ATLÉTICO DE MADRID

Antonio López y su momento más duro: "Estaba corriendo, me llamó el doctor Guillén y me dijo: 'Tienes que dejar el fútbol'"

El que fuera capitán del Atleti durante casi una década repasa aquellos años de transición, de Luis Aragonés, los derbis contra el Madrid y toda una carrera que ahora sigue en los despachos.

Antonio López celebra en Neptuno una Europa League con el Atlético. /AFP
Antonio López celebra en Neptuno una Europa League con el Atlético. AFP
Lorena González

Lorena González

Antonio López nos recibe en su oficina de AL, su agencia de representación de futbolistas. Allí trata de buscar lo mejor para sus jugadores, sin olvidarse nunca de lo que necesitan ("sobre todo que les hagan ver las cosas"). De hecho, le cambia la cara cuando una llamada interrumpe la entrevista y le informan de que uno de sus representados acaba de romperse el cruzado.

Antonio López y su momento más duro.

Antonio recuerda en Relevo sus años como capitán y Cicerón del vestuario rojiblanco, donde lo mismo tenía que ayudar a los jóvenes, pelear primas con Miguel Ángel o mediar con el Frente Atlético. El defensa internacional con Luis Aragonés fue testigo de la transición del Atlético de Madrid, desde el descenso a Segunda a empezar a ganar títulos en Europa. No fue casualidad, cree, sino que Quique Sánchez Flores ordenó a un equipo "casi como si fuéramos niños". Los partidos contra el Real Madrid tenían siempre una sensación agridulce. Sentían que les iban a ganar, pero como le decía Casillas off the record, pasaba al revés. Al Barça, en cambio, a pesar de sentirse inferiores, sí lograban meterle mano en muchos partidos.

¿Cómo se da el fichaje por el Atleti de un chaval de Benidorm?

Tenía 14 años y jugaba en el Benidorm, vino un hombre a verme y me preguntó que donde quería ir a jugar, le dije que donde sea pero que quería ser futbolista. Ofrecían probarte en el Madrid, Barça o Atleti, y lo tuve claro. El Atleti estaba cuidando muy bien la cantera, estaba Kiko, Caminero… Y yo veía sus partidos y me llamaba mucho la atención. Cualquier chaval de mi barrio hubiese dicho Barça o Madrid, pero sentí que debía ir al Atleti. Éramos 500 niños allí en Orcasitas, el día de la prueba fui con un pantalón y camiseta banca, así que le dije a mi tío que teníamos que ir al Corte Inglés a comprarme una equipación de la Selección española, no fuera que al verme de blanco pensaran que era del Madrid… Mi madre lloraba cuando me vio marcharme.

¿Cómo era la vida en aquella residencia?

Hacíamos quinielas entre nosotros de a ver quién llegaba a Primera. El embudo se iba haciendo más pequeño y los que eran muy buenos tampoco llegaban, incluso los que iban con la Selección. Yo solía apostar por Mario, el canario, que jugó en el Barça y Valladolid… por Diego Rivas, Nano el del Betis… Yo no me veía en ninguna quiniela, creo que en alguna me metían mis compañeros, pero les veía y decía "son todos mejores que yo". Luego vas viendo y empecé a preguntarme: "¿Por qué yo no?". En esa época no teníamos psicólogos, estudiábamos allí, luego tardábamos una hora en llegar al entrenamiento porque teníamos que coger tren, bus, metro… Por Orcasitas caminábamos rápido y mirando para todos lados.

¿Cómo te enteras de que vas a debutar en Primera con el Atlético?

Ya había ido algunas veces convocado con el primer equipo y ese día estábamos en el ascensor del hotel de concentración, con Marcos Alonso, que era el entrenador, y con el preparador físico. Yo en el medio. De repente le preguntó: "¿Tú crees que se va a cagar?". Miré al suelo. "Ná, yo creo que este va p'alante". Me eché la siesta tranquilamente y esa tarde debuté.

Antonio López y sus entrenadores.

Tú que te involucraste mucho en el vestuario, ¿ha cambiado mucho el futbolista?

