REAL MADRID

Ancelotti toca a rebato para acabar con tanta dispersión y evitar la caraja de París en 2022

El técnico se pone serio a 10 días de la final de Champions para que su futbolistas vuelvan a focalizar entre tanto descanso, actos, despedidas, entrevistas, una Liga atada, la Euro al fondo...

Kroos, en presencia de Camavinga, en el entrenamiento de este miércoles del Real Madrid en Valdebebas. /GETTY
Kroos, en presencia de Camavinga, en el entrenamiento de este miércoles del Real Madrid en Valdebebas. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

El Real Madrid fue por última vez campeón de Europa el 28 de mayo de 2022 con Carlo Ancelotti en el banquillo. Y aunque siempre quedará la imagen del equipo levantando la Decimocuarta Champions al cielo de París, los resúmenes de aquella final ante el Liverpool (victoria 0-1) recuerdan que se sufrió de lo lindo para alcanzar el ansiado objetivo. Hasta el punto de que Courtois fue el héroe absoluto del duelo disputado Stade de France, con permiso de Vinicius, el goleador esa inolvidable noche.

Aquel escenario recuerda mucho al actual, con un Real Madrid alabado en el mundo entero tras haber arrollado en la Liga. Hace un par de temporadas había sentenciado aquel campeonato doméstico el 30 de abril tras golear en el Santiago Bernabéu al Espanyol (4-0) después de un paseo militar por el que al final sacó 13 puntos de distancia al Barça (86-73). Y, además, de forma muy parecida a la de estos días, mantuvo la sangre en el ojo hasta el 4 de mayo, cuando eliminó al Manchester City de Guardiola en la vuelta de semifinales con otra remontada para la historia.

Desde aquella mágica velada, como sucede de nuevo esta vez, se sucedieron las celebraciones, los actos, las despedidas, las noticias sobre las renovaciones, los días de descanso (la semana pasada hubo tres seguidos) y a fin de cuentas la relajación durante más de tres semanas hasta que llegó el partido más importante del curso. Y el equipo lo pagó. Eso es justo lo que Carletto quiere evitar a toda costa que se repita para dejar de jugar con fuego.

La retirada de Kroos ha venido a coronar un ambiente en el que reinaba la relajación (recetada y bajo control) y el despiste (algo normal con tanto ruido). Y está prácticamente prohibido hablar de la Eurocopa. En el Madrid son varios futbolistas los que ya tiene un ojo en Alemania. Modric (Croacia), Bellingham (Inglaterra), Lunin (Ucrania), Camavinga, Mendy, Tchouameni (Francia), Kroos y Rüdiger (Alemania) y Güler (Turquía) ya están confirmados. Y a ellos se unirán algunos más. Entre ellos los españoles: Carvajal y Joselu son fijos y todo apunta a que les acompañará Nacho. A ellos hay que sumar que Vinicius, Militao y Rodrygo (más Endrick) jugarán la Copa América con Brasil y Valverde con Uruguay.

Mendy, Bellingham y Rüdiger, con Rodrygo al fondo, hoy en Valdebebas.  REALMADRID.COM
Mendy, Bellingham y Rüdiger, con Rodrygo al fondo, hoy en Valdebebas. REALMADRID.COM

El Liverpool acosó hace dos años al Madrid por tierra, mar y aire. Llegó a disparar 24 veces a portería, obligando a Courtois a sacar varias manos salvadoras. El equipo blanco, por su parte, realizó sólo cuatro tiros a portería, y gracias que se puso por delante con un centrochut de Valverde culminado por Vinicius en uno de los momentos del encuentro en los que peor lo estaba pasando en el minuto 58. Carvajal y Militao tuvieron que multiplicarse y Ancelotti, pese al pobre rendimiento general, no se atrevió a hacer el primer cambio hasta el minuto 84' (Camavinga por Valverde) mientras Klopp iba metiendo más y más atacantes. Los otros relevos llegaron en los minutos finales y de descuento para perder tiempo y conservar la renta (Ceballos y Rodrygo por Modric y Vinicius). Hubo alegría por los pelos.

Aquella final está muy fresca en la memoria de los técnicos. Por eso, desde hoy, y pese a que ha habido tiempo para los abrazos, los aplausos, la morriña y las bromas, ha habido de nuevo más trabajo y concentración que relax. El propio rictus de Ancelotti ha cambiado respecto al mostrando en La Cerámica para celebrar los goles de Güler. La reacción del Villarreal hasta empatar tras ir perdiendo 1-4 fue un aviso a navegantes y ya no hay espacio para los descuidos. Desde hoy en Valdebebas, el staff del italiano ha insistido en la importancia del próximo partido ante el Betis, el último de Liga que se disputará el sábado a las 21:00.

La cosa se pone seria

Y si han recalcado en algunas conversaciones informales esta obsesión es porque no quieren sustos, imprevistos ni distracciones. En primer lugar, para brindar un nuevo y último triunfo en Liga a la afición que dé alas a una semana vista del cara a cara ante el Dortmund. En segundo, porque la máxima concentración y el pleno rendimiento, sin reservas, es la mejor pócima ante el mal de los infortunios y las lesiones. Y, por último, para poder ensayar ciertos movimientos tácticos, sobre todo en la presión, que habrá que ejecutar a las mil maravillas el 1 de junio si el Madrid quiere evitar cualquier sorpresa.

Por eso, la sesión de este miércoles ha sido más dinámica que en los últimos entrenamientos. La plantilla viene de librar el martes y de hacer una sesión de recuperación el lunes tras haber jugado en Vila-real. Poco a poco, todos los futbolistas van focalizando de nuevo en la tarea. Los porteros, con Courtois a la cabeza, son los que menos están descansando, yendo a Valdebebas incluso en las jornadas de descanso. La sesión comenzó en el gimnasio. Después hubo trabajo físico, ejercicios tácticos y partidillos con tiempos reducido en campo grande. El entrenamiento finalizó con otros partidos en dimensiones reducidas e incluso series de carreras.

Rüdiger también es de los que necesita machacarse en el gimnasio para no perder el tono y dar continuidad a su dulce momento de forma. Tchouameni le acompañó ayer al alemán para seguir con su proceso de recuperación una vez que sabe que no podrá participar en Wembley por esa nueva lesión en el pie y que, como consuelo, le queda la Eurocopa. Muchos otros jugadores optaron por seguir ayer en sus domicilio con sus sesiones de prevención de lesiones, estiramientos y las rutinarias visitas a los fisioterapeutas. Con el que hay runrún es con Alaba, que está a caballo entre España y Austria estas semanas para solucionar el retroceso en su recuperación (no volverá hasta después del verano y se queda sin Euro) tras haberse sometido a una artroscopia en su rodilla operada.