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Clubes, árbitros y dinero: el triángulo oscuro que conecta el 'Caso Negreira' con el 'Calciopoli'

La investigación de la Fiscalía al exvicepresidente de los árbitros por los pagos que recibió el Barcelona recuerdan en cierto modo al escándalo del Calciopoli.

Bartomeu, durante su época como presidente del Barcelona. /AFP
Bartomeu, durante su época como presidente del Barcelona. AFP
Nacho Encabo

Nacho Encabo

La investigación de la Fiscalía al exvicepresidente de los árbitros José María Enríquez Negreira por los millonarios pagos que recibió del Barcelona ha desempolvado viejos recuerdos como el del Calciopoli, el escándalo de corrupción que salpicó hace dos décadas al fútbol italiano.

Clubes, dinero y árbitros fueron el hilo conductor del Calciopoli y también lo son del actual Caso Negreira, aunque hay enormes diferencias entre los dos escándalos. "Yo no veo un gran paralelismo", dice el periodista Filippo Ricci. corresponsal en España de La Gazzetta dello Sport. "En el Calciopoli había directamente árbitros comprados, había un sistema de amonestaciones pactadas... Lo de ahora es diferente".

El Calciopoli estalló en 2006, a pocas semanas de que empezara el Mundial de Alemania -que precisamente acabaría ganando Italia- y destapó un sistema de corrupción nunca antes visto en el fútbol profesional. Gracias a una investigación con escuchas telefónicas, las autoridades descubrieron una red dedicada a la designación de árbitros a la carta para determinados clubes. La sanción más grave fue para la Juventus de Luciano Moggi, que perdió dos Scudetti y descendió a la Serie B, pero Milan, Fiorentina, Lazio y Reggina también recibieron multas y suspensiones.

El Barcelona de momento es un actor secundario. Ellos han contratado a una empresa externa y eso, aunque pueda ser éticamente reprobable, no es un delito"

ALBERTO PALOMAR Experto en derecho deportivo

"Este escándalo comenzó con escuchas telefónicas y desde el inicio se vio que había un sistema corrupto", continúa Filippo Ricci. "En lo que pasa ahora en España no se puede acreditar algo así. A mí lo que más me llama la atención es la cantidad de dinero (1,6 millones entre 2016 y 2018) y el hecho de que sea algo tan prolongado en el tiempo".

Aunque el Caso Negreira todavía está en una fase embrionaria y cada hora que pasa surgen novedades, la principal diferencia ahora mismo con el Calciopoli es que el investigado no es el club azulgrana, sino el propio Enríquez Negreira. Según las últimas informaciones, facturó siete millones de euros al Barcelona entre 2001 y 2018, época en la que era vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, por informes de asesoría arbitral.

Enríquez Negreira, en primer plano, tras un partido entre Real Madrid y Atlético en 1990.  EFE
Enríquez Negreira, en primer plano, tras un partido entre Real Madrid y Atlético en 1990. EFE

"El Barcelona de momento es un actor secundario. Ellos han contratado a una empresa tercera y eso, aunque pueda ser éticamente reprobable, no es un delito", aclara Alberto Palomar, experto en derecho deportivo. "Otra cosa es que se pueda demostrar que Negreira hablaba con los árbitros e influía en sus decisiones. Pero ahí no hablamos de corrupción, sino de estafa".

A diferencia del Calciopoli, el escándalo que salpica ahora al Barcelona se empezó a gestar en Hacienda. Todo comenzó con una inspección fiscal a la empresa DASNIL 95 SL por las cuentas de sus ejercicios 2016, 2017, 2018. Al detectar pagos del Barcelona, se empezó a investigar por un posible delito de corrupción entre particulares.

De momento faltan muchos aspectos por aclarar: cuánto dinero ha pagado el Barcelona a Enríquez Negreira, durante cuántos años y si había un interés en el club en tener una influencia sobre los árbitros. "Este último punto es clave, pero va a ser muy difícil de probar. Si los fiscales hablan desde el principio de corrupción, yo lo descartaría", comparte Alberto Palomar.