Autopsia de un agujero negro: ¿por qué el Real Madrid se ha derrumbado en defensa?
El conjunto blanco ha pasado de ser una roca en defensa a encajar diez goles en los últimos cuatro partidos.
Diez goles ha encajado el Real Madrid en los últimos cuatro partidos. Se marchó de Arabia con cuatro en la mochila, tres del Atlético y uno del Barcelona. De vuelta en España, no ha cerrado la hemorragia, recibiendo cuatro en el Metropolitano y dos contra el Almería. Para comparar, los diez goles previos los había encajado en los últimos 14 encuentros. Es decir, en 11 días ha recibido los mismos que en los 74 anteriores, echando por tierra uno de sus mejores años a nivel defensivo.
Los datos no engañan: el Madrid se ha desecho. En los últimos cuatro encuentros promedia una diferencia entre goles recibidos y goles esperados de 1,08, mientras que en los 26 anteriores era negativo (-0,28), es decir, recibía menos goles de los esperados. Ahora es al contrario, con poco le anotan. En lo que a tiros se refiere, ha recibido 12,75 por partido en los últimos cuatro (la media de la temporada hasta entonces es de 10,3) y 6,75 a puerta (3,07 de media).
Pero, ¿por qué se ha generado este agujero negro en el conjunto blanco? Muchos factores han influido a la ruina defensiva de las últimas semanas. Empezando por un Rüdiger y un Nacho muy lejos del nivel esperado. Especialmente el canterano, que ha cometido algunos errores de bulto. El alemán, por su parte, ha perdido parte de la contundencia que lo colocaba (y seguramente todavía lo coloque) como el mejor central de la temporada en Europa.
La rotación en la portería lastra a Kepa y Lunin
La rotación de porteros tampoco parece estar ayudando. Kepa y Lunin parecen jugar cada día con más presión, conscientes de que un error les puede relegar al banquillo. Han jugado dos partidos cada uno de los últimos cuatro y ambos han cometido fallos que han costado goles. Eso sí, el vasco sale peor parado con sólo un 33,3% de paradas por un 69% del ucraniano. La falta de regularidad empieza a hacer mella.
Ha recibido de muchas maneras posibles: con centros laterales, con jugadas individuales o a balón parado. El equipo ha perdido la fiabilidad. La confianza que había ganado con el reajuste de sistema que propuso Ancelotti tras la derrota en el Metropolitano en septiembre.
El italiano asume su parte de culpa. No siempre ha acertado con las alineaciones, como reconoció tras el Almería. "Me equivoqué en la alineación, tenía que haber hecho una alineación con gente más fresca", comentó. Esta semana de descanso le ayudará a recuperar a varios jugadores cansados por la racha de partidos, pero abrirá la mano con las rotaciones para no volver a cometer el mismo error.
Le viene ahora una racha de partidos importantes para encarrilar LaLiga y superar los octavos de Champions. El Leipzig, equipo de vocación ofensiva, pondrá a prueba la fiabilidad blanca, necesitada de mejoría. Otros buenos ataques como Las Palmas, Girona o, de nuevo el Atleti, también quieren aprovechar este mal momento. Ancelotti y su staff tiene una semana por delante para ajustar las piezas y recuperar la solidez.