Benzema paga el precio de no escuchar a su cuerpo... y aprende la lección
Tenía marcado un descanso ante la Real, terminó jugando... y se lesionó ante el Valencia. Carletto ahora le va a dosificar.
El cuerpo de Benzema no es el mismo de hace varias temporadas. Tampoco es igual que el de la pasada. Por más que sienta la responsabilidad de liderar al equipo desde su condición de capitán y máximo goleador de las últimas campañas, el francés (35 años) comienza a comprender que debe administrar los esfuerzos si quiere llegar al 100% a los momentos en los que el Real Madrid se va a jugar los títulos. Es el único nueve de la plantilla (Mariano no cuenta para Ancelotti), el actual Balón de Oro y nada de lo ocurrido el curso pasado podría explicarse sin el nivel superlativo al que estuvo Karim, especialmente en esas eliminatorias de Champions donde alcanzó un estado de gracia que nunca antes se le había visto en su carrera. Eso le sirvió para ganar el trofeo a mejor jugador del mundo y, sobre todo, para ganarse definitivamente la admiración de todo el madridismo. De ahí que tenerle en su mejor versión sea indispensable para el grupo.
Ancelotti, que tiene una relación de confianza máxima con su capitán, se marca como principal objetivo encontrar el equilibrio entre los minutos que necesita para alcanzar su punto óptimo de forma y los partidos que debe ver desde el banquillo para coger oxígeno. Hallar ese punto intermedio es difícil, porque el '9' es un futbolista que alcanza su mejor rendimiento acumulando partidos, puesto que en el Madrid, con encuentros cada tres días, es difícil ponerse a punto sólo en los entrenamientos.
Dentro de ese plan, lo ocurrido con la última lesión de Benzema ha servido de enseñanza a todas las partes. El cuerpo técnico y el jugador marcaron el partido contra la Real Sociedad (29 de enero) como el momento señalado para dosificar. Karim venía de una carga de minutos excesiva en el comienzo de 2023: 210 minutos en dos partidos de Supercopa de España (11 y 15 de enero), 90' frente al Villarreal en Copa (día 19), 90' contra el Athletic en Liga (22) y 120' ante el Atlético en Copa (26). Eran cinco partidos en 15 días, seis en 19 si se añaden los 90' contra el Villarreal el 7 de enero. Demasiada carga de esfuerzo para un futbolista que había tenido un tramo inicial de la temporada marcado por los problemas físicos.
90 minutos contra la Real Sociedad
Sin embargo, Carletto y Karim charlaron antes de ese partido contra la Real Sociedad y cambiaron la hoja de ruta: se encontraba bien y se veía listo para salir desde el inicio. Era un partido importante ante un rival que llegaba a sólo tres puntos de distancia en la clasificación. Volvió a completar los 90 minutos (el Madrid empató a cero) y sólo cuatro días más tarde (2 de febrero) fue titular de nuevo contra el Valencia en Liga. Aguantó 60 minutos, porque su cuerpo dijo basta nuevamente. Por suerte, quedó en un susto, una sobrecarga sin rotura. Un aviso de que si no se dosifica, las lesiones van a aparecer de nuevo.
Benzema llegó a tiempo para ayudar al equipo en la final del Mundial de Clubes y levantar su segundo trofeo como capitán. Además, contribuyó de manera decisiva con un gol antes de que Ancelotti le enseñara el camino del banquillo en el minuto 62. Con el partido encarrilado no tenía mucho sentido correr más riesgo.
Ahora el Madrid afronta un calendario cargado de partidos importantes y Karim debe escuchar a su cuerpo más que nunca. La opción de jugar todos los minutos de todos los partidos la ha dejado a un lado, porque el equipo no puede arriesgarse a perder a su capitán en el tramo decisivo. Rodrygo ha demostrado ser una alternativa fiable y en eso deben apoyarse tanto Carletto como el francés para marcar en el calendario los puntos en los que descansar… y respetarlos.