Ha cambiado bastante, sí. Aunque va con la persona, depende de si es un chico humilde, trabajador, que escucha, o el que se cree que es Maradona desde pequeño y se cree que sabe más que el entrenador, que la culpa es del otro… Mi trabajo ahora es ir guiándolos, cuando tienes que pegar un tirón de orejas, o dar una palmadita… Tengo la suerte de contar con el bagaje de haber sido jugador y haber tratado con tantos entrenadores y compañeros.

¿Se puede decir que hoy el futbolista es más endeble que antes?

Bueno… Yo creo que antes no había tanto psicólogo, existían problemas mentales pero uno se encerraba en sí mismo y no existía esa ayuda. Hay que evolucionar en todo, igual que antes hacíamos entrenamientos diferentes… Antes yo me tiré años jugando en la calle, ahora es impensable decirle a un crío que baje con 7 años a jugar…

¿De qué habláis en un vestuario, si se puede saber...? ¿Compartís preocupaciones personales o emocionales?

De fútbol… Los hombres somos muy simples, jeje. Hablamos de lo que nos pasa entre nosotros, pero no en grupo. Tengo mil historietas, como la del portero que viene a jugar y luego no le ponen y se viene abajo, te vas a comer con él y le escuchas… O al joven que sube y hay que ayudarlo.

¿Cómo surgió lo de convertirte en capitán del Atlético?

En un principio me hace capitán Abel Resino, que también lo había sido en el club. Por contrato debía asignarlo el míster, pero yo cogí al grupo delante de él y les dije que eso debía elegirse entre todos. Al final todos quisieron que fuera yo.

Un capitán no sólo es ir a negociar unas primas, sino que sepan que estás peleando por tus compañeros. Es importante para ellos que alguien comprometido hable por ellos. Yo no me sentaba con Miguel Ángel a ver cuánto nos daba, hacía un trabajo de investigación de cuánto cobraba el club, cuánto le pagaban las marcas, lo que sacaban en abonos, taquillas... Miguel Ángel me daba 30 vueltas, pero yo iba con los deberes hechos. En el campo había que transmitir también, con los chavales que subían… Y para mí era muy importante que los de azul (resto de trabajadores del club) estuvieran dentro de nuestros logros y primas, que hasta entonces no se hacía. Si yo juego un partido es porque antes un 'fisio' o utillero me había ayudado.

Tú viviste cuando miembros del Frente Atlético se acercaron a la ciudad deportiva a increparos. ¿Cómo eran aquellos momentos?

Han sido bastante de hablar, menos cuando entraron al campo de entrenamiento, pero yo era muy joven en ese momento y no lo viví con miedo. Fue desagradable que vengan a increparte y a decirte algo que no hace falta, porque si hay alguien que quiere ganar y se esfuerza, es el jugador. Entiendo a la afición cuando piensa que no han dado todo lo que podían, pero cuando eres futbolista no piensas eso, sino que no has estado bien. La familia también lo sufre contigo.

El Atleti tiene la mejor afición del mundo, he tenido la gran suerte de estar en el Calderón incluso en Segunda y domingo tras domingo era una fiesta, todo sano, en los momentos malos también. Cuando no han ido bien, algún sector ha sido más exigente, y cuando han pasado la barrera, había que decir que no. Notábamos cuándo el Frente estaba contigo y cuándo no. Recuerdo alguna conversación en grupo con ellos, hablaba sobre todo el capitán. Les decíamos que les necesitábamos porque eran los que empezaban a mover al resto. Yo nunca viví una situación incómoda en ese sentido.

También fuiste testigo de un punto de inflexión en la historia rojiblanca. ¿Cuándo fue exactamente?

Cuando ya nos metemos en Champions. Yo siempre decía que no podía retirarme del Atleti sin ganar un título, llevaba quince años ahí… Subía peldaños pero el problema es que todo tiene un proceso. Ganamos la Europa League, la Supercopa… En la primera Europa League yo noto eso de "Ya estamos ahí. Ya tenemos un nivel para pelear, hemos llegado". A partir de ahí vas viendo que el club va creciendo, a nivel deportivo e institucional.

