DEPORTIVO ALAVÉS

La ambición sin límites de Carlos Vicente: "¿Por qué no podemos aspirar a Europa?"

El extremo cierra el año de su debut en Primera con números y sensaciones inmejorables: "Todavía no soy muy consciente de todo; un día salí a tomar algo y me pidieron 40 fotos...".

Jesús Owono abraza a Carlos Vicente después de una victoria del Alavés en Mendizorroza. /DEPORTIVO ALAVÉS
Jesús Owono abraza a Carlos Vicente después de una victoria del Alavés en Mendizorroza. DEPORTIVO ALAVÉS
Manuel Amor

Manuel Amor

Carlos Vicente (25 años) se afanó en entrar en el vestuario del Alavés sin hacer ruido. Hoy, seis meses después de aterrizar en Vitoria en el mercado de invierno, todavía se pregunta cómo superó el siempre intimidante primer día: "Estaba supernervioso. No sabía qué me iba a encontrar". Una conversación cómplice con Guevara en el gimnasio disipó sus dudas y su adaptación, sencilla por la confianza de Luis García y el vestuario, le ha permitido pasar en 12 meses de jugar en Primera Federación con el Racing de Ferrol a brillar entre las estrellas. Su primera media temporada en Primera la termina con dos goles (en las dos últimas jornadas), cuatro asistencias (una cada 279') y el 'feeling' de tenerlo todo para convertirse en ídolo en Mendizorroza.

A los que no le conocían les ha sorprendido su nivel, su desborde desde la banda derecha y su capacidad para el centro. Salió de la cantera del Real Zaragoza -no apostaron por él y se marchó en 2020-, pasó la peor etapa de su vida en el filial del Nàstic -se volvió a casa después de unas semanas-, recobró la confianza en el Ejea -final de la 20/21- y despuntó entre el Calahorra -21/22- y el Racing -22/23 y media 23/24-. Ha llegado desde abajo y por eso lo disfruta más. Ahora, durante sus días de descanso en Galicia, el extremo atiende a Relevo para hacer balance de su campaña de debut en la máxima categoría y de lo que está por venir. El pasado agosto, recién llegado a Segunda, dijo que los ferrolanos debían aspirar al playoff. En el club se echaron las manos a la cabeza y el tiempo le dio la razón. Su discurso no cambia y ya mira a la 24/25 con optimismo.

Hace tres años no terminabas de hacerte un sitio en los onces del Calahorra y ahora marcas diferencias en Primera. ¿Logras asimilar todo lo que te está pasando?

Por ahora, no. Entras en el bucle de jugar y entrenar y no eres muy consciente. Lo he hablado con algún colega: cuando esté tranquilo una semana en mi casa quizá me dé cuenta. Aun así, creo que estoy disfrutando bastante del valor que tiene y de lo que he conseguido. Me ha pasado de ir solo en el coche, después de un partido, y decir: 'Bfff… ¿pero qué ha sido esto?'. En esos momentos te acuerdas de todo tu recorrido y de lo que ha costado. Siempre deberías creer en ti, pero una cosa es creer y otra es hacer. Dar ese paso es otro mundo.

¿Cambia mucho, a nivel futbolístico, pasar de jugar en Primera Federación a hacerlo en Primera? Hay algunos jugadores que dicen que la diferencia no es tan grande…

Sí que la hay, hombre. Las categorías están por algo. Sí es cierto que el cambio lo noté más de Primera Federación a Segunda. Todo es mucho más profesional, entra en juego el tema televisivo… mil cosas. Pero existe un salto. Un jugador aventajado físicamente en Segunda está a la orden del día en Primera. Allí no vas a ser especial. Todo el mundo tiene calidad, nadie falla. Te mides al Real Madrid, a estrellas mundiales, a gente que vemos por la tele. Sólo por eso ya se nota.

¿Y a nivel personal? ¿En qué te ha cambiado la vida?

El día a día es muy muy distinto. Poder desayunar y comer en la ciudad deportiva, el trabajo en el gym, la atención, todo el personal que hay en un club como el Alavés… El cambio ha sido positivo. A lo bueno te acostumbras pronto (risas). En la calle también he notado cosas distintas. Un domingo fui a comer por ahí, me senté a tomar algo en una plaza… y eso fue una locura. En 20 minutos igual me hice 40 fotos. Bendito problema, está claro, pero sí me resultó un poco raro. Cuando no estás acostumbrado a todo eso, te choca. La comida se me quedaba fría (se ríe), pero ojalá me pase más veces. Será un buen síntoma.

¿Qué compañero te ha sorprendido más?

Aquí todos cogen 33 por hora, pero uno que me sorprendió mucho fue Ianis Hagi, y eso que no ha participado demasiado. Le pega con las dos piernas de locos, es de esos jugadores que son puro talento. Y ahí está, que va a ir a la Eurocopa con su selección.

