¿Qué será del Barça de Laporta a partir del 1 de julio?: "Es como ir al Casino y jugártelo todo al rojo"
La entidad azulgrana se expone a un ejercicio con pérdidas si no vende jugadores y a no tener 'fair play' para reforzarse.

El nerviosismo o enfado de Joan Laporta después del empate ante el Granada (3-3), al lanzar las bandejas de los pastelitos del catering del palco, no solo refleja la tensión de otro mal partido del Barça y otros dos puntos que se escabullen de Montjuïc.
La entidad se encuentra en estos momentos en un laberinto que le conduce a la ruina económica y a no tener margen de maniobra este verano para configurar la plantilla, retener jugadores y poder darle herramientas al nuevo entrenador, ya que además el elegido estará condicionado por el dinero que haya en la caja. Ya no se pudo fichar en enero y en julio solo las soluciones de emergencia podrían permitirlo.
El Barça se encuentra ahora mismo atrapado entre dos áreas, la económica y la deportiva, que son vasos comunicantes y que tampoco ayudan al rendimiento de un equipo que se ha quedado sin entrenador y que también depende de los resultados para no generar otro problema extra al no obtener los ingresos esperados: de ello depende acabar entre los dos primeros del campeonato y al menos alcanzar los cuartos de final de la Champions.
🥢 Los rollitos de primavera que volaron en el palco del Barça.
— Relevo (@relevo) February 12, 2024
Joan Laporta acabó muy molesto tras el empate ante Granada y se lio al puro estilo Año Nuevo chino.@LuMartinBCN 🤝 @super_martinez https://t.co/ruLZgN6aPm
"Laporta tenía dos caminos cuando llegó: contarle la verdad al socio y aceptar que el Barça debía vivir un periodo de transición y de austeridad; o hacer patada a a seguir. Es como ir al Casino y jugártelo todo al rojo", sintetitza un ex directivo azulgrana.
Los 160 millones que deben ingresar por Barça Studios y la salida de BLM
Cuando Joan Laporta llegó a la entidad, en la temporada 2020-21, el Barcelona presentó unas pérdidas de 481 millones heredados del mandato de Josep Maria Bartomeu, condicionado por la pérdida de ingresos por la pandemia, por los elevados salarios que se pagaron a jugadores y por la amortización de fichajes que no elevaron el nivel de la plantilla, como Philippe Coutinho o Ousmane Dembélé.
La entidad azulgrana presidida por Laporta intentó recuperar la excelencia deportiva reduciendo masa salarial y también acometiendo fichajes, e iniciaron la maniobra de las famosas palancas para generar liquidez inmediata y compensar los ejercicios. El Barça vendió el 25% de los derechos televisivos y el 49% de Barça Studios, lo que supuso que en el ejercicio 21-22 se declararan unos primeros beneficios de 98 millones y de 304 millones en la 22-23. Pero hay letra pequeña.
La mayor parte de esos beneficios se expresaban en la venta del 49% de Barça Studios, valorado en 408 millones de euros, por lo que el Barça calculó un activo de 208 millones y unos ingresos de 200. De esa parte, solo han recibido 40 por parte de Socios.com y Orpheus Media (Jaume Roures). Y deben recibir otros 40 en julio, aunque esta cantidad está en el aire ya que, fuentes que conocen la operación, la tildaron a Relevo de "salvavidas" momentáneo.
La Audiencia Nacional condena al Barça con 23 millones de euros por el pago a los agentes de futbolistas.https://t.co/WcbT2GAtYp
— Relevo (@relevo) February 9, 2024
Los otros 120 millones los debía poner Libero Football Finance y Nipa Capital, fondos de inversión alemán y holandés. El segundo se cayó y el primer no pagó después de realizar la 'due diligence'. Si el Barça no obtiene al menos esos 120 millones (y luego los otros 40) sus cuentas del año anterior deberían ser modificadas y este curso se darían también pérdidas, ya que, esta vez ya sin palancas, la entidad tenía presupuestado un beneficio de 11 millones.
Al Barça le quedaría una palanca por activar, la que más miedo le da a los críticos y ex directivos porque supondría una amplia pérdida de patrimonio, que es BLM, la que gestiona todo el merchandising que se genera por venta de camisetas y productos. Eso le permitiría volver a salvar otro año mientras sigue esperando compradores para Barça Studios. Laporta investiga la vía árabe en busca de inversores que salven la entidad. Pero, hay otras fórmulas.
De la venta de Araujo y De Jong a las entradas atascadas
La mesa del Barça se sustenta en la pata económica, que tambalea, pero también en la deportiva, donde hay soluciones. Las ventas antes del 30 de junio de jugadores que puedan tener mercado, como Roland Araujo, con el Bayern de Munich detrás, Frankie de Jong o Raphinha podrían inyectarle esos millones que no se puedan conseguir por la vía comercial y patrimonial.
De esa manera, la entidad azulgrana podría abandonar ya la regla del 1 a 4 que solo le permite gastar una cuarta parte de lo ahorrado en la plantilla. Una salida a la contratación de un técnico que, perdiendo a jugadores referenciales, tenga una cierta maniobra para hacer una plantilla más a su gusto y empezar desde cero un proyecto que todavía dependerá de la venta de Barça Studios para potenciarse.
A las no renovaciones de Sergi Roberto o Marcos Alonso, la dirección deportiva debe resolver los casos de Joao Cancelo y Joao Félix. Aunque públicamente tanto Laporta como Deco han hablado de ficharlos, incluso su agente Jorge Mendes, a día de hoy es imposible que el Barcelona pueda acometer estas contrataciones sin salir de su laberinto.
Otro de los casos a resolver es de Robert Lewandowski. Según la revista Forbes, ingresó 24 millones en 2023 camino de sus 36 años, lo que le convierte en el segundo futbolista mejor pagado de la plantilla y en un peso importante en la masa salarial. Deberes para un Deco que ya habló, aunque luego el presidente le obligara a rectificar, de "cambio de paradigma" y de "romper con el pasado en lo futbolístico". Pese a ello, a partir del 1 de julio si no hay ventas potentes, el Barça se verá obligado a mirar a La Masia.