Antonio López, con Luis Aragonés en la Selección.
Antonio López, con Luis Aragonés en la Selección.

¿Qué entrenador consiguió sacar lo mejor de ti y de tus compañeros?

Depende de las etapas. Luis Aragonés me dio el impulso de meterme en la palestra, aunque Marcos Alonso fue el que me hizo debutar. De hecho, Luis me llevó luego a la Selección, me exigía mucho y me hacía estar en alerta constante, hasta para ponerme las chanclas, no vaya a ser que me echara la bronca. Aguirre también me dio mucha confianza. Quique Sánchez Flores ordenó super bien al equipo, ganamos la Europa League y no fue casualidad. El equipo no estaba bien y empezó a colocarnos desde atrás como si fuéramos niños, tú haz esto y esto…

Con Luis Aragonés tengo muchas graciosas, como cuando me estaba echando la siesta en casa y me llama: "¿Dónde estás? Que vas convocado". Yo daba por hecho que solo iba a entrenar con el primer equipo. Ahí estaban esperando al niño en la puerta del Calderón, fui con el coche desde mi casa de Majadahonda pensando que me iban a echar, al llegar me dijo que fuera con mi coche detrás del autobús hasta el hotel.

Años más tarde, cuando falleció mi hermana, apareció en el tanatorio en Benidorm. Me quedé parado, le pregunté que qué hacía allí y me respondió: "He venido a estar contigo".

¿Cómo eran los partidos contra el Real Madrid?

Nosotros lo hablábamos, porque dentro del campo teníamos ocasiones, no era normal que no marquemos… Ellos tenían menos y ganaban. La sensación era siempre de "les ganamos". Hacíamos más cosas para ganar. Sin embargo contra el Barça veías que eran muy superiores y en muchas ocasiones les ganábamos, eran partidos de muchas idas y vueltas y muchos goles, y en esa pelea, con el Kun, etc., nos llevábamos el partido.

Pero contra el Madrid... Hemos llegado más veces, no la hemos metido… Con Iker Casillas, el capullo (bromea), cuando coincidíamos los capitanes fuera del campo, me decía: "Si yo lo sé, que vais a jugar mejor, vais a merecerlo… Pero al final os vamos a ganar". Yo le quería matar porque luego solía ocurrir eso.

Antonio López, sobre sus duelos con el Madrid.

¿Sentó especialmente mal en el vestuario rojiblanco lo que sucedió con Courtois en el derbi?

No lo sé porque no he hablado con ellos. Al final cuando alguien ha estado en un vestuario como yo, que después me he ido a Osasuna o Mallorca, pienso que el respeto siempre hay que tenerlo, más cuando es un club que te ha abierto las puertas, que te ha cuidado y te ha hecho crecer muchísimo. Tienes que cuidar algunos detalles. Por supuesto que no justifica lo que pasó después en el campo.

¿El Atlético peca en ocasiones de conformista?

Yo no creo que el Atleti sea conformista. Ha hecho el club más competitivo posible con el dinero que tiene. Dudo que haya alguien más exigente que Simeone. El otro día lo hablaba con Fran Mérida, recordaba que el que más le ha apretado ha sido el Cholo, y si quien lleva el timón aprieta tanto, no podemos hablar de un equipo conformista.

¿Cuál fue el momento más duro de tu carrera?

Cuando estaba corriendo en una cinta, en un gimnasio, era verano, y me llamó el doctor Guillén. Yo estaba a punto de irme a jugar a Australia o a EEUU. Me preguntó: "Antonio, ¿es el contrato de tu vida? Porque tienes que dejar el fútbol". Paré la máquina, llamé a mi mujer y le dije "acabo de dejar el fútbol". Me cayó una lágrima y me puse a otra cosa. A los tres días empecé de agente. Ya no tenía cartílago en la rodilla, me habían metido muchos pinchazos y anestesias para jugar, eso no lo notas pero por dentro la rodilla se estaba dañando. A mis jugadores les digo que fuercen, pero sin pasar el límite, porque parece una tontería pero yo no puedo ni correr de aquí a la rotonda.