Bellingham fue el milagro de los cien años

Balaídos. Una noche para el recuerdo. La del himno de 'Oliveira Dos Cen Anos'. Así arrancó el choque en un partido especial para todo el celtismo, con la gente de Vigo en las calles preparada para ver a su equipo, centenario el pasado miércoles. El partido sonó justo como su himno. Ritmo, ocasiones, tantos anulados, lesiones, penaltis fallidos. Y Bellingham, que se repuso a todo como si los goles le naciesen por gesto divino.

El encuentro fue otro ya en el minuto 15. Cuando Vinicius cayó al suelo y no pudo volver pese a los intentos. La excusa perfecta para que un Celta dispuesto se armase de valor, sostenido por Aidoo y un gran Larssen. Cuando el partido parecía que se quedaba sin lo más importante, cuando el madridismo rogaba por un nuevo delantero, apareció el gol ganador del '5' blanco.

La lesión de Vinicius, el penalti errado, la presión del rival. Bellingham contra todo. Se repuso al destino y volvió a inventarse un gol de delantero centro para sellar una victoria puro Real Madrid. El británico enlaza cuatro goles y una asistencia en tres partidos, y ya es la estrella de esta Liga.

En Balaídos se movió por todos lados, asistió a Rodrygo en la jugada del penalti y marcó de cabeza cuando ya llegaba el final. Terminó el partido agotado y acompañado de Toni Kroos y Luka Modric por detrás. Bellingham sostiene en la cima al cuadro de Carlo Ancelotti casi por arte de magia.

Para muchos el partido acabó en el minuto 15. Vinicius se fue al suelo y no pudo continuar, tras un intento en vano por regresar al césped. El crack brasileño se llevó la mano a la parte anterior del muslo, donde le aplicaron un vendaje. Sin él, el choque fue otro. Y el madridismo se pregunta cómo sobrevivirá sin su crack, dos días o varias semanas.

Vinicius fue el mejor mientras actuó sobre Balaídos. Se impuso a todas sus marcas, dribló por la izquierda y nadie fue capaz de detenerle. Hasta que una dolencia muscular le privó de continuar de corto. Joselu entró en su lugar. Y Rodrygo recogió su testigo cargándose de responsabilidad.

La afición del Celta ya ganó antes de empezar el partido. La gente de Vigo en las calles, cantando y bebiendo cervezas. Reunidos, con familia y amigos. Carteles que pedían la dimisión de Rubiales y un escenario habilitado al lado de Balaídos, en el que varios grupos de música animaron la previa.

C Tangana fue el rostro más ilustre que se dejó ver por el estadio. Seguidor del Celta y autor del himno del centenario, que sonó justo antes del pitido inicial para crear un ambiente inigualable de emoción.

El día de su debut con la camiseta del Real Madrid no inició como esperaba. Minuto 3, gol en contra. Aunque Kepa salió de su meta protestando: le habían agarrado dentro del área. De sus réplicas, la revisión, y el tanto anulado. El arquero vasco se repuso y mostró su habilidad dentro del área, pero su actuación avisa de un déficit. No se impone en los balones aéreos.