El Ancelotti más resolutivo calca la defensa del 'efecto Mourinho'
El Real Madrid es el equipo menos goleado de LaLiga (9), que, sumado a los goles recibidos en Copa de Europa, igualan datos de récord en este siglo.

Carlo Ancelotti ha salvado un buen destrozo esta temporada en el Real Madrid. Los blancos siguen envueltos en una plaga de lesiones que ha afectado a cada una de las parcelas del campo. Especialmente a la defensa. Thibaut Courtois y Éder Militao, líderes en el esquema del italiano desde su regreso a Chamartín, siguen lesionados desde agosto por sus respectivas roturas del ligamento cruzado anterior, dos bajas más que sensibles sobre las que ha intervenido con nota.
El pesimismo tras perder precisamente a los dos mejores defensores del arco madridista ha camuflado la realidad que vive el equipo. Y es que con 14 goles encajados entre Liga y Champions League, nos encontramos ante el Madrid menos goleado del siglo XXI. Son cifras solamente equiparables durante los últimos 23 años a la versión que bordó José Mourinho al llegar al club, en la temporada 2010/11 (también 14 goles).
Contrario a lo que pueda parecer por bajas como las del belga y el brasileño, por la intermitencia de David Alaba y Ferland Mendy en su juego y también estado físico, Ancelotti ha calcado el búnker de Mourinho. En su día, el ahora técnico de la Roma contaba con futbolistas como Iker Casillas, Álvaro Arbeloa, Marcelo, Pepe y Sergio Ramos defendiendo su portería. De todos ellos, solo Pepe (la jornada 1 de LaLiga contra el RCD Mallorca) y Sergio Ramos (11 días en octubre de 2010 por una extensión del ligamento interno de su rodilla) llegaron a estar fuera de servicio para el portugués.
Aún con ese hándicap de las bajas en contra, el italiano ha logrado igualar un dato sobre el que ha decidido poner especial énfasis esta temporada. Lo demuestran sus declaraciones en rueda de prensa tras la (única) derrota liguera contra el Atlético de Madrid: "No hemos defendido bien, no hemos sido contundentes. La culpa es mía". No han vuelto a encajar más de dos goles en un partido esta temporada.

Un discurso y, sobre todo, una intención que se asemejan mucho a lo que Mourinho pretendía hacer (e hizo) en 'su' Real Madrid. El luso siempre se ha caracterizado por su incidencia con el juego sin balón de todo el equipo, incluidos los atacantes, independientemente de sus nombres y apellidos. Y fue algo que en 2010 se plasmó en la cifra de goles encajados.
Todo le sale bien a Carletto
Es un detalle que avala la gestión del artífice de la Décima y la Decimocuarta. Una gestión que traspasa la mera elección de nombres del once inicial. Esta temporada el italiano se ha visto obligado a mover fichas, cambiar roles y adaptar el sistema. Y en todos los experimentos, véanse los resultados hasta el momento, le ha salido cara.
Un buen ejemplo de su mano para encontrar soluciones se notó ya avanzada la temporada, cuando añadió un retoque al rombo que resultó clave para dar solidez defensiva al bloque. Alteró la línea del mediocampo para colocar a dos interiores en las bandas y, así, ayudar a los laterales, quienes más sufrían con el nuevo esquema. Desde el Clásico del 28 de octubre (1-2), el Madrid sólo ha encajado tres goles -uno contra el Valencia y dos contra el Nápoles-. Un estado de gracia con nombres propios.
El protagonista del primer acto madridista en esta temporada 2023/24 es Antonio Rüdiger. El alemán llegó siendo un fichaje de riesgo nulo, libre y procedente del Chelsea, donde se consagró como uno de los mejores del mundo. Una oportunidad que los blancos no podían dejar pasar. Se entrometió en la que venía siendo una de las mejores parejas de centrales de Europa como era la formada por Militao y Alaba, tarea difícil. Después de un año lleno de dudas sobre su figura, esta temporada se ha confirmado. Se ha agrandado ante la baja del ex del Sao Paulo y ya tira de jerarquía en una zaga que necesitaba de su personalidad para salir del paso. La confianza que Ancelotti ha depositado en él, desde el primer día del teutón en Valdebebas, ha sido clave.
El de la portería es otro caso digno de estudio. Kepa Arrizabalaga llegó cedido desde el Chelsea para suplir al lesionado Courtois, y una lesión del vasco obligó a Carletto a darle la oportunidad nuevamente a Andriy Lunin. El ucraniano ha hecho uso de su característico temple en situaciones de esta índole, y ha abierto un debate entre la afición que para su entrenador no existe. Ancelotti ratificó en rueda de prensa tras el partido frente al Cádiz a Kepa como su primera opción estando sano. Pero, al menos, el italiano sabe que si necesita acudir a su 'tercer portero', puede. Algo que no todos los entrenadores del mundo tienen el placer de afirmar. Sea como sea, juegue quien juegue, este Real Madrid funciona como ningún otro este siglo en defensa.