Analizando el vacío de Sergio Busquets: así debe ser el nuevo mediocentro del Barça
El conjunto azulgrana empieza la búsqueda del mediocentro para relevar a Busquets y en este texto analizamos los candidatos... y añadimos nuevos.

Ha llegado el momento. El examen final se acerca y el alumno ya no tiene más tiempo que tirar; no vale seguir procrastinando. Sergio Busquets ya no será el mediocentro del FC Barcelona el curso 23/24, y el Barça deberá responder una pregunta que lleva tapada desde agosto de 2008. Pero no es solo una única cuestión, sino muchas que se derivan de la misma: ¿Qué tipo de jugador necesita el equipo? ¿Qué buscará el Barça en el mercado? ¿Fichar a alguien contrastado o desarrollar el talento? ¿Un especialista o un jugador al que convertir?
Lo primero que debemos hacer es sentar las bases para poder responder a las preguntas. A día de hoy, el Barça cuenta en su centro del campo con Frenkie de Jong (26), Pedri (20), Gavi (18), Kessie (26) y Pablo Torre (19). Los tres primeros están llamados a ser indiscutibles, mientras que nadie sabe si Torre saldrá cedido en busca de más minutos, ni qué sucederá con un Kessie al que el Barça puede usar como moneda de cambio para generar plusvalía este mercado. Nico González (20) regresa de cesión, aunque todo indica que el club le volverá a buscar una salida. ¿De todos ellos, quién es el mediocentro?
Muchos lo diréis: Frenkie de Jong. El neerlandés ha firmado muy probablemente su mejor temporada desde que está en el club, por jerarquía y peso específico en el juego, pero sucede algo particular con él. No es ni un interior para vivir arriba ni un mediocentro para mantener el equilibrio, sino un híbrido que demanda de alguien que viva por delante suyo y otro que le compense. ¿Puede ser mediocentro? De hecho, ya lo ha sido. Y en muchos encuentros, a gran nivel.


Mientras que Busquets ha sido un centrocampista que ha estado siempre en el ranking de jugadores que menos metros conducía (una media de 3,2 metros por conducción), De Jong ha sido el centrocampista que más ha conducido del FC Barcelona. Situar a Frenkie en esa zona supone un cambio de paradigma que afecta a toda la estructura, porque inicia caminos para los que sus compañeros no están preparados. Si Frenkie se mueve, alguien debe ocupar su sitio, si avanza, alguien debe tapar una posible pérdida.
"Es una evidencia que necesitamos un pivote de mucho nivel la temporada que viene". Esto dijo Xavi Hernández hace poco en una rueda de prensa, dejando entrever que el club deberá moverse en el mercado, y no de forma cualquiera, sino precisa y ambiciosa.
¿Qué necesita el Barça?
Lo primero que se nos viene a la mente es la palabra anticipación: con y sin pelota, alguien lo suficientemente ágil para anticipar situaciones y llegar un pelín antes que el rival para dar sentido a la jugada. Especialmente valioso es que sea capaz de hacerlo con balón, ya que el Barça tendrá la mayor parte del tiempo la pelota (64% de posesión) y en la mayoría de escenarios, en campo rival.
Lo segundo que debe pesar más es ser capaz de reconocer el entorno a mucha velocidad, interpretar dónde está el espacio y cómo encontrarlo. Es esencial que el elegido piense y ejecute rápido, independientemente del perfil elegido, pues sin alguien que dinamice desde la base y pueda arropar la circulación hasta el último tercio, el Barça volverá a ser un equipo demasiado dependiente de Pedri tanto abajo como arriba, y ese ha sido uno de los grandes males del Barcelona este curso.
El Barça de Xavi entrará en la fase de definición la próxima temporada. El primer medio curso sirvió para recuperar anímicamente al equipo y empezar a construir una identidad colectiva. Este segundo, el primero completo, ha servido para asentar las bases que quiere el egarense y empezar a introducir las primeras variantes tácticas (cuatro centrocampistas repartidos en tres alturas). El tercero, ya sin Alba, Piqué ni Busquets, tendrá que ser el de definición.
Y para definir, hay que acertar. Analizo a cada uno de los candidatos (Rubén Neves, Sofyan Amrabat y Martín Zubimendi) y además añadiré un par de nombres menos conocidos que presentan aptitudes para ser futbolistas a considerar en clave Barça.
Rubén Neves
Rubén Neves es el preferido de Joan Laporta y uno de los protegidos de Jorge Mendes. El portugués es un perfil contrastado en la Premier League con años siendo pieza importante del Wolverhampton, equipo que el Barça ha usado para traer a Adama Traoré y mandar a Nélson Semedo. Su gran aval es el golpeo, tanto a balón parado como en el desplazamiento en largo con el balón jugado, siendo uno de los mejores en Inglaterra en este aspecto. Si alguien imagina a un Barça más contragolpeador y directo, Neves es el idóneo, ya que permite a sus equipos mirar siempre lejos y estar a dos pases de una ocasión.


