Cómo trabajar con Vinicius para un cambio "que no es cosa de un día": la rutina de los cordones, el truco de los auriculares y la visualización
Relevo charla con varios psicólogos después de los últimos comportamientos del brasileño.

Después del triunfo ante el Barça en la final de Supercopa de España, Vinicius se sinceró ante los medios. "No soy un santo. Hablo demasiado y hago regates que no se deben hacer. Pero estoy aquí para mejorar y para dar ejemplo a los niños. El míster y mis compañeros me están enseñando lo que tengo que hacer", confesaba el futbolista del Real Madrid ante la atenta mirada de los periodistas allí presentes.
Hasta esa noche en Riad, el brasileño nunca antes había hablado claro sobre su comportamiento en un terreno de juego. Aquel discurso después de un partido donde intercambió palabras con Xavi y desafió, con algún que otro gesto, al banquillo azulgrana, para algunos era el inicio de un "nuevo" Vini.
Pero sus palabras se quedaron en aquella sala de prensa. Frente al Atlético de Madrid el '7' volvió a sacar su otro lado: intercambio de declaraciones con la grada, "soy muy bueno", alta tensión con Simeone...
Vinicius quiere dar ejemplo.
— Relevo (@relevo) January 14, 2024
💬 "Estoy muy triste porque todos quieren pelear conmigo. Intento al máximo estar muy tranquilo y centrado en los partidos. A veces no soy solo yo, claro que yo no soy un santo". pic.twitter.com/z7vfvPRc9Z
"No me sorprende nada (su actitud). Una cosa es ser consciente y otra cambiar un comportamiento que tienes automatizado", explica a Relevo Rafa Mateos. Psicólogo deportivo en TYM Psicología, para Mateos, en cuatro días, resulta complicado cambiar una serie de comportamientos que uno tiene muy automatizados. "No es una cosa ni de un día, ni de una semana, ni de un mes. Lleva mucho más tiempo", confiesa. "Te pongo un ejemplo. Medvédev es un tenista que tiende a desconcentrarse. Hace unos días dijo que este 2024 se había propuesto cambiar y que iba a ser un nuevo jugador. ¿Qué ha ocurrido? Que el otro día lo primero que hizo fue tirar un raquetazo ante su banquillo y reventar 10 botellas. Vinicius el otro día reconoció que es un problema (su comportamiento) y que está trabajando para cambiarlo. Ese es el primer paso".
"Tenemos que quitarnos la idea esa 'Mr.Wonderful' de que si crees en ello puedes conseguirlo. Las situaciones son complejas y Vinicius está en el buen camino. Una persona que públicamente dice 'oye, quiero cambiar' es una persona que ya está un paso más cerca de poder controlar esos comportamientos. Pero todo tiene su proceso", apunta también la psicóloga deportiva en TYM Psicología, María Blanco.
El truco de atarse los cordones para no protestar al colegiado
Héroe para muchos y villano para otros, la actitud de Vinicius le ha vuelto a colocar de nuevo en el disparadero. Protegido por compañeros y arropado por Ancelotti, los expertos apuntan a un control de sus emociones para que el brasileño no desvíe el foco de lo verdaderamente importante.
"Una de las cosas que habría que trabajar con él sería enseñarle técnicas específicas de concentración y ejercicios atencionales para que tuviera más facilidad para poder poner el foco en lo que dependa de él y alejarse así del ruido ambiental que se produce en los estadios. Esto le haría tener un mayor control emocional sobre esas emociones que surgen cuando hay tanto ruido a su alrededor", explica María Aguirre, psicóloga experta en alto rendimiento.
La noche de Vinicius en el Metropolitano. #LaCopaMola #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/8kPnqR2abC
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 19, 2024
"Lo primero que tenemos que entender es que cada jugador y cada persona tiene un nivel de activación óptimo diferente. No a todos los jugadores les saca del partido enfadarse con la grada, con los rivales o con los árbitros. De hecho, hay futbolistas que incluso cuanto más se enfadan con el árbitro o cuanto más pique tienen con el rival, mejor juegan y mejor rinden y esa es la realidad", apunta María Blanco.
