunos entrenamientos en el campo 3, anexo al 1. En la etapa de Marcelo Bielsa, por ejemplo, era habitual verle utilizar los dos al mismo tiempo, repletos de cintas, picas y conos. La mala situación de este último ya obligó durante la temporada pasada a que pasen a realizar sesiones en el campo 5, donde siguen realizando algunos entrenamientos.

De esta forma, el campo 3 ha quedado para cubrir huecos. El primer equipo femenino y el filial realizan algunas sesiones a la semana en este campo y el Juvenil División de Honor compite allí habitualmente. Sin embargo, el próximo compromiso copero ante el Deportivo de la Coruña del juvenil que debe disputarse a inicios de enero será trasladado al campo 8. El femenino, incluso, realiza una sesión semanal en Sondika para suma un entrenamiento más en natural.

La peor situación la vive el campo 2, convertido en principal tras la remodelación y con el arco del viejo San Mamés presidiéndolo. Es el único que tiene graderío en sus dos laterales y en uno de los fondos, alojando los mejores partidos de toda la estructura y con la excepcionalidad esta temporada de ser la casa del Amorebieta. El alto uso es la principal razón de su deterioro, aunque hace dos temporadas también acogió al cuadro azulón y cumplió el trámite de mejor manera.

El club decidió cuidar La Catedral en este parón navideño y por ello trasladaron el entrenamiento abierto a Lezama, pese a que hace solo dos meses, a comienzos de octubre, ya se cambió el césped del estadio rojiblanco. Entonces se argumentó que se debía a las altas temperaturas vividas en los primeros meses de temporada, pero en los últimos tiempos ha habido un problema con los tratamientos y no se consigue el estado óptimo que San Mamés siempre ha acostumbrado.

Desde el traslado a la Nueva Catedral en 2013 ha habido diferentes problemas, más aún tras la ampliación de la cubierta que deja el césped en sombra durante prácticamente todo el día. Así, se apostó por la luz artificial y las máquinas de calor pero los resultados no están siendo los esperados. El club quiere mimarlo, conscientes de que vienen meses con mucha carga de partidos, aunque más allá de los posibles cruces de Copa, el calendario de LaLiga les da un respiro con solo un partido -el derbi ante la Real- en San Mamés hasta el 4 de febrero.