Donde sufre el portugués es girando. Le cuesta agilizar jugadas bajo presión y normalmente necesita ver el juego de cara, de ahí que en muchas jugadas se metra entre los centrales incluso cuando no hace falta, porque disfruta pudiendo activar a sus compañeros en largo. De entre todas las opciones disponibles, quizás sea la que genera más dudas, porque elegirlo implicaría tomar un camino distinto al que Xavi ha venido construyendo.
Sofyan Amrabat
El jugador del prejuicio. Para bien y para mal. Sofyan Amrabat tiene la suerte y la desgracia de ser un jugador forjado durante el Mundial, y como a tantos otros que les ha pasado lo mismo, se parte de un torneo singular y único para hablar de todas sus virtudes y defectos. Y esto es faltarle a la verdad. El marroquí ha sido el mediocentro en una Marruecos de 39% de posesión y juego directo y lo es en una Fiorentina que es el segundo equipo que más pelota tiene en la Serie A (56%). Esto habla muy bien de Amrabat.

Defensivamente, Amrabat es un jugador muy completo. Gana más de 4,4 presiones por partido (en el Barça solo le supera Gavi) y se siente cómodo tanto yendo hacia arriba como, en el caso de la secuencia adjuntada, defendiendo en campo propio. Es intuitivo y muy fuerte, lo que le permite llegar a las coberturas e imponerse cuando va al choque.

Con 5,5 acciones defensivas ganadas (el segundo de su equipo), Amrabat es un seguro de vida como demostró durante el Mundial. Protegiendo la frontal y llegando a distintas zonas, pero en la Fiorentina, que tiene un juego más proactivo, se ha hecho fuerte saltando hacia arriba y protegiendo sus costados y espalda.
El prejuicio viene con balón. Se le suele minimizar por el simple hecho de haberse labrado un nombre propio durante el Mundial, donde destacó más defendiendo en bloque bajo. Pierde poquísimos balones (0,84 por cada 90 minutos) y es de los centrocampistas que más ayuda a progresar a su equipo (8,02 progresiones hacia el último tercio). Es pulcro con balón, conduce con sentido y tiene buen desplazamiento, pudiendo mirar tanto dentro como fuera.


Con más de ocho balones largos por partido, Amrabat suma un 84% de acierto en este tipo de acciones. El marroquí no tiene la cintura de los mejores, pero sí es muy hábil detectando cómo le presiona el rival y es capaz de aguantar y proteger con el cuerpo para zafarse de su par. Amrabat es una opción más que interesante, sobre todo si sale por menos de 35 millones de euros, ya que hay pocos mediocentros con su nivel y aptitudes en el mercado por este precio.
Martín Zubimendi
El vasco es el favorito de Xavi Hernández, en este texto os conté por qué también el mío, y de entre todos los candidatos, el que mejores condiciones tiene para moverse en espacios reducidos. Zubimendi lleva años a gran nivel en uno de los equipos más atractivos de LaLiga como la Real Sociedad, uno que acumula y aglutina mucho talento en zonas interiores. ¿Por qué es el favorito?
Si en Amrabat existen prejuicios sobre sus capacidades con balón, con Zubimendi existen por lo que hace sin él. Martín es un mediocentro bajito, físicamente no aparenta ser dominador de estas situaciones, pero si algo ha enseñado Busquets es a engañar el ojo, a desacostumbrarlo. Zubimendi solo es regateado 0,56 veces por cada 90 minutos, una de las mejores cifras entre todos los mediocentros; es muy hábil comandando la presión, atento en las vigilancias (Alguacil lo ha usado en algunos partidos como central cuando la Real no tiene la pelota) y polivalente.
Con pelota es un jugador de mucha calidad, pudiendo actuar en distintas alturas y contextos. Si el rival le presiona, Zubimendi tiene un buen juego de espaldas, sabiendo orientar la salida hacia fuera, es capaz de girar y de continuar con la jugada más arriba. Quizás lo que más destaca en el de la Real es que es creativo como pasador, y aunque en un equipo con Merino, Silva o Kubo, no se le pida tanto con balón, el potencial que tiene es alto.


