El Barça tiene mejor plantilla que el pasado curso... pero juega peor

Pocos debates tan interesantes en el fútbol como el de las plantillas y los rendimientos. Cada verano, los aficionados de un equipo se preguntan siempre lo mismo, como un ritual que da comienzo al año aunque sea agosto. ¿Tenemos mejor o peor plantilla que el pasado curso? Es una pregunta con muchas incógnitas y en la que entran en juego muchísimas variables, pero en realidad no debería tardar mucho en poder responderse, y lo que nunca se debería consentir es que se haga en junio. "Las notas, en junio". Pero las plantillas, en agosto. No es lo mismo hablar de lo que tienes que de lo que puede terminar siendo. Lo primero es tangible, lo segundo tiene tantas variables como personas hay en el mundo.
El Barça tiene mejor plantilla que la pasada temporada. De su once titular, Xavi solo perdió a Ousmane Dembélé y a Sergio Busquets, además de los suplentes Ansu Fati, Kessie, Jordi Alba o Eric Garcia, sumando a ese once tipo a perfiles como Gündogan, Cancelo, Joao Félix o el ascenso meteórico de Lamine Yamal. Todo ello habiendo fichado a Vitor Roque en enero y mantenido a todos los jugadores que le dieron al FC Barcelona el doblete nacional la pasada temporada. Se logró reforzar la posición del lateral derecho además de atar a uno de los mejores interiores de Europa. Todo, sin ninguna venta dolorosa.
El Caso Busquets es el claro ejemplo de la enorme distancia que existe entre un vestuario y el aficionado, entre el profesional y el que no lo es. Mientras se observaba en Busquets una decrepitud que le exponía en las grandes noches, siendo siempre la pieza a la que la gente acudía para justificar los espacios a su espalda, Xavi recalcaba el valor casi fundacional de Busquets como péndulo para equilibrar al resto. El Barça de los cuatro centrocampistas que se inventó para compensar las flaquezas de sus delanteros existía porque Busi compensaba al resto. Su baja, que era algo lógico, terminó por reventar al equipo en aquello que dominaba, haciendo más evidente lo que no funcionaba.
El trabajo del entrenador es responder ante lo que se encuentra, trabajando con el material que tiene. Si para construir el edificio te falta cemento, habrá que encontrar otro material para darle solidez a la estructura. Sin un mediocentro de nivel Champions, porque Romeu ha terminado quedándose corto, Xavi ha optado por darle los mandos a De Jong y Gündogan tras la grave lesión de Gavi. Cambiar a Busquets por Gündogan y asumir que ambos pueden hacer lo mismo y que el equipo puede funcionar igual teniendo a dos jugadores diametralmente opuestos es engañarse. El Barça es un equipo con mejores jugadores y más talento que está jugando peor.
¿Es mejor la plantilla del Girona que la del Barça? En agosto, el 99% de la gente contestaría que no. Lo que cambia es el rendimiento, que hace parecer mejor o peor al futbolista dependiendo de cómo se le dé. Y el rendimiento nace del contexto que se le ofrece al futbolista y de las relaciones entre los jugadores. Lo que realmente debería ser relevante en este debate no es si Sávio está jugando mejor que Raphinha, que lo está haciendo, sino cuál de los dos es mejor futbolista y por qué. En el caso de que la respuesta siga siendo la misma, cabe preguntarse por qué nadie lo consideraba así en verano.