ENTREVISTA

Barkero acabó asqueado del fútbol profesional tras el espinoso episodio del vestuario del Levante: "Fue lo más duro de mi vida"

El exfutbolista recuerda en Relevo una carrera deportiva marcada por el capítulo vivido en el conjunto levantinista, cuando acusó a varios compañeros de dejarse ganar.

Barkero se echa las manos a la cabeza en un partido con el Levante. /AFP
Barkero se echa las manos a la cabeza en un partido con el Levante. AFP
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

Sigue vinculado al fútbol ejerciendo de entrenador en el equipo de su pueblo, Aretxabaleta, donde la gente le sigue conociendo como Barkero, un campeón del Mundo Sub-20 en una selección en la que estaban Xavi Hernández, Iker Casillas o Marchena, entre otros. José Javier llegó a jugar en la Real Sociedad y en el Levante, donde vivió un episodio, "el más duro" de su vida, por el que se le quitaron las ganas de seguir jugando a fútbol. Acusó a varios compañeros de falta de profesionalidad. Su franqueza le pasó factura, sobre todo a nivel mental, y acabó con su carrera. "No tenía ninguna gana de ir a entrenar ni a jugar ni nada. Tenía mis problemas de cabeza y ya sabes que cuando la cabeza no funciona todo lo demás no funciona", reconoce.

En esta primera primera parte de la entrevista, Barkero habla de la cara y la cruz que vivió en el conjunto levantinista. Tocó la gloria con las manos en una temporada para enmarcar, que terminó con una clasificación histórica para Europa. 'La zurda de oro del mejor Levante de la historia', llegaron a escribir de él. Pero todo eso saltó por los aires al año siguiente, en concreto, durante el encuentro entre el Levante y el Deportivo en el Ciutat de Valencia. El conjunto gallego se marchó al descanso ganando 0-3 y en el vestuario estalló todo. Barkero no se cortó al señalar a varios compañeros, Gustavo Munúa entre ellos, de que se estaban dejando ganar. Ese fue el principio del fin del guipuzcoano en el Levante y, por ende, en el fútbol profesional.

¿Te sigue ilusionando el mundo del fútbol o ya lo ves de otra manera?

Bueno, lo veo de otra manera, pero me sigue ilusionando mucho, la verdad. Creo que ha sido mi vida y creo que es bueno el deporte, la profesión, el hobby, lo que tú quieras, pero es lo que me ha dado la vida y lo que lo que me ha dado todo y sigo vinculado a ello porque me encanta el día a día, el estar con los chavales, el preparar entrenamientos, el estar en el campo de fútbol, el competir. Me sigue gustando todo y sigo disfrutando con ello. Mientras me lo permitan pues seguiré haciéndolo.

¿Uno, cuando cuelga las botas, deja de ser futbolista o eso se lleva de por vida?

Para mí se lleva de por vida. Es algo que lo llevas dentro y por deformación profesional, siempre te va a gustar el campo de fútbol y más si sigues estando en él. Creo que es algo que se lleva dentro y creo que es algo que hacemos por pasión, no por profesión y eso cambia todo.

Los chicos a los que entrenas me imagino que sabrán quién eres, ¿no?

Los que entreno todavía sí, pero cada vez menos. Al final las generaciones van pasando y ya van quedando lejos. Creo que ya son 11 años desde que me retiré. Los chavales que ahora mismo tienen 15 años tenían cuatro cuando yo me retiré. No tiene mucha lógica que me conozcan, pero ya sabes... Los padres, los amigos, los familiares son quienes les dicen quién soy y al final, aquí en el pueblo, sobre todo, sigo siendo Barkero y no Jose.

En ese sentido, ¿han cambiado mucho los niños?

Son niños y en eso nos parecemos, pero es verdad que la sociedad ha evolucionado de una manera brutal y ellos han evolucionado con ella. Igual nosotros somos los que nos hemos quedado un poquito obsoletos y ellos siguen evolucionando porque es la vida y la sociedad que les ha tocado vivir. ¿Diferentes? Sí, porque al final, quieras o no, todo es diferente pero al final la esencia sigue siendo la misma y es muy bonito trabajar con ellos porque la esencia y el deseo y la ilusión de jugar a fútbol sigue siendo la misma que teníamos nosotros.

