Bellingham vuelve a reinar entre el festival del VAR y el partidazo del Almería

Fue una tarde de enero aunque pareció de primavera. El Real Madrid empezó el partido por el final. Salieron a jugar como si supieran que ya habían ganado, pero fueron retrocediendo en el tiempo, gracias a un futbolista de otra época. Jude Bellingham remontó gracias a su compañero de la grandeza, Dani Carvajal, y las intervenciones del VAR que ajusticiaron a un notable y desafortunadísimo Almería.

Los de Garitano lo hicieron todo no sólo para salir vivos del Bernabéu, sino para salir con vida de esta Liga, en la que siguen atrapados en el último puesto de la tabla. Y ya les van sobrando los méritos para avanzar. El Madrid, por su parte, se repuso a un obstáculo más este curso: los de Ancelotti se repusieron a sí mismos.

El Almería se plantó bajo el techo del Nuevo Bernabéu como si no hubiese mirado la tabla de clasificación. O como todo lo contrario. En 38 segundos avisaron de la siesta al Real Madrid. Los andaluces son un equipo que lleva muchos menos puntos de los que merecen, y contra el cuadro de Ancelotti volvieron a demostrarlo.

Resistieron las embestidas de los blancos en la primera mitad y sellaron dos goles espléndidos. El primero, obra de Ramazzani. Robo, contragolpe medido, asistencia de Robertone y gran definición del belga. El Almería borró al Real Madrid en la primera mitad del Bernabéu.

Hubo una imagen que resumió el segundo acto. Los futbolistas del Real Madrid y el Almería, juntos, mirando en línea al monitor del VAR. Así se decidió el encuentro. Por las revisiones que Hernández Maeso no acertó a arbitrar. El penalti por manos en el área del Almería, el gol anulado a Sergio Arribas y el tanto concedido a Vinicius.

Garitano representó a los visitantes, incrédulos más por el mal signo que por la justicia de las acciones que se rearbitraron. El Real Madrid aprovechó la tecnología para salvar un día para olvidar, en el que Bellingham volvió a ser el futbolista más decisivo de todos, estrenándose desde la pena máxima.

En el escenario con más glamour, donde antes golearon los futbolistas más legendarios, Édgar firmó una obra maestra. Tras el segundo regalo de Nacho en la tarde de enero en Madrid, el zaguero del Almería la empaló con su pierna zurda a la escuadra más angulada de todas. Un gol para retirarse.

Los dos tantos, bellos, agudizan aún más la crisis entre los porteros del Real Madrid. Kepa no añade el plus salvador de la meta merengue, y tampoco responde ante disparos que antes se paraban. Lunin también quedó señalado contra el Atlético de Madrid y el problema, que él mismo creó, se estira para Ancelotti.

Los cambios le funcionaron al Real Madrid. Ancelotti movió el banquillo en el vestuario, y renovó un once inicial que dimitió de sus funciones en el primer tiempo. Nacho, el peor futbolista sobre el terreno de juego, el más señalado. Rodrygo y Mendy también fueron sustituidos.

Brahim, Fran García y Joselu le cambiaron la cara a los blancos. Sobre todo los dos primeros. Brahim agitó como siempre y encendió los huecos, mientras que Fran fue un cuchillo desde el carril zurdo. Tchouameni retrasó su posición a la de defensa central y lució mucho más que en el medio, hasta con una asistencia.