El Atlético tiene un fortín en casa... que se desmorona en sus salidas
Los del 'Cholo' Simeone muestran dos caras completamente distintas jugando como local y visitante, lo que les impide "competir por LaLiga".

El pasado miércoles el Atlético de Madrid cerró en casa ante la SS Lazio una fase de grupos de Champions League para enmarcar. Invicto, primero de grupo y con solamente cuatro puntos caídos de sus bolsillos. Una victoria más que completa una racha de 20 partidos seguidos ganando en el Metropolitano. Esta temporada hablamos de un 'once de once', 33 puntos cosechados entre Liga y Champions en la comodidad de su estadio. Si sumamos este pleno al buen hacer del final de la campaña pasada, las matemáticas dan una veintena de partidos sin dejar que ningún equipo rasque un solo punto.
Nadie quiere visitar el Metropolitano, eso es así. Ni siquiera un Real Madrid que en el Civitas halló su primera (y única hasta el momento) derrota de la temporada. Ahora bien, la historia cambia cuando al que le toca moverse del sofá de casa es al Atlético. El equipo del 'Cholo' Simeone es una moneda con dos caras opuestas. La local reluce, pero la visitante desprende desconfianza y augura un paso atrás en su camino por luchar títulos.
Lo dice incluso uno de sus estandartes, su segundo capitán. Jan Oblak, que a final de temporada cumplirá 10 años como colchonero, fue muy claro tras el último traspié de su equipo: "No podemos jugar con una cara en casa y otra fuera, así no se pueden ganar títulos. El Athletic estuvo mucho mejor y debemos ser conscientes de que fuera no jugamos bien". El esloveno habló contundentemente tras el partido, y es que la de San Mamés es la tercera visita seguida en LaLiga EA Sports que se salda con derrota para los suyos. Sendos tropiezos en Las Palmas y Barcelona hicieron que se les atragantara también el viaje a Bilbao.
Tras la primera derrota en Valencia parecían haber enderezado el rumbo, con dos victorias ante Osasuna en El Sadar (0-2) y Celta de Vigo en Balaídos (0-3). Pero con sus tres últimas salidas han cargado de razones a Oblak para dar un toque de atención a sus compañeros. "Tenemos que ser regulares, hemos perdido bastantes partidos fuera y no podemos hacer esto. En casa es más fácil, pero debemos mejorar, de esta manera no podemos competir por LaLiga", sentenció el portero.

'Felices' sin Champions
El calor de su afición ha llevado en volandas al Atlético durante todo 2023. Una derrota en el primer encuentro del año natural (0-1 contra el FC Barcelona, el 8 de enero) y un empate apenas un mes más tarde (1-1 ante el Getafe, el 4 de febrero), dejan una pequeña mancha en el currículum rojiblanco, pero en las 20 citas restantes nadie se ha ido con puntos bajo el brazo.
El buen remate de la temporada pasada se explica observando el calendario atlético a partir de enero. Eliminados de Europa (ni siquiera pudieron "conformarse" con la Europa League, al ser cuartos de grupo) y de Copa del Rey a manos del Real Madrid, tuvieron la oportunidad de centrarse en LaLiga. Y eso dejó un escenario ideal para que Simeone diseñara un Atlético acorazado en su casa. Terminaron ganando 13 de los 19 partidos que jugaron como anfitriones durante el curso 2022/23. A domicilio, sucumbieron el mismo número de veces (cuatro) que en lo que va de edición. La dinámica se mantuvo más o menos en consonancia en los partidos como locales y visitantes.
Ahora, los partidos de martes y miércoles vuelven a poner en un aprieto al Atleti. Aún así, el guardameta no quiere que seguir vivos en Europa sea una coartada para que los suyos no sigan su curso en la competición nacional: "Los jugadores están un poco cansados, el otro partido fue el miércoles y hoy (sábado) jugamos por la tarde, pero no es excusa. Tenemos que estar mejor, fuera no somos contundentes".
La reacción a la mala dinámica pasa por dos escenarios. El primero, la actuación como anfitriones de mañana frente a un Getafe crecido tras su victoria en el Sánchez Pizjuán, en el que hirió de muerte al Sevilla y colmó el vaso de Diego Alonso. Y el segundo, el viaje dentro de cinco días a Nervión para disputar la jornada que tenían aplazada y aprovecharse del delicado momento sevillista.