Barkero celebra un gol en un partido ante el Sporting de Gijón.  AFP
Barkero celebra un gol en un partido ante el Sporting de Gijón. AFP

¿Qué es lo que te ha hecho seguir siendo entrenador? ¿Qué es lo que te aporta?

Pues me aporta el día a día, que es lo que más echo de menos en el fútbol, y luego es lo más cercano que puedo estar de jugar a fútbol. Creo que los chavales me aportan muchísimo porque al final, quieras o no, estás con gente joven y la gente joven pues tiene esas ganas de hacer cosas, de disfrutar, de seguir, de competir en este caso en el fútbol y es algo que a mí me llena mucho porque me siento muy identificado con ello. Y aparte la vida creo que es un poquito así, es algo que el fútbol es un buen aprendizaje para la vida en ese sentido porque es un poquito el ensayo-error que decimos, me equivoco, vuelvo a hacerlo, si me equivoco otra vez intento cambiar las cosas y la vida es eso, llevarte unos cuantos golpes para ir aprendiendo y que yo te ayude a seguir evolucionando como persona, que es lo más importante de todo.

"¿Mejor que los chicos que entreno? Cada vez menos porque me pasan por encima. Ellos están en plenitud y nosotros ya vamos para abajo. Es ley de vida y hay que asumirlo porque cada vez que, encima, empiezas a jugar un poquito fuerte te pega un tironcillo"

José Javier Barkero

Imagino que jugarás con ellos en los entrenamientos. ¿Serás el mejor, no?

Cada vez menos porque me pasan por encima. Ellos están en plenitud y nosotros ya vamos para abajo. Cuando falta alguien me meto, pero cada vez menos. Es ley de vida y hay que asumirlo porque cada vez que, encima, empiezas a jugar un poquito fuerte te pega un tironcillo. Entonces hay que saber en qué situación estamos y que ellos lo hagan por nosotros.

¿Sigues echando de menos el fútbol?

A ver, el fútbol profesional no. ¿Jugar a fútbol? Sí, porque quieras o no, es lo que más me ha gustado hacer en mi vida y es lo que he hecho durante toda mi vida y eso se echa de menos. Por eso te digo que al final pues siendo entrenador me da pie a estar ahí y a seguir viviendo como como vivía antes, pero si me dices el fútbol profesional, la verdad que no. Aparte tampoco voy mucho al fútbol porque el ambiente del fútbol profesional no me gusta nada. Intento ir a los partidos de fútbol de los pueblos, que el ambiente es mucho más sano.

Barkero no disfruta del futbol profesional. Relevo

¿Acabaste muy quemado del fútbol profesional?

Hombre, pues acabo quemado por lo que me pasó en Valencia. Si no, no hubiese acabado quemado, pero eso al final te quema mucho. Fue una situación muy dura que pasé y que pasaron los que estaban a mi lado y a mi alrededor y eso, quieras o no, te merma y te influye como persona. Eso es lo que me hizo dar un paso a un lado y decir que se acabó y eso es lo que me hizo volver a mis inicios y volver a empezar. Es lo que te digo, fútbol profesional, un poco en la tele porque a mi hijo le encanta. No sé dónde lo ha visto porque apenas veíamos fútbol, pero ahora tenemos que ver fútbol por él por el crío y ya está.

"Mis hijos saben quién soy. Ellos son los que preguntan, no porque yo sea el interesado, porque no quiero tampoco que ellos vivan en un entorno de alguien que ha jugado en fútbol profesional y que sea una carga, una sombra para ellos"

José Javier Barkero

¿Tu hijo sabe quién es su padre? ¿Le has hablado de que su aita era un futbolista de Primera División?

Sí. Le hemos hablado, han visto vídeos. Ellos quieren saber de ti, tus historias. Son muy cotillas en ese sentido. Yo tengo un millón de historias y ellos quieren saberlas. Me piden que les cuente historias y prácticamente el 80-90% son de fútbol porque es que al final, quieras o no, todas las vivencias van enfocadas en torno al fútbol. Hay veces que se quedan flipados, hay veces que dicen: 'Hala, aita, pero ¿cómo hiciste eso?' Van conociendo anécdotas poco a poco y porque ellos preguntan, no porque yo sea el interesado, porque no quiero tampoco que ellos vivan en un entorno de alguien que ha jugado en fútbol profesional y que sea una carga, una sombra para ellos.