¿Y qué rival?

No jugué, pero el día del Madrid (jornada 36 en el Bernabéu) te das cuenta de por qué son uno de los mejores equipos y los mejores jugadores. Vinicius, Bellingham, Kroos es una barbaridad… Mikel Merino, de la Real Sociedad, también me sorprendió para bien. De laterales a los que me haya enfrentado me gustó Javi Galán. Contra el Sevilla, contra Ocampos, dices: 'Ostras… no va a ser fácil defender a este'.

Carlos Vicente y su primer día en Vitoria: «Estaba supernervioso...». RELEVO

¿El vestuario del Alavés es tan sano como parece desde fuera?

Igual suena un poco a tópico, pero representa perfectamente a una familia. Desde que llegué no he visto ni una sola mala cara, salvando los típicos piques. Aquí creo que puedo hablar, porque llegué nuevo y la adaptación tiene mucho que ver. Y fue como si ya los conociese de antes. Todo el mundo se lleva con todo el mundo, no hay egos, los veteranos ayudan, los jóvenes escuchan… Es la mezcla perfecta. El míster, el cuerpo técnico y la esencia del club tienen que ver. Es una de las claves de que hayamos acabado tan arriba.

¿Recuerdas tu primer día? ¿Eres más de sentarte en una esquina y quedarte callado o te consideras echado para adelante?

Estaba supernervioso. Conocer a gente nueva siempre cuesta, y más a mí, que salía de una familia como el Racing. No sabía qué me iba a encontrar... y se juntaba eso con que iba a ser mi primer entreno en Primera, tenía que verme. Todavía me acuerdo y digo: 'Madre mía… ¿cómo pasé ese día?'. Me ayudó mucho Ander (Guevara). Me habló, me preguntó, me guio… Hicimos gimnasio y había que ponerse por parejas. Estuve con él. Eso se agradece una barbaridad. Él es uno de los referentes en el club.

Me han contado que estabas deseando, casi más que los aficionados, que Luis García renovase…

Sí, sí. Me acuerdo perfectamente de mi primera conversación con él por teléfono antes de que fichase por el Alavés. Me llamó y me contó su visión del proyecto y la que tenía sobre mí. Desde el primer momento fue como… Sentí muchísima confianza. Yo me oriento por las sensaciones. Me transmitió tranquilidad. Te pueden decir 'oye, que necesitamos a un jugador en esta posición', pero la confianza de seguir poniéndote aunque tengas un partido regular no la tiene cualquiera. Ha sido fundamental para que me haya podido adaptar.

"Me siento motivado e inspirado cuando el míster habla. Sales a los partidos con una chispita más"

Carlos Vicente, sobre Luis García Jugador del Deportivo Alavés

¿Por qué es un entrenador tan especial? ¿Qué destacas de él?

La palabra que le define es cercanía. Aquí cada jugador tiene sus preferencias. A mí me gustan los entrenadores intensos, que te saben apretar y te dan una de cal y una de arena, que te dicen las cosas buenas y las malas. Siempre está hablando, siempre de buen humor… Cuando toca ponerse serio, se pone, pero yo me siento motivado e inspirado cuando habla. Y eso afecta a tu rendimiento. Sabe cómo dirigirse hacia nosotros, cómo tocarnos la fibra. Sales a los partidos con una chispita más.

¿Eso es lo que propicia el buen clima?

Claro. Te pongo de ejemplo mi caso: cuando me lesioné salió Álex Sola en mi lugar, lo hizo de maravilla y yo era el que más se alegraba por su rendimiento. Lo bueno para él es bueno para el equipo. Cuando me tocó tener más minutos a mí, él hacía lo mismo conmigo. La complicidad y la competencia sana es clave. Te hace dar más. El ejemplo perfecto es Kike García. Ejerce como veterano y nos ayuda a todos.

Carlos Vicente, sobre su objetivo goleador para la temporada 2024/25. RELEVO

Has cerrado la temporada con dos goles en las dos últimas jornadas. ¿Es ese, anotar más, el aspecto en el que haces hincapié para seguir dando saltos?

Cuando no marcas siempre tienes una especie de agobio, de incomodidad. El jugador está contento si salen los resultados, pero se te queda clavada esa espinita. Las estadísticas son lo que plasma y resume tu temporada. Se me resistía el gol. No me preocupaba muchísimo, pero quería hacerlo. Marcar en las dos últimas jornadas me da tranquilidad. Yo siempre he sido muy ambicioso, me gusta marcarme cifras de goles y asistencias a principio de temporada. Suelen decirme que estoy chalado, pero confío mucho en mí y en el proyecto que tenemos en el Alavés. A muerte. Ojalá lo consiga.

¿O sea, que si los números que te fijas son tan ambiciosos... el año que viene esperamos 15 goles?

