Las clases magistrales de golpeo con Xabi Alonso y el proceso formativo en Zubieta: "Cada día teníamos hora y media de estudio"
Urko González, cedido al Espanyol, tuvo al tolosarra como técnico en el filial de la Real.

A Urko González de Zárate (Vitoria-Gasteiz, 2001) el erasmus en el Espanyol le está sentando de maravilla. Ante la falta de minutos con Imanol Alguacil, el centrocampista vasco se marchó este enero a préstamo a Barcelona, donde los ha encontrado y está demostrando que hará carrera en Primera División, lo cual hace años que advirtieron en Donosti. No en vano, era uno de esos canteranos que estaba marcado en rojo en la Real.
Lo pulió Xabi Alonso, que lo tuvo de discípulo en el Sanse. El actual entrenador del Bayer Leverkusen le apretaba y se quedaba a practicar golpeos con él tras las sesiones de entrenamiento, años después de que Urko abandonará su Vitoria natal para enrolarse en Zubieta, a los 15, y vivir en la residencia txuri urdin, donde se formó también como persona y estudiante.
Todavía guarda la camiseta de su debut ante el Real Madrid, en 2020, y en la segunda parte de su charla con Relevo, recuerda ese día como "el sueño de cualquier niño". Impone por su físico, y desprende naturalidad y espontaneidad, y no tiene reparos, todo lo contrario, en elogiar a un Martín Zubimendi que es competencia y, a la vez, un apoyo para Urko, que está muy a gusto en Cornellà, desde donde se está ganando las oportunidades que le han faltado en Anoeta.
¿Cuándo empiezas a jugar al fútbol?
Mis padres me apuntaron a una escuela del Alavés para ir los domingos a la mañana, con cinco años, en Betoño. También jugaba en el colegio San Viator, entre semana con mis amigos. Y en el Alavés, tras la escuela, empecé a jugar ya en campo grande, con los de un año más.
A los 15 fichaste por la Real Sociedad.
Sí, en cadete de segundo año. Era en cuarto de la ESO, y me fui a vivir a Donosti.
A la residencia de la Real, ¿no? Te separas por primera vez de tu familia.
Sí. Te cambia la vida, claro. Me costó tomar esa decisión porque soy un tío bastante casero, de estar cerca de mi familia y de mis amigos. Donosti está a una hora de Vitoria, pero era pequeño, no tenía coche ni como moverme. Al principio, lo pasé mal. Pero con la ayuda de la Real y del tutor, Xabi Abascal, que estaba muy encima de nosotros, me adapté al cabo de un tiempo.
Incidían mucho en vuestros estudios.
Sí, sí. Muchísimo. Cada día, después de ir al colegio y entrenar, teníamos una hora y media de estudio obligatorio. Estaban muy pendientes de nuestro proceso de formación. Le daban mucha importancia a los estudios.
Si no hubieras sido futbolista, ¿qué habrías estudiado?
Me llamaba la atención la integración social. Quizás habría tirado por allí.
Acababas de nacer cuando el Alavés disputó la final de la UEFA contra el Liverpool. ¿Se recuerda mucho ese día en la ciudad?
Evidentemente. Es que fíjate lo que significó para el Alavés jugar una final europea… y cómo fue, con ese 5-4. Obviamente, yo no lo recuerdo, pero ha estado siempre presente. La gente se acuerda mucho, sí.
¿Se ha mamado fútbol en tu casa?
Sí, sí. A mi padre le ha gustado mucho de siempre. Él había jugado. Animaba al Alavés, que es el equipo de Vitoria, pero sí que es verdad que antes de que yo fuera a Donosti ya le gustaba la Real Sociedad.
¿De pequeño en qué futbolistas te fijabas?
Por la posición siempre me he fijado en Sergio Busquets y Xabi Alonso, que son dos mediocentros que han marcado una época.
¿Siempre has sido centrocampista?
En el fútbol 7 también jugué atrás, pero de toda la vida he sido mediocentro. Bueno, en Segunda jugué alguna vez de central. Pero me considero mediocentro.
Cuéntame, ¿cómo es Zubieta?
Zubieta es muy cercano. Es de gente humilde y trabajadora. Zubieta es una familia y la mayoría que están allí han vivido todos los pasos, entonces ayudan mucho a los jóvenes. Es una escuela de fútbol, pero también de vida. Inciden mucha en la persona, en los valores: ser buena persona, trabajador, luchador, humilde…
Y también una factoría de centrocampistas.
Bueno, no solo de centrocampistas. Sacan gente en todos los puestos. Es una gran cantera.
Hablabas de Xabi Alonso. Lo tuviste de entrenador en el Sanse.
Los primeros días te impacta tenerlo de entrenador. Luego lo vas normalizando. En el día a día es muy cercano. Aprendí un montón.
¿Te apretaba?
Sí, sí. Me decía como me tenía que posicionar, me indicaba en el tema de los golpeos. Tenía un golpeo espectacular, y algunas veces me quedaba con él tras el entrenamiento practicando. Y muy bien.
¿Seguía manteniendo esa precisión en el golpeo?
Sí, sí. Lo seguía teniendo. Te podía fallar alguna, como todo el mundo, pero tenía un golpeo espectacular.
Como entrenador, ¿imaginabas que le iría tan bien?
Al final, toda su vida ha sido un futbolista top y ha tenido entrenadores muy top. Ha ido cogiendo conceptos, y evidentemente ya sabíamos que era un entrenador muy bueno y que podía llegar muy arriba. Y lo está demostrando. Nos alegramos muchos por él. Fíjate cómo juegan sus equipos y todos los títulos que ganó el año pasado.
Debutaste con el primer equipo de la Real contra el Real Madrid, en 2020.
Sí, tenía 19 años. Estaba nervioso. Jugué cuatro o cinco minutos, con 0-0 en el marcador. Muy contento, claro, es lo que sueña cualquier niño de pequeño. Joder, es que es una locura, contra el Madrid. Inolvidable.
¿Pillaste camiseta?
No, no, no. No la cambié con nadie. Me quedé la mía. La sigo guardando.
¿Qué tal con Imanol Alguacil?
Bien, bien.
¿Aprieta?
Sí, aprieta mucho sobre todo a los jóvenes. Intenta sacar lo mejor de uno.
Te marchas cedido al Espanyol porque el puesto en la Real está muy caro. Fíjate, en tu sitio juega Zubimendi.
Todos sabemos el jugador que es que es Zubimendi, que igual es top 5 en su posición. Y es lo que hablé con la Real, que lo mejor era que yo saliera para intentar tener rodaje y poder jugar.
¿Te ayuda tener a un futbolista como él al lado?
Claro. Yo con él, además, tengo buena relación. Es muy buen tío y te ayuda. Evidentemente, tener un tío así al lado claro que ayuda. Aprendes mucho.