REAL MADRID

Bellingham, un carácter especial que pide foco

Mientras en Alemania ponen en duda su actitud en el Borussia, él cae de pie en el vestuario del Real Madrid. Sus gestos en San Mamés provocan orgullo en la afición blanca y enfado en la rival.

Jude Bellingham, señalándose el escudo en San Mamés./Reuters
Jude Bellingham, señalándose el escudo en San Mamés. Reuters
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

Alemania se levantaba el pasado miércoles con una noticia de Bild que no dejaba en buen lugar a Jude Bellingham. La misma afirmaba que varios compañeros del Borussia Dortmund se alegraban de su marcha al Real Madrid. Existían varios motivos, pero uno de los principales era su fuerte carácter. Siempre según el mismo periódico, el inglés habría insultado a un compañero de vestuario, Nico Schulz, durante un partido y en ningún momento asumió el papel de tercer capitán que se le otorgó. Además, buscaba el reconocimiento de los fans en solitario, yendo a saludarlos después de que lo hiciesen el resto de sus compañeros.

Relevo ha preguntado por la actitud de la nueva estrella blanca. Sus primeras apariciones públicas hablan por sí solas. Se trata de un chico maduro, con facilidad de palabra y mucha personalidad con apenas 20 años. El Real Madrid, que realizó un extenso informe antes de lanzarse a por él, era plenamente consciente de que fichaba a un jugador con un carácter especial, propio de un crack, pero para nada conflictivo.

En el vestuario ha caído de pie, haciendo buenas migas con todos y esforzándose con el idioma, aunque todavía tiene un largo camino por delante. Cada día lo entiende mejor, pero le queda tiempo para perfeccionarlo, especialmente el habla. Ha hecho muy buenas migas con los brasileños, con Camavinga o con Brahim Díaz, también recién llegado. Ni un sólo problema con sus compañeros, que también han notado esas ganas de brillar de Jude.

Ancelotti habla sobre la adaptación de Bellingham al Real Madrid.EFE

 Llega con esa mentalidad competitiva que tan bien encaja en la idiosincrasia blanca. Un ejemplo se dio cuando sufrió molestias en la rodilla nada más comenzar la temporada. Se le invitó a descansar unos días, a no forzar la máquina innecesariamente. Él, haciendo gala de físico y valentía, volvió a los entrenamientos en cuanto se notó sano. Apenas se perdió un par de sesiones. Quería ausentarse de las menos posibles y participar en el debut contra el Milán en Los Ángeles.

Respecto a esa acusación de tribunero que llega desde Alemania, Bellingham ha dejado dos imágenes en su primer jornada en LaLiga EA Sports. En San Mamés, celebró el gol con su típico gesto, abriendo los brazos y mirando a la grada, acción recriminada por Muniain. Tras el partido, se acercó (junto a más compañeros) a saludar a la afición blanca, señalándose el escudo y asegurándoles que llegarían más victorias.

Ninguna de las dos han tenido mayor trascendencia, más allá del revuelo en redes sociales. La reacción ha sido la esperada, ilusión y orgullo desde el prima madridista y rabia e indignación entre los leones. Lo cierto es que la actitud de Bellingham es de las que enamora en el Santiago Bernabéu, de la nueva escuela blanca con Cristiano Ronaldo como máximo exponente y Vinicius como heredero. La misma actitud con la que no tiene miedo a enfrentarse. No se achanta ante la presión. Todo lo contrario: la utilizan para crecerse.

El paso del tiempo dictaminará si esa fuerte personalidad puede llegar a crear conflictos dentro de un vestuario por el que han pasado CR7, Sergio Ramos, Raúl o Fernando Hierro. Otras mentalidades que, con sus más y sus menos, llevaron al equipo a lo más alto. De momento, sus compañeros no le ponen pega y menos aún la afición, entregada a su nuevo '5'.