REAL VALLADOLID

La peor crisis que ha vivido el aficionado del Valladolid es esta con Ronaldo: "Es ver que un ser querido se te va y no puedes hacer nada"

Figuras importantes en la historia y el entorno del club, desde el goleador Peternac hasta el socio número 1 del club, pasando por el veterano exfutbolista Chus Landáburu y por el presidente de la Federación de Peñas, dan su visión de la crítica situación.

Pancarta contra Ronaldo en el José Zorrilla./El Norte de Castilla
Pancarta contra Ronaldo en el José Zorrilla. El Norte de Castilla
Alejandro de Paz

Alejandro de Paz

El Real Valladolid vive uno de los momentos más críticos de su historia reciente. La destitución de Diego Cocca, apenas dos meses después de su llegada, es solo el penúltimo capítulo de una crisis deportiva e institucional que ha ido escalando con el tiempo y que ha convertido al equipo en una sombra de lo que prometía ser bajo el mando de Ronaldo Nazário, ya persona non grata en la capital vallisoletana (el último es la dimisión "por razones personales" de Matthieu Fenaert como CEO blanquivioleta, aunque seguirá en el Consejo de Administración).

El brasileño llegó al club en 2018 con la promesa de profesionalizar su estructura y consolidarlo en Primera División. Sin embargo, en seis años ha visto cómo su proyecto se ha ido resquebrajando a través de una gestión que ha derivado en tres descensos en las últimas tres temporadas en Primera División, una dirección económica y política de fichajes desconcertante, perdiendo identidad, estabilidad y la confianza de una afición que ha batido el récord histórico de abonados.

Con pie y medio de vuelta en Segunda División, no parece que exista solución que no dependa de obra divina que pueda revertir la situación. El movimiento de destituir a Cocca vuelve a poner en evidencia a la dirección deportiva y refleja la falta de un plan claro y sostenible. La sensación en Valladolid es que Ronaldo ya no está comprometido con el club y que su presencia es más un obstáculo que una solución. Para entender mejor este declive, hemos hablado con figuras importantes en la historia y el entorno del Real Valladolid. Desde Alen Peternac hasta Juan Antonio Añíbarro, socio número 1 del club, pasando por el veterano exfutbolista Chus Landáburu y por Mario Puertas, presidente de la Federación de Peñas del Real Valladolid.

La esperanza de Peternac ante el pesimismo de los más veteranos

Al hablar con los cuatro, de diferentes perfiles, hay aspectos en los que coinciden y otros en los que difieren. El primer punto en el que concuerdan varios de ellos es que nunca habían visto nada igual. Entre los aficionados, predominan "sensaciones de enfado y frustración. Es como estar viendo que un ser querido se te va y no puedes hacer nada", compara Mario. "Da igual a quién preguntes, nadie ha vivido esto. Yo he vivido muchos descensos, pero ninguno así. Siempre habíamos luchado hasta el final", insiste el representante de la afición pucelana. Juan Antonio, tras 84 años como socio del club, le da la razón: "Esta es la peor crisis que he visto. Nunca he visto al equipo tan mal", asegura, aunque incide en que es algo que "no se puede decir porque se les quita la poca moral" a los jugadores y que es mejor animarlos.

Quien sí que cree haber vivido antes esta situación es Alen Peternac. "En el 95 estuvimos en la misma situación que ellos, con Rafa Benítez", recuerda. Aquel año, el técnico fue destituido tras dejar al equipo colista, pero que logró acabar salvándose tras una segunda vuelta excepcional con Cantatore, a quien compara con Álvaro Rubio al ser un hombre ya conocido en el club. "Nadie apostaba un duro por nosotros y fíjate", remarca el croata. "Ocho puntos se pueden remontar, quedan 14 jornadas, más de 40 puntos, con energía y fe se puede salvar", confía, admitiendo que es una persona "positiva y optimista".

«Hasta el último aliento, el escudo se respeta siempre»

Pese a asumir que el Real Valladolid está más cerca de Segunda que de Primera, ninguno de los cuatro ha querido dar por perdida la pelea. "Mientras haya vida, hay esperanza", sentencia Chus Landáburu, que ve al equipo "desmoralizado" y centra la responsabilidad de la situación en los dos últimos mercados, "que debilitaron al equipo en vez de fortalecerlo". Por su parte, el abonado más veterano echa la pelota al tejado de los jugadores, que son quienes pueden llevar a cabo el milagro, pero pide "seguir apoyando al equipo hasta que las matemáticas digan que no de una manera rotunda".

"Por supuesto que no estamos descendidos. Mientras las matemáticas no digan lo contrario, hay que morir por este equipo y morir por conseguir la salvación. Morir nosotros, los jugadores y los directivos. Hasta el último aliento, el escudo se respeta siempre", exige Mario, que teme que se pierda la gran masa social de una afición "que siempre será de Primera" por culpa de la mala gestión del club.

Diego Cocca, absuelto de culpa

Volviendo a la decisión de destituir a Diego Cocca, Peternac achaca el fracaso del argentino al poco margen de trabajo que ha tenido. "No soy partidario de cambiar de entrenador, porque hay que darle tiempo para traer su estilo de juego, pero sé que no hay tiempo", explica, poniendo también el foco en que "la afición no conecta con el equipo". El presidente de la federación de peñas coincide: "No me parece mal entrenador, en otra situación hubiera sido diferente, pero creo que él mismo podría haberse ido el domingo. Los jugadores no creían en él, y en ese momento ya no tiene nada que hacer", opina.

Buscando salidas, el propio Mario Puertas valora que "el único que puede dar respuesta a cuál es la solución es el presidente. Ahora mismo pasa por tener un poco de estabilidad. Que se quede y empiece a trabajar y a hacer las cosas en condiciones, o que venda y diga ya que está vendido, a quién y que los compradores se pongan ya a trabajar", pide al brasileño. Adicionalmente, Chus Landáburu incide en la cantera y la inversión de empresas locales como aspectos clave para poder reflotar el club.

Mientras el futuro deportivo e institucional de la entidad sigue siendo una incógnita, la afición ha demostrado permanecer fiel a su equipo en medio de un ambiente de tensión máxima. La crisis actual debe ser un punto de inflexión para el club, y aunque el desenlace parezca escrito, a los blanquivioletas les cuesta dar por perdida la temporada.