¿Qué historias les cuentas?

Algunas anécdotas bonitas, de cuando debuté en la Real Sociedad, cuando ganamos el Mundial Sub-20, de cuando jugamos Champions con la Real Sociedad. Y también algunas no tan bonitas de la Real, porque no todo es bonito. Anécdotas de que te quedas dormido en la playa con tus compañeros a las 6 de la mañana cuando juegas a fútbol y cuando te escapabas por la noche... Historias de ese tipo que ellos las viven mucho más que tú.

En el Levante viviste la cara y la cruz. Formaste parte del mejor Levante de la historia y luego pasó lo que pasó...

Cara y cruz, como tú has dicho. Lo más bonito que seguramente me haya podido pasar en el fútbol profesional, porque lo viví jugando. Por ejemplo, con la Real cuando ganamos el subcampeonato lo viví desde el banquillo, jugando poco y lo disfrutas mucho menos. Ciertamente, lo disfruté muchísimo, fue una temporada brutal. Bueno, fueron dos temporadas brutales porque bueno, la cruz como dices, pasó en marzo-abril de mi último año. Disfrutamos muchísimo porque encima fuimos líderes, estuvimos peleando todo el año. Ver el Ciutat de Valencia a tope, a reventar, no sólo el estadio sino las inmediaciones el último partido contra el Athletic, que conseguimos la clasificación por la Europa League. Fueron momentos inolvidables. Y encima disfruté muchísimo porque jugué prácticamente todo y creo que di un buen nivel.

Barkero habla del Levante. Relevo

Y bueno, pues luego la cruz y lo más duro que me ha pasado en mi vida. Así de claro [acusó a varios compañeros de falta de profesionalidad y de dejarse perder]. Siempre había pensado que ese tipo de situaciones en el fútbol debían desaparecer y me tocó vivir una muy de cerca. Y bueno, reaccioné como reaccioné. Siempre digo que lo cambiaría, lo cambiaría ahora mismo por lo que me ha podido afectar emocionalmente y psicológicamente durante tiempo, pero creo que volvería a jugar igual porque sé cómo soy, sé lo que me gusta, sé lo que creo que es justo. Creo que sé lo que es injusto. Los valores en los que me educaron fueron esos. Mi padre me decía siempre: 'Ay, José, ¿por qué lo habrías hecho? Es que te tenías que haber quedado callado'. Y yo le decía, 'claro, pero es que tú te quedabas callado siempre también, ¿no?' A toro pasado... Luego, con el tiempo se dice, pues no lo hubiese hecho, pero ya pasó y tengo que asumir mis consecuencias. Las asumí y las voy a asumir toda mi vida, que eso es lo peor de todo, es que lo voy a asumir toda mi vida.

"Fue un proceso muy largo sentirme pleno otra vez como persona. A día de hoy estoy muy contento por haber superado ese proceso que me ayudó a enriquecerme internamente. Creo que soy mejor persona de lo que era antes"

José Javier Barkero

¿Cómo le diste la vuelta? ¿Fue un proceso muy largo?

Sí, te puedo decir que fue un proceso largo el hecho de sentirme pleno otra vez como persona. Sobre todo pensar que no me importaba lo que pensase la gente. Fue un momento para que me arropase en mi gente, en mi entorno, pero también con ayuda psicológica. Para mí fue muy importante porque tu entorno te intenta proteger y hay muchas veces que igual no te dice algo por no hacerte daño. Hablando con el psicólogo, él me lo tiró toda la cara y dije: 'Pues es verdad' Después de una decisión, viene un duelo y el duelo necesita tiempo para curar. Yo necesité ese tiempo para curar ese duelo. Él me abrió la mente, me abrió la vista y bueno, poco a poco, fui hacia adelante y lo saqué. A día de hoy estoy muy contento por haber superado ese proceso que me ayudó a enriquecerme internamente. Ahora creo que soy mejor persona de lo que era antes.

¿La mejor victoria?

Valió la pena. Después de tanto sufrimiento, pues valió la pena el hecho de hacer todo ese proceso interno, autointerno, que me ayudó y superé todo el proceso.