Ojalá, ojalá… (risas). Pero igual nos quedamos en 10.

No estaría mal. Por cierto, me imagino que tras marcar tu primer gol en Primera, en casa contra el Getafe, te recorrería el cuerpo una sensación especial…

Sí, sobre todo porque mi familia estaba en el estadio. Lo que más feliz me hizo fue dedicárselo a ellos. Mis padres se han tragado todos mis partidos desde que medía medio metro.

¿Y ellos cómo están viviendo todo esto? Me imagino que también sufrirían en los momentos malos...

Con la misma ilusión que yo. La misma. Juegue donde juegue, vienen. A veces van primero al Mirandés (su hermano David milita allí) y luego al Alavés. Tienen la libertad de seguirnos siempre que quieren. Es como si fuésemos nosotros: lo viven igual y lo sufren más, ya sabes.

Carlos Vicente (izquierda), con su hermano David en el Buesa Arena.  INSTAGRAM
Carlos Vicente (izquierda), con su hermano David en el Buesa Arena. INSTAGRAM

Por volver al equipo y a la próxima temporada... ¿Te preocupa que se pueda desmantelar al equipo entre salidas de jugadores libres -Gorosabel-, cedidos que vuelven a sus clubes -Rafa Marín, Omorodion…- y posibles ventas como Rioja?

Está claro. Es inevitable pensar en los jugadores que se pueden ir. Hemos hecho una piña, llevamos una buena dinámica… Pero esto es fútbol. Si en alguien se puede confiar es en Sergio Fernández (el director deportivo). El proyecto es superilusionante. Hay que renovarse. Unos van y otros vienen, pero la confianza es plena.

Firmaste un contrato con el Alavés de tres años y medio en verano. ¿Puedes garantizar que te vas a quedar la próxima temporada?

Vamos… Sí. Estoy encantado. Nunca me había sentido tan bien como ahora. Es Primera, otro mundo, estoy disfrutando cerca de mi familia y tengo una ilusión tremenda de volver el año que viene.

En Ferrol, con el Racing recién ascendido a Segunda, sorprendieron unas declaraciones tuyas en las que hablabas de que el el play-off a Primera debía ser el objetivo de la temporada. El tiempo te dio la razón. ¿Te atreves a colocarle alguna meta tan ambiciosa a la campaña 24-25 del Alavés?

¡Por supuesto que sí! Yo estoy seguro de que la Liga se nos ha quedado un poco corta...

¿Europa, entonces?

No lo sé, ojalá. Yo creo que todo el mundo debería marcarse un objetivo así. Te lo digo totalmente en serio. No ganar la Liga, pero, siendo realistas… ¿por qué no? El club tiene las capacidades, el proyecto y la ambición. ¿Por qué no podemos aspirar a ello? En Twitter dirán que estoy loco, pero yo no me escondo. Si luego pasa algo negativo, pues mala suerte, pero no será porque no lo hemos intentado y porque no creemos.

Carlos Vicente, sobre las aspiraciones europeas del Alavés. RELEVO

¿No temes que Luis García quiera matarte cuando lea esto?

No lo sé (risas). Si es por tener una ambición buena… No dejo de ser realista y de saber que es muy difícil ganar un partido en Primera, pero puestos a soñar… Cualquiera que me hubiera dicho hace tres años que yo iba a jugar en Primera, le hubiera dicho que estaba loco. Y mira.

¿Qué mensaje le mandas a la afición? Jugar en Mendizorroza debe ser una pasada.

Te juro que jugar en Mendi es impresionante: cómo aprieta la gente, cómo anima… Me acuerdo de un día que el Girona nos marcó en el minuto tres y parecía que seguíamos 0-0. Me quedé como diciendo: 'Qué pasada'. Eso cuenta mucho. Les diría que sigan ahí, apoyando, que todos estamos igual de ilusionados, que el año que viene vamos a por todas, me crean o no (risas). El primer objetivo es la permanencia, pero si estamos todos juntos quién sabe si podremos conseguir más.

Un test rápido de Vitoria para terminar y que la gente te conozca mejor: ¿tu sitio favorito?

No he estado en demasiados, pero cualquiera en el que me acompañe mi hermano.

¿Para pasear?

El parque de La Florida. Vivo cerca, en el centro. Me molan los planes tranquilos y de naturaleza.

¿Qué restaurante me recomendarías?

Por cómo me tratan… Sagartoki o Mano Lenta.

¿Y un plan?

Ir a ver el Baskonia al Buesa. Sin duda. Me mola mucho. Ese sí que es mi plan favorito. Me voy a sacar el abono. Siempre he seguido más la NBA que el baloncesto europeo, pero todo el basket me encanta. En la Euroliga hay partidazos y equipazos. Me lo paso en grande cuando voy.