FC BARCELONA

El Barça se frota las manos con un Lamine Yamal que ya calienta para El Clásico

La exhibición de Lamine en el amistoso ante Brasil ilusiona al barcelonismo de cara al tramo final de temporada.

Lamine Yamal se exhibió ante Brasil. /AFP
Lamine Yamal se exhibió ante Brasil. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Ni el Santiago Bernabéu, que unos minutos había pitado a Morata, pudo contenerse con Lamine Yamal. La joya blaugrana saltó al feudo blanco como si jugara un partido más. Su edad no engaña, tampoco su aspecto aún pueril pese a los diez centímetros que ha crecido durante los últimos doce meses. Al canterano culer todavía le sobran ganas para bajar a la pista de su barrio, Rocafonda, para echarse una pachanga de vez en cuando. También las juega con la Selección.

La actuación de Lamine fue el ensayo general del Clásico que disputará en Madrid dentro de unas semanas. El vestuario aún cree en la Liga y eso pasa por ganar en el Bernabéu. Anoche, el canterano tomó el balón, bailó a Wendell y se presentó como el futbolista más brasileño del partido. Su desborde, su voluntad por encarar en cada jugada le terminó arrebatando el protagonismo a Vinicius. La exhibición de Lamine ante todo un Brasil evidencia lo que todos los culers llevan diciendo desde su debut: su proyección es infinita.

A aquellos que le han visto crecer no les sorprende el impacto de Lamine. Lleva toda la vida jugando a lo mismo, deshaciéndose de rivales. Este miércoles se ha inaugurado una nueva edición del MIC, el torneo que se juega en Semana Santa en la Costa Brava catalana y por el que han pasado Messi, Neymar, Rashford, Joao Félix, Pedri o Salah. Hace dos años, Lamine 'campeonó' con el Cadete A. Luego saltó al Juvenil A y, sin la necesidad de degustar el Barça Atlètic, Xavi se lo llevó con él.

La fijación de Xavi con Lamine viene de lejos

El entrenador lo tenía fijado en el radar mucho antes de que debutara. Pero quería ir poco a poco con él, que la presión no agrietara una personalidad que parece inquebrantable. Y aunque la premisa de inicio de temporada era ir muy poco a poco con él, tumbó la puerta rápidamente. Xavi la regaló unos minutos en el último amistoso de la gira, contra el Milan, y en el Gamper contra el Tottenham el canterano ya jugó a disfrazarse de Messi.

Xavi sobre la comparación Lamine-Messi: «Mejor no compararles».

La ovación en el Santiago Bernabéu a uno le traslada a aquel señor del bigote y a Ronaldinho rompiendo a Míchel Salgado. El brasileño hizo aquella memorable actuación a sus 26 años, en el mejor momento de su carrera. El partido de Lamine en la casa blanca, aun marcando las obvias diferencias del contexto, lo hace con diez años menos que Ronaldinho. Aquel 0-3, por cierto, Lamine solo lo puede haber visto repetido: todavía no había nacido. Uno de sus ídolos es Neymar. Por eso mira vídeos de Ney regateando ante de saltar al campo, para inspirarse.

Lamine ha sido un regalo para el Barça, pero no ha sido algo fortuito. Ya van muchos años en los que en los campos de La Masia se habla de un chico que apuntaba de manera irremediable al primer equipo. Ha decidido irrumpir cuando más lo necesitaba el club. En un contexto de necesidad, donde a Xavi no le queda otra que mirar hacia abajo, se encuentra un gigante. La irrupción de Lamine también facilita que algunas salidas en la delantera no sean tan dolorosas. A sus 16 años, es titular con el Barça. Y mucho deben torcerse las cosas para que no lo sea también con la Selección de cara a la Eurocopa.

Llueven las ofertas por Lamine

Sobre Barcelona sobrevuelan águilas pendientes de la situación de Lamine. Se dice que al club ya le han llegado ofertas de 200 millones de euros. Una cantidad que supondría toneladas de oxígeno para la situación económica de los blaugrana. Aunque al culer no habría cifra que le compensaría deshacerse de su joya. Porque Lamine es ilusión. Y esa ilusión también se traduce en más ganas de subir a Montjuïc, o de esperar al nuevo Camp Nou, y de querer hacerse con una de sus camisetas. Ya es una de las que más se ve en los aledaños del Lluís Companys.

También las grandes marcas van detrás de Lamine. El delantero catalán ha llevado durante toda su vida botas Nike. Los competidores de la marca estadounidense llamaron a su puerta recientemente. Y casualidad o no, el responsable de Nike en Barcelona que dejó que se marchara a la competencia fue el mismo que en su día permitió que Messi siguiera el mismo camino. Lamine, hecho en casa, ya es uno de los activos más importantes del club.