Te machacaron por decir algo políticamente incorrecto, ¿no?

Al final de un partido Levante-Deportivo de la Coruña en el que perdimos 0-4, vi situaciones de juego que no me gustaron. No venía de ese partido, sino que venía de algún otro partido que no me había gustado y salté. En el descanso les digo a mis compañeros que esto no puede ser, que no podemos seguir así. Hay alguno que me dice, no me acuerdo quién la verdad, que esté tranquilo. Le dije que fuese al 100% porque no lo estaba haciendo. No pasó nada, pero a los tres o cuatro días, hablando con él en el vestuario, mis compañeros decían que no había pasado nada. Yo pensaba que sí y se lo expliqué y ahí empezó todo. Para mí el problema no fue ese, porque luego se solucionó bastante internamente y bien, pero bueno, ya sabes que cuando vosotros os enteráis y queréis hacer sangre, pues hacéis sangre. Y eso fue lo peor de todo. Lo que peor llevé es que pensaba que podía controlar la presión mediática que podía conllevar todo esto, pero me di cuenta que no, que no pude con ello. Y eso es lo que más me afectó de todo.

Barkero recuerda el episodio vivido en el vestuario. Relevo

Eso supuso el final de tu carrera...

Totalmente. Yo me fui a Zaragoza porque me tenía que ir, pero yo no tenía ganas de jugar a fútbol. Firmé dos años y jugué uno, pero jugaba... No tenía ninguna ilusión, no tenía ninguna gana de ir a entrenar ni a jugar ni nada. Lo único que me motivaba era estar con mis compañeros y poco más. Realmente, cuando me dijeron para rescindirme, me hicieron un favor porque yo no quería seguir. Estaba sin ganas. Tenía mis problemas de cabeza y ya sabes que cuando la cabeza no funciona todo lo demás no funciona.

Cuéntame alguna de las historias que les has contado a tus hijos...

Les cuento muchas veces que, por ejemplo, en Nigeria en el Mundial, bueno, nos fuimos a Kano, que es una ciudad al norte de Nigeria y nos fuimos a un hotel que llegamos al hotel y lo primero teníamos camas compartidas, unas camas de 1,50 para dos jóvenes de 19 años. Los colchones eran durísimos. Lo de la malaria no les explico porque, bueno, eran como bungalows que salías de la habitación y estabas en la calle con el peligro que eso tenía para coger la malaria. Y luego les digo también que un día nos pusieron unos espaguetis que eran incomibles. Los veías y eso no era ni blanco, eran marrones. Y nos negamos a comer ese día porque no se podía comer. Menos mal que el doctor llevó unos embutidos y ese día comimos a base de embutidos porque era imposible comer esa pasta. Eso se lo digo cuando no tienen hambre o no quieren comer algo, les digo: 'Mira, os hubiese pasado eso y ya veréis cómo coméis'

¿Alguna de la Real que se pueda contar?

Tampoco es muy de contar, pero bueno, ahí va. Un día de juerga cuando nos daban las primas, por ejemplo. Antes nos los daban en cheques. La primera vez que nos daban el cheque teníamos que hacer una prueba. Una vez nos hicieron quitarnos los pantalones y correr en calzoncillos por Hernani delante de todo el mundo que, encima, mucha gente salía de misa. Dos o tres nos negamos, que no íbamos a hacer eso ni de palo. Pero nos tocó hacerlo en Donostia, en la Fermín Calbetón. No sé qué era peor. Lo tuvimos que hacer. Lo hicimos con ganas, disfrutando y ya está. Cuando les cuento estas anécdotas se empiezan a reír. Ahí estábamos, corriendo en calzoncillos para cobrar una prima.

"Fue una vida muy bonita, dura, difícil, pero el camino mereció la pena y al final eso es lo más importante, el haber disfrutado de tu profesión como la disfruté yo, aunque acabase mal"

José Javier Barkero

Me alegra verte sonreír...

Fue una vida muy bonita, dura, difícil, pero el camino mereció la pena y al final eso es lo más importante, el haber disfrutado de tu profesión como la disfruté yo, aunque acabase mal, pero la disfruté y con eso me quedo, que es lo más importante, que viví una vida muy bonita.