El Barça está orgulloso de sus 'guerras' cuando observa al Real Madrid de Florentino: "Los socios no mandan allí"
Con Laporta cuestionado, surgen nuevos grupos en un club que presume de estar vivo. En el club blanco no hay oposición.

La semana pasada fue movida en el Spotify Camp Nou. Y no por las obras del estadio, que avanzan, aunque ya se reconozca con la boca más grande que lo de febrero será más bien marzo siempre y cuando se logre finalizar la instalación y se obtengan las licencias protocolarias. Y, muy probablemente, deberá esperar al curso que viene. Pero eso es otro asunto que también ocupa y preocupa a la junta directiva. El que copó esos días, de micrófonos y crítica, fue la asamblea de compromisarios en la que se aprobaron las cuentas con las salvedades del auditor, después de unos días cargados de declaraciones de todo tipo, donde se pidió la anulación de la propia asamblea, el paso al lado de Joan Laporta y hasta se presentaron una serie de soluciones para reconducir la economía azulgrana.
"Parece que se quieren estrellar", llegó a decir Marc Ciria, que no entiende como la entidad no refinancia su deuda y gana liquidez. Tampoco comprende todo lo que pasa Sí al Futur, liderada por Víctor Font, que organizó una conferencia de prensa en la que habló de "el pufo más grandes de la historia", mientras que Som un clam congregó a 1.500 personas en la Fira de Montjuïc y pidió que se escuche al socio. El riesgo de convertirse en una Sociedad Anónima -al menos una parte- por el colapso económico del crédito de Goldman Sachs sigue planeando, aunque en esta ocasión ya hace meses que Jaume Roures, amigo de Laporta y fundador de Mediapro, no ha abierto la boca. El Barça es un polovorín y lo celebra. Mira al Real Madrid de Florentino Pérez y se siente orgulloso por paradójico que parezca.
"En España hay cuatro clubes que son agrupaciones deportivas", se arrancó Xavi Asensi, director general del Inter Miami, fan del CE Sabadell y muy culé, recientemente en el Sports Cultura Barcelona. "Bueno, tres, porque en el Real Madrid no mandan los socios, es la excepción", prosiguió. Las risas coparon la sala.
El Bernabéu como único «ruido» de una presidencia sin oposición
Aunque ahora haya ruido alrededor del presidente del Real Madrid por la situación del Santiago Bernabéu y la guerra con los vecinos por los ruidos, no hay ningún tipo de oposición a la hora de presentarse a unas elecciones. Han trascendido nombres de posibles sustitutos, incluso Rafa Nadal, por lo que representa para el deporte y por su madridismo confeso, pero estas figuras son vistas más como una sucesión que como una oposición. Más especulaciones sobre escenarios futuros.
[Real Madrid - Barcelona: resultado del Clásico en directo]
En marzo de 2021, año de elecciones, apareció por sorpresa el nombre de Enrique Riquelme. Un joven empresario hispano-mexicano que ha generado una fortuna a través de empresas de energía, aseguraba cumplir los requisitos y estar preparando su candidatura. Sin embargo, la directiva actual se movió implacable adelantando el proceso de elección, impidiendo que completase los requisitos para presentarse y dejando a Florentino sin oposición. Personas cercanas al club aseguran que Enrique sólo actuó por conseguir cierta fama y mover sus negocios en el mercado nacional, pero sirvió para ver la capacidad de la junta para mantener el control.
El presidente del Real Madrid se someterá en breve a una asamblea que se presume plácida y en 2025 hay elecciones. A sus 77 años tiene que pensarse bien si se presenta, una vez acabado el Santiago Bernabéu y después de culminar uno de sus últimos grandes deseos, la llegada de Kylian Mbappé. Pero no hay debate en Madrid, ni nadie alza la voz: si Florentino se presenta, ganará. Y seguramente será el único candidato teniendo en cuenta las condiciones leoninas que puso en su día para poder aspirar al club: llevar 20 años de socio de forma seguida y aportar un aval bancario del 15% del presupuesto del club respaldado con el patrimonio personal.
Lejos han quedado épocas en las que a nivel institucional y cuando llegan elecciones, el Madrid y el Barcelona eran vasos comunicantes, donde el propio Florentino Pérez mostró de lo que es capaz al ganarle aquellas elecciones a Lorenzo Sanz: su influencia y el órdago de Luis Figo, que resultó ser tan real como el blanco que vistió, pudieron más que una Champions. O las elecciones de 2006 con varios candidatos haciendo la ruta por España con la victoria de Ramón Calderón, que ganó por estrecho margen a Juan Palacios, y luego a Villar Mir, Arturo Baldasano o Lorenzo Sanz.
La sociología distinta y las políticas de comunicación de los clubes
El Barcelona nunca se ha desprendido de esa masa crítica, quizás por el tipo de club que es y por lo que representa en Cataluña. "El madridismo sociológico es más de Estado, el del Barça tiene más que ver con el pueblo. La gente se sintió identificada con un equipo, en unas circunstancias sociopolíticas claras, es un poso de muchos años que se ha creado", explicó a Relevo el escritor Josep Maria Fonalleras.
Más allá de los aspectos sociológicos, afecta principalmente la manera de comunicar que tiene ambas entidades. En el Real Madrid el peso recae sobre un presidente discreto que ejerce un control sobre el mensaje que quiere ofrecer la entidad, mientras que el Barcelona, como se demostró el curso pasado con todo el sainete de Xavi Hernández y su continuidad, es un canal de Youtube donde todo se anuncia y se emite in live. Y eso aumenta la crítica y las tertulias. Y el espíritu crítico, a la par que inestable. Aunque cuando pite el árbitro este sábado (22:00) eso sea papel mojado.