Descubriendo el siguiente paso de Arda Güler en el Real Madrid de Mbappé
El joven futbolista turco está haciendo todo lo posible para quedarse en el equipo blanco la próxima temporada.

Es difícil hacer más con menos minutos. Arda Güler ha tenido un primer año complejo, después de perderse los primeros 22 partidos del curso por una lesión en el menisco y otra muscular derivada de su primer percance. El turco llegó al Real Madrid con un cuerpo de niño, todavía muy tierno, y su lesión (el 29 de julio), le hizo perderse toda la pretemporada y gran parte del primer tramo del curso. En Liga no debuta hasta el 27 de enero y no tiene su primera titularidad hasta el 27 de abril en el Reale Arena. Y aun así, nadie duda que Güler ha tenido un primer año de notable alto.
En Liga, su impacto ha sido inmediato. Ha producido 1,29 goles por cada 90 minutos, la cifra más alta de todos, y el 40% de goles convertidos (entre todos los disparos) es también la cifra más alta. Pero esto es una anomalía, porque lo lógico es pensar que Güler, aunque esté demostrando tener gol y pegada, no va a ser un futbolista de 30 goles por año, y que sus primeros pasos en la élite estén relacionados con lo numérico puede llevar a algún equívoco. ¿Qué puede ser el turco en el medio plazo en este Real Madrid?
Un Güler entre piezas suplentes y su futura realidad
Hay que tener en cuenta dos factores en este análisis. El primero es que Güler ha tenido minutos en un contexto de poco estrés, con un Real Madrid virtualmente campeón y en partidos en los que, en su inmensa mayoría, los de Ancelotti no se jugaban nada. De hecho, las únicas veces que ha tenido más de media hora de juego ha sido ante la Arandina (59 minutos) y en Liga a partir del 27 de abril, con el Real Madrid virtualmente campeón. El segundo es que en muchos de estos encuentros, Güler ha jugado con la unidad B del equipo, por lo que su peso y rol variarían de haber jugado con el once titular.
Ancelotti lo ha venido usando como volante en un 4-4-2 en el perfil diestro, la zona que mejor le permite expresarse. Allí, Güler puede hacer gala de sus dos principales virtudes, las que cuando debutas y quieres gustar, más te permitirán comprar números para ser importante: su golpeo y su finura para hilar movimientos interiores, donde el Real Madrid condensa sus mejores jugadores. A diferencia de Fede Valverde, Arda es un extremo vestido de interior, alguien que cuando cae dentro permite al resto tener una referencia extra para pasar y buscar una pared. Y sus cifras están avalando que Ancelotti no le quiera alejar del área. Hasta que el tiempo no diga lo contrario, Güler tiene que jugar allí donde se cuecen las habas, porque en poco tiempo ha demostrado tener una relación muy especial con el gol.


15 disparos y 6 goles. De 1,28 xG producido, Güler ha logrado añadir casi cinco más de lo esperado, produciendo de forma élite. Solo 7 disparos a puerta. Eficiencia fuera de lo común. Al partir desde la derecha, cada pase diagonal recibido ya le ha permitido orientarse hacia puerta, estando así mucho más cerca del disparo que si lo hiciese desde el otro costado. En la doble punta, Güler no tiene el juego ni el instinto para elevar el nivel, y en un doble pivote el turco no podría mostrar aquello que le hace distinto, por lo que a su edad (19 años), es más importante ver dónde está cómodo que pensar en un más allá.
De momento, el italiano está dándole margen a Güler para quedarse muchos ratos como uno de los jugadores más adelantados, aprovechando que la doble punta blanca ocupa espacios intermedios, a ratos exteriores, y que el turco se arroja a la frontal con ternura, como si el sitio no le fuese correspondido y a la vez nadie lo entendiese mejor. Allí da tiempo a los ataques porque engaña con el cuerpo (2,36 regates por 90 minutos) y sabe conectar con el compañero, bien sea a través de una pared o de un movimiento más pausado. Todavía no hemos visto su arsenal pasador, que es quizás su estampa más importante, porque ha estado más pendiente de llegar a esas zonas y finalizar que de gestionar los ataques.

Para la próxima temporada, Ancelotti va dando espacio al 4-4-2, sistema que ya ha probado este curso, pensando en un Mbappé-Vinicius como doble punta, un combo supersónico de potencia, velocidad y combinaciones en espacios cortos que va a tensar a los rivales hasta la extenuación. Allí emergerán espacios a los que prestar menos atención, sobre todo porque ambos delanteros tenderán a unirse en izquierda. Güler, en ese perfil diestro, deberá sumar muchos minutos si Ancelotti quiere sumar a quien los alimente desde el pase e hile desde un fútbol menos agresivo. Con la marcha de Kroos, parece claro que Fede Valverde pasará a jugar en la base, con Tchouaméni o Camavinga al lado, y Bellingham será el interior en el otro perfil. Brahim, Rodrygo, Güler y Endrick tendrán muchas opciones de ir jugando en el otro costado, pero es la del turco la que tiene más potencial en el largo plazo en esa zona.



Se atisba en este tipo de acciones el valor que Ancelotti persigue en esa zona: pausa y verticalidad. Un jugador que desde su técnica, que es vastísima, permita al Real Madrid posesiones de más calidad, alejadas de los espacios que el equipo concentrará su mayor parte del juego y, claro, su agresividad: Bellingham, Vinicius y Mbappé van a coincidir en tiempo y espacio en zonas cercanas, en un torbellino a ratos imparable, por lo que los blancos van a necesitar de alguien que pare el tiempo en el otro perfil. De todas las opciones que tendrá el italiano, la de Güler es la más interesante, aunque también la de más dudas.
Sus primeros pasos en la élite vienen a confirmar la hipótesis previa: que el turco es un jugador especial, de rostro hierático, demasiado frío a ratos, con un talento que se sale por los bordes, de contactos finísimos y una mirada asesina que sus goles han confirmado. Ahora, con este amalgama de virtudes y cosas por pulir, Ancelotti deberá armar un plan para que sea un jugador de 1.500 minutos en uno de los Real Madrid más preparados para correr de todos cuanto se han conocido.