Más allá de Corberán: la clave de la mejora individual del Valencia está en las 'tutorías' de su cuerpo técnico
El míster manda, ordena y dirige, pero su cuerpo técnico es quien controla a un grupo de jugadores y los gestiona individualmente.
Mucho se ha escrito en las últimas semanas de Carlos Corberán a propósito de sus buenísimos resultados al frente del Valencia CF y de la victoria en el Santiago Bernabéu: su método de trabajo, sus manías personales, su forma de hablar con el grupo… Sin embargo, hay una situación que Relevo ha explicado varias veces y que difiere en como toda la plantilla, los que juegan y los que no, se ha mantenido enchufada. Carlos es un técnico que marca distancias con el jugador. ¿Cómo consigue, pues, llegar al futbolista y mantenerle enchufado?
La respuesta va más allá del propio entrenador y para ello hay que mirar a su cuerpo técnico. Corberán dirige, toma decisiones, si ha de hablar concretamente con algún jugador —como hizo con Jesús o Max Aarons la semana previa al Real Madrid—, lo hace, pero no es él quien está encima siguiendo cada detalle de cada futbolista individualmente, sencillamente porque es imposible hacerlo él solo.
Y ahí hay que mirar al cuerpo técnico. Corberán llegó de la mano de Jorge Alarcón, quien le lleva acompañando desde 2014 en todas sus aventuras, de Josep Alcácer, con experiencia en el mundo del fútbol desde 2006, y de Martin Drury, a quien conoció en el West Bromwich. Entre todos, bajo el mando de Carlos, organizan el trabajo, pero en su metodología hay un aspecto claro: delegar el seguimiento individualizado del jugador. Con ese entrenador asistente, los jugadores hablan individualmente todos los días, comparten sus inquietudes, su visión de la situación, etc. Si quieren hablar con Corberán, puertas abiertas, pero para el día a día, en función del jugador que sea, la voz que escuchan individual es la de Alarcón, Alcácer o Drury.
Entre Drury, Alarcón y Alcácer, se dividen a 6 o 7 futbolistas cada uno para controlar, vigilar, desarrollar individualmente a cada uno de esos jugadores. No es Carlos como tal quien está pendiente en cada entrenamiento del rendimiento individual de cada uno —sería imposible—, sino sus tres asistentes los que focalizan en sus jugadores asignados. Así, ningún futbolista -juegue o no-, se siente desplazado o que no se focalizan en él, pues esta distribución de jugadores por integrante del cuerpo técnico no va en función de si se juega más o menos, sino que a todos se les trata por igual. Esa es la explicación de por qué incluso los que no juegan, parecen estar listos en cualquier momento.
El cuerpo técnico de Corberán
- Martin Drury: experiencia en Bradford, Manchester United y West Bromwich.
- Jorge Alarcón: experiencia en Al Nassr, Anorthosis, Doxa Katokopias, Ermis Aradippou, Umm Salal SC, Huddersfield, Olympiacos, West Brom.
- Josep Alcácer: Levante UD, Castellón, Villarreal, Sporting, Elche, Getafe, Alcorcón, Granada, Quito.
- Marcos Abad: Alcoyano, Elche, Middlesbrough, Leeds, West Bromwich
El método está claro. Corberán es quien organiza todo, quien se dirige al grupo, quien explica la táctica de cada partido… Y mientras sus asistentes —además de ayudarle con lo dicho—, focalizan con sus 6-7 jugadores cada semana, cada día, cada entrenamiento. ¿El objetivo? Que cuando el míster les necesite o quiera impactar en ellos, ellos estén enchufados.
Este método de trabajo, que por momentos en su carrera también ha aplicado Marcelino García Toral, permite que el grupo tenga un mensaje y una forma de trabajar general y única (el del técnico) pero un seguimiento individualizado. A la labor de los tres asistentes se le suma la de Marcos Abad, entrenador de porteros, y así los 24 jugadores de la primera plantilla tienen ese seguimiento individualizado asegurado. De momento, resultados ha dado.