FC BARCELONA 2 - R. MADRID 1

El Barça de Xavi y el carácter perdido

El Barça de Xavi y el carácter perdido

Uno siempre necesita ganar de formas que no conoce y que, en cierto sentido, no le pertenecen. El Barça de Xavi ha cosechado una victoria que vale por muchas otras derrotas, por muchos golpes que en el Camp Nou y ante un Real Madrid crecido, pasaron a ser abono para un proyecto que demandaba un triunfo de este calibre; en el descuento, remontando y tras suspense incluido con el VAR. Xavi suma a su álbum un partido que le faltaba y que debería dar alas al proyecto.

Es costumbre que antes del pitido inicial domine entre la culerada una histeria colectiva con cada once, porque de los que van a jugar no importa el motivo, sino que solo pesan las filias y fobias de cada uno: Sergi Roberto, héroe inesperado del partido, era visto una hora antes como algo innecesario, un peaje doloroso. El problema es intentar descifrar lo que vas a presenciar partiendo de unos prejuicios que nada tienen que ver con lo que plantea el técnico, sino con lo que tú quieres leer. El mejor partido se juega siempre antes, y ahí, en cierti sentido, el Barça ya había perdido. Por eso es importante para los azulgranas ganar incluso perdiendo dos veces.

Hay algo en este curso del Barça que remite a nuevo comienzo, a una competitivdad renovada. El ganar tantos encuentros por 1-0, el haber encontrado en tu defensa tu mayor aliado y el ser capaz de dar la vuelta a un Clásico que tenía todos los ingredientes para explotar en tu cara. La forma en la que el Barça ha entendido el infortunio en el autogol de Araujo remite a un nuevo escenario; no ha habido cortocircuito ni nervios fracturados, sino que los de Xavi han respondido con ocasiones y una firme voluntad en tratar de tener el plan de partido tal y como habían diseñado. El aficionado está acostumbrado a asistir a funerales anticipados, como si cada pequeño detalle que el equipo no controla terminase por dirigir toda la película. Ahora, el FC Barcelona empieza a entender que un mal plano no significa una mala peli.

Sintomático de este cambio resulta el hecho de que jugadores como Roberto o Kessie hayan sido los héroes inesperados de la película. En un día en el que incluso Araujo parecía batible ante Vinicius y que Lewandowski brillaba más fuera que dentro del área, la aparición de estos dos centrocampistas ha ratificado un cambio de dinámica. Incluso en los márgenes encuentra Xavi aliados, el núcle del equipo se expande y ya no es impresicindible que los de siempre marquen la diferencia, sino que poco a poco se empieza a caminar en una misma dirección.

El Barça es un cuerpo herido que ha estado muchos -demasiados- años inconsciente, como si hubiese organizado una fiesta en su casa y ya no quedase nadie excepto su cuerpo en el suelo. Volver a poner orden es complicado, y puede que primero se tenga que aceptar que antes de volver a salir tocará aprender a relacionarte y reconocerte ante el espejo. El Barça pretendió durante tiempo fingir un estado anímico que era todo impostura. Reconocer las debilidades para transformarlas en fortalezas con el paso del tiempo. Roberto y Kessie, que hasta hace poco eran jugadores apartados, poco menos que dos cuerpos extraños, son los que refuerzan la confianza en el proyecto. Los que no creían, deberán empezar a hacerlo.