SEVILLA FC - ATHLETIC CLUB

El día que el Athletic se conjuró en el vestuario del Sánchez Pizjuán con un grito de Fernando Llorente: "¡Se van a cagar en la vuelta!"

La inolvidable semifinal de Copa en 2009 entre rojiblancos y sevillistas dejó muchas anécdotas. Una de ellas, desconocida hasta ahora, sucedió en las entrañas del estadio andaluz.

Llorente grita el gol que anotó al Sevilla./Reuters
Llorente grita el gol que anotó al Sevilla. Reuters
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

La semifinal de Copa del Rey de 2009 es imposible de olvidar en Bilbao. Es, para muchos, el mejor día que se vivió en el viejo San Mamés. Al menos en este siglo. Para la generación que no había visto ganar títulos a los rojiblancos, aquel día fue un antes y un después. 24 años después, el Athletic Club volvía a una final. Una sequía que se rompió con un partido inolvidable, una remontada (3-0) con un apotéosico ambiente que sirvió de punto de inflexión. En los siguientes 15 años, los rojiblancos disputarían once finales. Se rompió un techo de cristal que comenzó, precisamente, en el momento de mayor tensión y cuando más complicado parecía.

El Athletic de Joaquín Caparrós visitó el Sánchez Pizjuán. Un Sevilla que vivía una época dorada, con futbolistas de la talla de Jesús Navas, Adriano, Renato, Diego Capel o Kanouté. El favoritismo era claramente andaluz. Se impusieron los sevillistas 2-1, pese a que Fernando Llorente había adelantado a los bilbaínos antes del descanso, pero acabaron remontando los locales en una noche lluviosa en la que apenas se pudo jugar a fútbol y todo quedó abierto para la vuelta. Iraizoz detuvo un penalti a Kanouté con empate, pero Lautaro Acosta acabó marcando el tanto del triunfo en el descuento. Un golpe duro para los vascos. O eso parecía.

Siempre se ha dicho que aquella remontada inició antes del encuentro de vuelta, con una ciudad volcada. "No pudimos dormir ni la siesta por el jaleo que había", recordaba Andrés Palop para Relevo recordando lo vivido en Bilbao. "Antes de aterrizar ya sabíamos que iba a ser un partido difícil. Por el ambiente, el clima, la gente volcada... Uno de los ambientes más caldeados que he vivido", decía Capel también para este medio. "Bengalas por todos lados, la plaza Moyua llena, un autobús descapotado que creo que iba dando vueltas por el hotel… Era una auténtica locura. Nos tuvieron que escoltar todo el camino. Desde la plaza Moyua hasta San Mamés no se veía ni la carretera. Era todo gente animando. La verdad que fue increíble", describía Gaizka Toquero sobre las horas previas al choque de vuelta.

La apoteósica remontada en San Mamés. Reuters
La apoteósica remontada en San Mamés. Reuters

Las declaraciones del presidente José María del Nido, en las que dijo estar convencido de que superarían a los bilbaínos y que se comerían al león "desde la melena hasta el rabo", fueron una chispa que incendió el ambiente. Pero Iraizoz, protagonista en aquellos dos encuentros, desvela en Relevo que el germen fue anterior. "No empezó en la previa, empezó desde que acabó el partido en Sevilla. Un partido que nos costó muchísimo, que paro un penalti y aunque caemos 2-1, lo aguantamos. Del Nido después tocó la tecla que tenía que tocar, pero había empezado antes".

Se refiere a un momento en el vestuario que tiene muy nítido y que cambió la mentalidad de aquel vestuario, más allá del apoyo incuestionable de una ciudad volcada. "Recuerdo una anécdota con Fernando Llorente al acabar el partido, cuando entramos al vestuario. Fernando no era muy hablador, no era de expresar, pero recuerdo llegar allí y decir: 'Se van a cagar en la vuelta'". Un grito que sorprendió a todos en vestuario, pero que les hizo entender que pese al gol de Acosta en el descuento, el resultado no era malo y que San Mamés iba a jugar un papel decisivo.

Iraizoz recuerda lo que se vivió en el vestuario del Pizjuán.RELEVO

"Yo me di cuenta ahí: 'Ostras, es verdad, es verdad'. Ese sentir de, ahora vais a ver cuando vengáis que vamos a ser capaces de darle la vuelta. En esa frase de Fernando, en el vestuario, empezó ese partido de vuelta en San Mamés. Por eso a los diez minutos íbamos como íbamos. Esos pequeños acontecimientos hicieron que nosotros sacáramos todo lo que teníamos dentro", puntualiza el portero, que considera que aquella noche es una de las mejores de su carrera.

Buenos últimos recuerdos

Pese a que el Sánchez Pizjuán fue un estadio maldito para el Athletic durante muchos años, donde también vivieron una noche dura en la Europa League 2016, en las últimas temporadas han conseguido dar la vuelta a la situación. Solo han perdido en dos de sus últimas siete visitas al campo sevillista, con dos victorias ligueras en 2021 y 2024. Los goles de Mikel Vesga y Aitor Paredes dieron el curso pasado el triunfo a los de Ernesto Valverde, que vuelven a una ciudad marcada para siempre en el imaginario de todo athleticzale. Aún con el recuerdo fresco de la remontada ante la Roma, quieren seguir soñando en grande en un curso que está siendo inolvidable.