FC BARCELONA

Cuando el Barça no veía proyección a Busquets y llegó el Real Madrid, que ofrecía balones por los fichajes

Carles Mota, presidente de Jàbac Terrassa, recuerda cómo el conjunto blanco estuvo a punto de cambiar el destino del mediocentro.

Sergio Busquets en su primera temporada en el primer equipo del Barça./GETTY
Sergio Busquets en su primera temporada en el primer equipo del Barça. GETTY
Jordi Cardero

Jordi Cardero

"Nunca he cobrado un sueldo del fútbol, nunca he querido", explica Carles Mota, presidente del Jàbac Terrassa. Recibe a Relevo en las humildes instalaciones del club. Su despacho está bañado de trofeos y preside la habitación una mesa de madera oscura. En la casa del Jàbac ha cambiado todo: el césped artificial ha sustituido la tierra y por allí han pasado Busquets, Messi -que llegó a jugar ahí- Riqui Puig o las actuales manos derecha de Xavi y Guardiola.

El Jàbac Terrassa es uno de los equipos históricos de Catalunya. Es un club formador, no tiene primer equipo. "Nos dedicamos a abastecer a los clubes grandes, es nuestra función. Los clubes verdaderamente grandes somos nosotros", explica Mota, que menciona entre estos a la Damm o el Cornellà. Carles llegó como vicepresidente en 1997 y se hizo con la presidencia en 2002. No piensa en dejarlo.

Carles ha guardado durante mucho tiempo una intrahistoria que pudo cambiar el rumbo del Futbol Club Barcelona. Y la del Real Madrid. Ocurrió en 2005 y salió a la luz diez años después. Los blancos quisieron fichar a Busquets cuando éste jugaba en el Jàbac. Sergio, entonces, era el hijo de Carles, quien fuera portero del Barcelona. Mota intervino desde la sombra.

Manolo Romero fue durante muchos años el informador del Real Madrid en Catalunya. "Tú ibas a cualquier campo y te lo encontrabas. Era uno hombre de los de antes, de los que ya no quedan", relata Mota. Romero compaginaba su trabajo en Hacienda por las mañanas con recorrerse decenas de campo por las tardes y durante los fines de semana. Su jefe era Paco de Gracia, jefe de captación del Madrid. Mota guardaba buena relación con ambos.

El Madrid ofrecía 30 balones para fichar

Antes de preguntar por Busquets, el Madrid ya se había llevado a un par de jugadores del Jàbac. El primero de ellos fue Adrià Parera. De Gracia llamó a Mota comentándole el interés del club. Le avisaron de que él y Romero le irían a ver al próximo partido del Jàbac. Los de Terrassa jugaron en La Báscula, al pie de Montjuïc.

Al descanso, Mota se fue al bar del campo porque el Jàbac perdía por una diferencia imposible de remontar. Al acabar el partido, sin embargo, el Madrid ratificó su intención de fichar a Parera. "Enviadme el contrato", les respondió Carles. Al recibirlo, el presidente del Jàbac levantó el teléfono y le espetó a De Gracia: "Me da hasta pereza responderte a esta oferta. ¿Me ofreces 30 balones? Son los que pierdo cada fin de semana. Y soy yo el que los compra. Tú pon ceros y punto". Parera terminó en Madrid.

"¿Me ofreces 30 balones? Tú pon ceros y punto"

Carles Mota Presidente del Jàbac Terrassa

El Jàbac es colaborador del Barça desde 1997. Esto significa que cualquier oferta que reciba el club de equipos profesionales -tanto nacionales como internacionales- debe comunicárselo a los culés. Uno de los hijos futbolísticos de Mota es Sergio Lobera. Éste entrena ahora en China y ha pasado por la India, donde salió campeón con el Mumbai City, equipo del City Football Group.

Lobera comenzó su etapa como entrenador en el alevín del Jàbac. Años después y durante un par de temporadas compaginó la dirección deportiva del club con ser el segundo del alevín del Barça. Al conjunto blaugrana lo dirigía Rodolfo Borrell, ayudante de Pep Guardiola en el Manchester City. Cuando Borrell jugaba contra el Jàbac, se presentaba unos días antes en su cancha. "Rodo decía a nuestro encargado del campo "Zafra, me pasarás la biga esta semana para que esté llanito, ¿no?"", recuerda Mota. "Ya veremos qué dice el presi", replicaba Zafra.

Una oferta a última hora para arrebatarle al Madrid a Busquets

"El Barça juvenil ficha jugadores no para el equipo, sino para el futuro. Los que ven que tienen proyección para el primer equipo. Los que estaban por encima de Lobera no le veían proyección a Busquets", recuerda Mota. "En el Jàbac jugaba como interior, más arriba que en el Barça. Técnicamente ya era un prodigio, tenía buen jugo aéreo... Y en el Barça no le veían como interior", añade el presidente. Lobera estaba convencido; sus superiores, no.

A Manolo Romero le encantaba Busquets. Se lo quería llevar a Madrid. El padre de Sergio nunca se puso en el camino de su hijo. Carlos, consciente del interés blanco, llamó a Manolo: "Dime que quieres a Busquets". "Me ha encantado, pero ¿cómo voy a fichar al hijo de Busi?", respondió el ojeador.

Mota le pidió que enviara un fax para darle formalidad al asunto. Y cuando lo tuvo, le dijo a Lobera: "Mira, nos ha mandado un fax el Real Madrid: quieren a Sergio". A los pocos días, Busquets firmaba por el Barça. Uno de los primeros técnicos con quien coincidió Sergio en La Masia fue Sergio Alegre, con pasado en el Jàbac y actualmente en el cuerpo técnico de Xavi.

Riqui Puig, Víctor Sánchez o Simo, otros con pasado en el Jàbac

La del Jàbac es una de las canteras más prolíficas del territorio. En el despacho de Carles hay una foto enmarcada que guarda con cariño. Lleva la firma de Riqui Puig. "Era una animalada", recuerda Carles. El centrocampistas de Los Angeles Galaxy tenía cada año una propuesta del Espanyol, pero él confiaba en que le llegara algún día la llamada del Barça.

Riqui jugó en Terrassa desde benjamín hasta infantil de segundo año. Luego, Carles y Albert Puig, entonces director de la cantera blaugrana, decidieron que ya era el momento para aquel menudo pelotero. Por allí también pasó Xavi Hernández, que jugó un año en el Jàbac y otro en el Terrassa FC -donde su padre era el encargado del fútbol base- hasta de dar el salto al Barça como alevín. También vistieron la camiseta del Jàbac Víctor Sánchez, que debutó con Guardiola, o Simo, una de las mayores promesas del Espanyol.

El fax del Madrid para hacerse con Busquets ya es historia. ¿Pero dónde está? "En la basura", reconoce Carles. "Los que nos dedicamos a formar no le damos importancia. No lo hacemos para colgarnos medallas", comenta. Seguirán pasando centenares de futbolistas por el Jàbac. Y se querrán ver reflejados en Sergio o en Riqui. Algunos hasta averiguarán que en esa cancha jugó un día Messi. Y todo seguirá cambiando. Todo, menos la presencia del incombustible Carles.