El ascenso de un histórico como el Europa pone en un aprieto a la RFEF y reabre el conflicto del césped
El conjunto barcelonés sube a la categoría de bronce 30 años después.

Terminaron su partido en el campo del Elche Ilicitano y, ubicados justo enfrente de los aficionados desplazados, los jugadores del CE Europa formaron una piña para ver juntos, a través de un teléfono móvil, los últimos instantes del encuentro de su eterno rival, el Sant Andreu, que jugaba contra el Valencia Mestalla a la misma hora en la penúltima jornada de liga, unificada. Y así fue, abrazados unos a los otros, como se enteraron de que eran equipo de Primera RFEF.
La victoria del club gracienc en Alicante unida a la derrota en casa de los andreuencs confirmaba el ascenso del Europa, campeón del grupo III de Segunda RFEF a una jornada del final del campeonato. En ese preciso instante, cuando finalizó el partido del Narcís Sala, los seguidores europeistas lanzaron petardos, encendieron bengalas y saltaron al césped para abrazarse con los jugadores en una estampa que resume de maravilla la familiaridad de un club que este domingo ha hecho historia.
En el 0-1 del estadio Diego Quiles, fue protagonista su capitán Álex Cano, leyenda de la entidad del barrio barcelonés, siendo el futbolista que más veces ha vestido el escapulario del Europa y, pese a ser central, su segundo máximo goleador. En Elche certificó el ascenso a Primera RFEF con un gol de estrategia marca de la casa. El que aúpa a un club fundador de LaLiga, histórico como pocos en España, a la categoría de bronce del fútbol nacional.
El Europa, dirigido por el exjugador del Girona Aday Benítez, regresará al fútbol de bronce 30 años después de su anterior participación, cuando jugó en la extinta Segunda División B en la temporada 1994-95. Un auténtico éxito para un club que hace apenas dos años estaba en Tercera RFEF, el quinto escalón competitivo, y que tiene uno de los presupuestos más bajos de Segunda RFEF.
El problema del césped artificial
Su ascenso, por cierto, pone en un aprieto a la RFEF y reabre el conflicto sobre la utilización de césped sintético en Primera RFEF, un debate existente desde la creación de la categoría y que hace unos días el Terrassa volvió a poner sobre la mesa con una carta abierta a la federación en la que pedía que se reconsiderase poder competir en hierba artificial. La totalidad de los clubes de la categoría de bronce se niegan a cambiar esa reglamentación, según desveló en una entrevista a L'Esportiu, Joan Soteras, quien advirtió que los equipos recién ascendidos tienen hasta enero para cambiar la superficie.
El Nou Sardenya es de césped artificial y no existe ninguna posibilidad de que pase a ser natural, puesto que hay un parking debajo y eso le impide. El caso es que el Europa no tiene previsto abandonar su estadio, indisociable del éxito de los escapulados y de todo lo que significa el club, muy arraigado al barrio de Gràcia. Y por ahora, no parece que exista una solución viable al problema de la hierba artificial del Nou Sardenya, donde esta tarde de domingo los jugadores han celebrado con los aficionados su histórica temporada.