De hecho, es indispensable entender el contexto en el que juega para tener una mirada completa del futbolista. La Real Sociedad se construye en circuitos cortos y el mediocentro no tiene un peso excesivo en ellos, porque con Mikel Merino o Silva, los de Alguacil progresan usando otros jugadores. Suma 45 pases por partido, una cifra que en el Barça le situaría como el centrocampista con menos pases (solo por delante de Gavi). Cada equipo es distinto, y Zubimendi posee todas las cualidades para complementarse con De Jong, Pedri y Gavi y dar equilibrio al neerlandés.
Federico Redondo
Sí, el hijo de Fernando Redondo es otro mediocentro elegante que tiene pinta que va a ser muy bueno en un futuro. Jugando actualmente en el Mundial sub20 con Argentina, el de Argentino Juniors es un jugador con un potencial altísimo. Físicamente se parece a Sergio Busquets: 188 cm, piernas muy largas y delgadas, centro de gravedad alto y no por eso menos sensibilidad técnica.
Partiendo en un doble pivote, Redondo está por hacer todavía, es un jugador verde en muchos aspectos y con problemas para asegurar la posesión porque su capacidad técnica le lleva a inventar soluciones y a pisar otras zonas, algo propio de un jugador con tantas posibilidades que está formándose. Es creativo pasando y sobre todo regateando, usando sus piernas como ganchos para esconder la pelota.


En una charla con Relevo, Redondo ya contó que es muy fan del Real Madrid, como no podía ser de otra manera por la trayectoria de su padre. Pero con un Real Madrid con su centro del campo asegurado a diez años vista, el camino parece llevarle a otro sitio, y por sus capacidades condicionales unida a la genética, el proyecto de Federico Redondo apunta alto. Con un gran margen de mejora, sin balón ya se muestra muy agresivo para presionar y poder ser útil en fase defensiva. ¿Y si el Barça pescase al hijo del gran mediocentro del Real Madrid?
Johann Lepenant
En Francia están habituados a producir centrocampistas dinámicos y con buena técnica desde que el mundo es mundo. Uno de los que mejor pinta tiene es Johann Lepenant (2002), mediocentro del Olympique de Lyon. Pese a su apariencia aparentemente pueril, el francés es uno de los mejores proyectos de mediocentro de corte agresivo que hay. De entre todos los mediocentros sub23 de las 5 grandes ligas, el francés es: 2o en presiones ganadas (4,7), 2o en contrapresiones ganadas (0,9), 2o en entradas e intercepciones (6,7).
Lepenant es una maquinita de recorrer el campo y sumar acciones para su equipo sin balón: presiona, contemporiza y es agresivo. Pocos jugadores tienen el potencial del francés en ese aspecto y si el Barça quiere sumar a Gavi otro motor casi infinito, Lepenant es una muy buena opción.
Su hándicap es que no es seguro con la pelota. Suele desproteger el cuero cuando lo recibe, perdiendo balones en zonas sensibles y todavía no es capaz de usar de forma correcta su cuerpo para zafarse de esas presiones que un mediocentro en el Barça debe saber resolver. Eso sí, conduce y tiene buen pase, tanto filtrado como en largo, teniendo en ese aspecto un potencial alto si rebaja las pulsaciones y logra ser más seguro en los primeros pases.
Puede que el FC Barcelona esté ante la decisión más importante desde que en 2018 el club apostase por Coutinho como sustituto de Andrés Iniesta. Acertar con el perfil y el nombre es primordial para asegurar que lo construido irá en la dirección que tanto club como entrenador desean. El Barça deberá estar más acertado que aquel invierno de 2018.