Al Barça le urge oxígeno: conversa con Goldman Sachs para solucionar la deuda 'inmediata' de 583 millones por el Camp Nou
Según Bloomberg, la entidad ya había empezado los contactos para buscar una reducción del interés, que ahora ronda el 7%.

Aunque el Barça vuela sobre el césped con Hansi Flick como Mesías, en los despachos se siguen librando batallas para mejorar la economía. Hasta que la entidad azulgrana no regrese al Camp Nou, y logre que la maquinaria de ingresos arranque, sigue analizando cada detalle y buscando oxígeno en todas partes, por mucho que haya llegado a la norma 1:1 en enero después de una operación de venta de los asientos VIP que generó un cierto revuelo... y las pesquisas de LaLiga tras el pufo de Barça Studios, ya inexistente este proyecto, absorbido por Barça Productions. Y uno de los caballos de batalla de la entidad azulgrana es la financiación del Espai Barça.
Para poder pagar la obra magnánima y un estadio que llevará al club a otra dimensión en todos los aspectos, sumida la entidad en un agobio económico, se tuvieron que pedir 1.450 millones de euros en 2023. Una parte corresponde al crédito con Goldman Sachs (491 millones sin intereses), mientras que la otra en forma de bonos con hasta 20 inversores (994, aprobado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores). En ambos casos, y aunque la entidad anunció un interés que rondaba el 5,5%, la realidad es que este oscilaba el 7%, según publícó en su momento la Bolsa de Viena, una cantidad elevada teniendo en cuenta los contextos económicos actuales.
"En aquel momento el interés era del 7%, pero ahora mismo, después de las últimas medidas del Banco Central Europeo, se puede conseguir ese tipo de créditos con un interés que oscila entre el 3,5 y el 4%. Es amortizar el que ya se tiene y firmar otro. Lo han hecho las grandes empresas. ¿Por qué no el Barça? Cualquiera lo estaría esperando con los brazos abiertos", se quejaba el economista Marc Ciria el pasado junio. Y finalmente el movimiento se va a negociar.
Según publicó la web especializada en economía, Bloomberg, la entidad azulgrana ya ha iniciado los contactos con Goldman Sachs para renegociar la deuda de 583 millones que vence en 2028, una cantidad que es imposible de pagar ahora mismo con la economía del club y que le abocaría a una situación limítrofe. El objetivo es poder renegociar con la empresa estadounidense -que recientemente hizo lo propio con el Betis- para suavizar las condiciones. Una negociación que busca un doble objetivo: reducir el interés y al mismo tiempo ampliar los años. De esta forma, el Barcelona podría desprenderse de algunas piedras de su mochila a la espera de regresar al Camp Nou con todas las garantías para tener más ingresos, ya que, como reza la memoria, "la devolución de la financiación está garantizada, principalmente, por los flujos de caja que se estima que genera el Espai Barça una vez completado".
La demora del Camp Nou marcará el presupuesto de la 2025-26
El retraso en el Camp Nou juega en contra de la entidad azulgrana, ya que se hipotecan una serie de ingresos que debe servir, entre otras cosas, para pagar la deuda. Después de presentar pérdidas (91 millones) en el último ejercicio debido a las salvedades del auditor por Barça Studios, el FC Barcelona no puede todavía estirar más el brazo que la manga porque tiene que solventar primero este crédito con Goldman Sachs que ahora se revisará.
La financiación de la deuda, tanto del crédito como de los bonos, se dividió en tres fases. Firmada en 2023, la primera finaliza en 2028 por valor de 583 millones. Es la que le urge al club. La segunda, de 477, estaba comprendida entre siete y nueve años. Ambas son renegociables, por lo que ahora el Barça de Joan Laporta intentará conseguir mejores condiciones. La última, de 390 millones, es a mucho más largo plazo (entre 20 y 24 años). Al pagar estos créditos, el Barça está destinando entre 97 y 99 millones anuales, más del 10% del presupuesto, a pagar el estadio azulgrana.
La relación entre la entidad crediticia estadounidense y el Barça es estrecha y cercana. Goldman Sachs ya fue al rescate de Laporta cuando llegó a la presidencia, en 2021, y heredó un club en números rojos y con amplias pérdidas a consecuencia de la pérdida de ingresos generada por la pandemia y de la gestión de Josep Maria Bartomeu. El Barça pidió una serie de líneas de crédito que ha ido activando estos años. La primera, de 525 millones, sirvió para salvar el primer ejercicio antes de las palancas, presentando como aval los derechos de televisión, los que posteriormente revendió una parte y tuvo que renegociar. La deuda con Goldman Sachs se redujo en este crédito a 444 millones, pero el pasado 2024 se activó la quinta fase y el club obtuvo 85,6 millones a dovolver antes de 2034.
En su memoria, el club explica que "las Senior Secured Notes" (los créditos) están garantizadas con los derechos de crédito derivados de la comercialización de los derechos audiovisuales del club, devengan un tipo de interés fijo, y establecen el cumplimiento de un ratio mínimo de ingresos audiovisuales respecto a los gastos financieros". El montante a pagar es de 527 millones de euros a fecha junio de 2024. Goldman Sachs, la principal crediticia del club, deberá darle más oxígeno.