RAYO VALLECANO

La ambición con Europa y una reflexión de Iñigo Pérez para poner las cosas en su sitio: "No me gusta decir que somos el Rayo y se cayó el techo aquí el otro día..."

El técnico habló sobre las expectativas del club: "Sueño con Europa. Me encantaría viajar los jueves, jugar en otros países, ver la grada de rayistas, claro que sí".

Iñigo Pérez, en el partido ante el Valencia./EFE
Iñigo Pérez, en el partido ante el Valencia. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

El Rayo Vallecano ha pasado por todo tipo de emociones a lo largo de la temporada. De los primeros días en los que parecía un candidato al descenso, hasta esa fase intermedia en la que hasta parecía que podía pelear la clasificación para la Champions League hasta el día de hoy, donde se tiende más a recalcar el éxito de la permanencia que en sacar de contexto resultados favorables. El empate ante el Valencia en el Estadio de Vallecas no deja de ser una clara demostración de que no hay que apresurarse, por mucho que la plaza extra deje aún muchas opciones de clasificación para competiciones europeas.

Iñigo Pérez y la ambición.

Desde dentro, hay disparidad de criterios. Los jugadores son cautos, pero transmiten ilusión por dar la machada y viajar la próxima temporada por el continente. Mientras tanto, Raúl Martín Presa insiste una y otra vez cada vez que tiene un micrófono delante que la permanencia no está conseguida y recuerda aquel gol de Tamudo que les salvó in extremis tras tener bastante ventaja con más de un mes de competición por delante. El equilibrio lo transmite la voz de Iñigo Pérez.

El técnico, siempre fiel a sus principios, fue preguntado sobre si realmente no se está valorando la permanencia del club por haber estado en algún momento en la zona noble de la clasificación. A lo que replicó: "No sé cómo reflexionáis, pero tampoco me gusta ahondar en ello. En decir que somos el Rayo y se cayó el techo el otro día aquí o X cosas que todos sabemos que suceden. Y ampararme en esto. Como llevamos doce puntos sobre el descenso... No, mira, está muy bien. Sí, es cierto que está muy bien, pero tampoco voy a quedarme solo en eso, yo quiero ganar todos los partidos, pero lo que no podemos hacer... Creo que es bueno tener 41 puntos ahora y seguir preparándonos para lo que queda de Liga y para el comienzo del año que viene".

Iñigo Pérez, sobre las expectativas.

Continuaba el discurso con una clara advertencia: "Las expectativas desmesuradas acaban siendo lo que te acaba matando". ¿Es Iñigo Pérez un poco agorero, está restando fe a sus aficionados? Ni mucho menos, porque él es el primer interesado, el que se revuelve con la almohada con esa posibilidad. Anda que no suena bien: "Entonces yo me ilusiono, yo sueño con Europa. Me encantaría viajar los jueves, jugar en otros países, me encantaría ver la grada de rayistas, claro que sí. Claro que me encantaría. Pero no podemos quedarnos ni en como vamos 12 puntos por encima del descenso ya nos dejamos ir y como tenemos cerca a Europa pues este es el objetivo. Nosotros debemos vivir la realidad del día a día y entrenamos todos los días para mejorar individual y colectivamente. Hacer unión de grupo y permanecer juntos el tiempo que nos toque para ir subsistiendo en Primera División".

Una gran conclusión que se puede sacar de sus palabras es que no hay una vía de éxito, que lo importante es el trabajo del día, no crecerse, soñar desde tierra, siempre en calma. Este Rayo no debe conformarse con la permanencia, pero tampoco puede exigirse Europa. Su verdadero éxito es haber formado un bloque que rinde, saca partidos adelante y puede tener aires de gloria. Después, los resultados dirán.

«La falta de ambición se detecta de lunes a sábado»

La magia del día a día, de nuevo en la boca de Iñigo valorando unas palabras de Nteka, en las que afirma que al equipo le faltó ambición en los últimos partidos: "No estoy de acuerdo con Randy. Respeto su opinión, pero la falta de ambición uno la detecta cuando de lunes a sábado ve pasividad en los entrenamientos y no es en ningún caso nuestro equipo ni nuestros jugadores. Siguen entrenando igual que cuando estuvimos en Holanda en pretemporada, algo que sufrieron y que entendieron que era el nivel que necesitábamos para poder tener 41 puntos ahora".

Pero todo el rayismo va de la mano, independientemente de que uno crea más o deje de creer: "Siempre lo digo, la falta de ambición... Por decir que nuestro objetivo ahora es entrar en Conference League no eres más ambicioso que yo. Yo ya dije que mi ambición es ganar todos los partidos. A la vista está la dificultad de esto. No me gusta entrar en este tipo de lecturas porque creo que son demasiado superficiales. Es decir, si hoy hubiésemos ganado entonces sí tenemos ambición. Si hoy hubiésemos perdido, el equipo se ha dejado ir... No creo en esto. Yo les veo entrenar y no detecto falta de ambición". El mantra común es otra historia, no hay resultados que valgan: "El patrimonio que tengo como entrenador, lo más valioso que tengo es el grupo de jugadores".