"Hay que evaluar cada caso aunque es cierto que, en un gran número de ocasiones, cuando nos focalizamos en situaciones externas al juego nuestro rendimiento muy probablemente se vea disminuido. Pero no a todos los jugadores les pasa. Si detectamos que a un jugador le está pasando eso, que su nivel óptimo de activación se ve o muy arriba o muy abajo cuando empieza con esas disputas, tenemos que empezar a trabajar en cómo orientar esos comportamientos", añade.
¿Y cómo podemos hacerlo? A través de unos objetivos que estén bajo el control del propio futbolista. "Una situación que como jugador suele enfadarme es que me den cinco patadas y no que no me las piten. Cuando yo note que esa situación se produce, voy a realizar una conducta alternativa y voy a tener una rutina y un anclaje con pensamientos que me van a ayudar a mantener mi concentración en lo que dependa de mi cuerpo. Por ejemplo, realizo una rutina de atarme los cordones y pensar en los objetivos que me había planteado para este partido. Una persona no puede tener dos pensamientos ni dos acciones a la vez así que, mientras me ato los cordones, no puedo estar protestando al árbitro", señala Blanco.
No hay que cambiarle su forma de ser
Para no prestar atención a los insultos de la grada ni a los comentarios de los rivales, Ricardo de la Vega expone un ejercicio concreto que trabajaría con el brasileño. "Cuando uno trabaja exclusivamente con un jugador, lo que hace es intentar generarle un contexto donde se le habitúe a situaciones de escucha de lo que a él le pueda molestar más. Imagínate que te molestan que te digan que eres rubio. En el contexto competitivo, la gente te va a decir que eres rubio para sacarte del partido y que rindas menos. Si esto fuera así, para trabajarlo con el jugador, le pondría unos auriculares para que esté escuchando ese 'qué pasa rubio' y otras cosas más que le puedan afectar. A esto le llamamos Desensibilización Sistemática. Es decir, cuando nos exponen a un estímulo muchas veces, ese estímulo deja de tener fuerza", apunta el profesor Titular de la Universidad Autónoma de Madrid.

"Una técnica que usamos mucho con nuestros deportistas es la visualización. Aquí lo expondríamos a situaciones de dificultad para poder elaborar un plan de acción que le permitiera enfrentarse con más recursos. Ayudarle a reconducir su atención a aquellos aspectos que dependan de él y sobre los que puede trabajar, será clave en su progreso", apunta la psicóloga deportiva, Lorena Cos.
Guiando a campeonas del mundo como Olga Carmona y Athenea del Castillo, María Aguirre hace también referencia a un aspecto muy importante a la hora de trabajar con el jugador: no cambiarle su manera de ser. "La intensidad que Vinicius tiene como jugador es una característica positiva. No tenemos que pedirle que cambie su manera de ser o su forma de comportarse, sino que modifique ciertos aspectos que le vayan a beneficiar a la hora de plasmarlo en el campo. Tenemos que concienciar al jugador que esa intensidad que le caracteriza es súper beneficiosa. Darle herramientas para saber gestionarlas y que no solamente destaque por su rendimiento técnico-táctico, sino también mental", explica.
"Vini no va a ser un jugador que va a estar súper concentrado y que no va a hablar con nadie. Es imposible porque es parte de su personalidad y no va a cambiar. La clave es que encuentre el equilibrio entre seguir protestando algunas cosas si a él le ayuda a concentrarse, pero sin que le saquen tarjeta muy pronto. Ese equilibrio es la clave", cuenta Rafael Mateos.
El psicólogo de TYM tiene claro qué trabajaría con el futbolista si fuese psicólogo del Real Madrid. "Designaría a una serie de jugadores o líderes cercanos dentro del vestuario para que le ayuden en esos momentos. Frente al Atleti, Nacho estuvo muy pendiente de él y eso es muy importante". Y De la Vega añade una reflexión final. "Hay veces donde el jugador lo que debe hacer es seguir sacando 'ese lado oscuro' para canalizar toda esta energía que tiene hacia el foco, meter un gol más".